19 junio 2007

El último en irse: como lo vivió

En el post de ayer explicaba que durante estos dos días expondría mi visión sobre la marcha del último compañero que se fue de la empresa y sus puntualizaciones a mi opinión. Para no variar, me encargo de la selección de las ilustraciones que acompañan cada entrada. A continuación les muestro esa segunda parte.

Gracias Erkemao por invitarme a escribir algo en tu historia ( que no conocía al completo y es más que la idea que me había hecho de ella). Antes de nada decirles a todos que una de las almas que tenía esa empresa era Erkemao; siempre eran buenas palabras, ánimo constructivo, honestidad y ganas, de hecho, por lo menos yo no fui capaz de darme cuenta del calvario que estaba pasando. Era una verdadera lástima que a alguien con la valía de Erkemao se le tratase de aquella manera.

Yo entré junto con otros dos programadores, y la apariencia de la empresa era buena, pero era todo fachada gracias al dinero fácil de las subvenciones. Una vez se terminaron surgió la verdadera cara. De todas maneras, tuve una ventaja, y es que siempre que puedo ignoro las sandeces, como "sugerir" que no estábamos comprometidos con la empresa por no quedarnos por las tardes ni ir los sábados y cosas así. Por supuesto, estupideces como esas no merecen ni ser contestadas.

Creo que mi posición en la programación me blindaba ante los abusos de la dirección ( estaba parapetado detrás de la compañera abducida, mi coordinadora - un fuerte saludo- ) así que tuve suerte y la verdad es que no tengo consciencia de que estuviera "en el punto de mira". De todas formas, yo siempre que podía ignoraba al consejo de dirección así que lo más probable es que yo no me enterase.

No es cierto que yo le pusiera en evidencia; era él solito, no necesitaba mi ayuda. Lo que no puede hacer es meterse en historias de las que no tiene ni idea y claro, si te pones a opinar de algo que me afecta y de lo que eres un ignorante, yo no me callo. De todas formas, siempre respondí con educación y nunca fue mi intención dejar en ridículo a nadie, pero lo que no iba a permitir era que un incompetente me dijera lo que tenía que hacer.

En algo tenía razón: yo "no era tan listo como me creía", pero sí lo suficiente para darme cuenta de quién valía la pena en esa empresa y quién no.

5 comentarios:

Kt. dijo...

Hola ERKE, pués siempre es bueno ver desde diferentes ópticas y me doy cuenta que ambas percepciónes (de este y del anterior post) coinciden en que tu jefe no era el más indicado para hacer juicio de valor en cuanto al trabajo de tu compañero...
Bueno, tampoco era el más indicado para gerenciar, ni para nada la verdad....

Besos!

J.Vallejo dijo...

Por fin llegué. Ya me he puesto al día y me he leído todos los posts desde el principio, y también la mayoría de comentarios.

Gracias a este blog ahora aprecio más la empresa para la que trabajo, pero también aprecio más mi propio trabajo y esquivo con menos mala conciencia las "trampas" que me pone mi jefe para quedarme a trabajar fuera de horas. :)

Erkemao dijo...

kt, ya sabes, las opiniones siempre son subjetivas, pero por lo que hemos ido viendo en el post, hay demasiadas posturas cercanas y demasiados elementos argumentales para pensar que nos distanciamos mucho de la realidad de lo que ocurrió. Por supuesto, algún día, alguien leerá este diario, conocerá lo sucedido y aportará otro punto de vista, tal vez contrario al que yo sostengo. Cuando eso ocurra, si ocurre, me gustaría que lo testimoniara y lo probara. ;)
Gracias nuevamente por acercarte a este espacio "laboral" perturbado ;)
Besos.

Erkemao dijo...

Buenas, j. vallejo. Te has leido todo el blog? Increible!!! qué aguante!!! ;)

jajaja, espero que cuando menos te sirva para salir a la hora en punto sin remordimientos de conciencia ;)

Lo que básicamente intento transmitir con el blog es que tenemos derechos que se deben cumplir. Somos personas a las que hay que respetar, de igual forma que respetamos a la empresa. La relación laboral es un contrato de dos partes por la cuales cada una da una cosa y recibe una contraprestación, como una relación simbiótica. No es una relación de vasallaje. El empresario no es un señor feudal ni una especie de dios para hacer y deshacer la vida de los demás a su antojo, por mucho que él se lo crea. Los empleados tampoco deben comportarse como parásitos de la empresa. Todo guarda un equilibrio y es deber de las partes mantenerlo y respetarse mutuamente, arreglar los problemas y cesar la relación si esta no funciona, pero con "honestidad". El mundo idílico, en definitiva.

Saludos y gracias por tu paciencia lectora y tus comentarios.

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