¿Qué imagen nos viene a la mente cuando oímos esta palabra? ¿qué sensación nos transmite? Puede que la mayor parte de las veces la asociemos a una persona. A veces, a un organismo, una entidad, una organización. En cualquier caso, siempre nos imaginamos a algo o alguien más fuerte que agrede a algo o alguien más débil e indefenso, con total impunidad. Sin posibilidad de responder. Esta circunstancia se da a todos los niveles de la vida: desde que estamos en primaria, nos desarrollamos como personas, vivimos en un entorno, hasta cuando nos relacionamos con otras personas físicas o jurídicas... Cualquiera que sea el estadio de nuestra existencia, siempre habrá quien abuse, seamos nosotros los que lo hagamos o los que lo suframos. Con esta experiencia nos da la sensación de que el orden natural se mantiene: el grande se come al chico, y nos desilusiona saber que a pesar de nuestro complejo sistema social y de nuestros avances éticos y morales, siempre habrá quien imponga su voluntad al margen de lo socialmente establecido.
Mi empresa no iba a ser diferente de este planteamiento. Mi jefe se sentía víctima del abuso*. Víctima de sus empleados, que impunemente se aprovechaban de él. Que de manera alevosa y malintencionada buscaban beneficiarse del trabajo y el esfuerzo del gerente. Esta entrada debería asociarse a otras que trataban sobre sus paranoias. ¿Por qué pensaba esto? La respuesta la puede dar la anterior frase. Sus paranoias y su equivocada y fija idea de que era la empresa la que daba más a los trabajadores que los trabajadores a ella.
Durante aquel verano-otoño de 2005 la palabra abuso era habitual en el vocabulario del gerente. Cuando los empleados íbamos a desayunar y regresábamos más tarde de 15 minutos, podías oír una "voz en off" que decía:"Esto es un abuso". Cuando después de meses cobrando mal o sencillamente dejando de cobrar, el jefe lanzaba indirectas sobre la "obligatoriedad" de trabajar horas extras, y los empleados salían a su hora en punto, se oía una voz en off que decía: "Esto es un abuso". Cuando el gerente insinuaba que los demás debíamos trabajar los fines de semana, porque él y la acólita lo hacían, y los currantes no volvían hasta el lunes, se podía oír una voz en off que decía:"Esto es un abuso". Cuando algunos empleados querían revisar sus nóminas en base al acuerdo al que habían llegado con el gerente en el momento de la contratación, se oía una voz que decía: "Esto es un abuso"... Así, un largo etcétera.
Lamentablemente cuando los trabajadores, en este caso, el que les escribe, hacían cientos y miles de horas extra sin cobrar, tenían que utilizar su propio vehículo sin percibir remuneración por ello, no cobraban sus finiquitos ni sus trabajos extraordinarios, tenían un sueldo para nada acorde con su trabajo y esfuerzo, no podían ni desayunar, ni comer, ni beber agua, ni descansar... nunca hubo cabida para la frase: "Esto es un abuso".
¿Por qué una nueva entrada hablando de mi jefe y no de mis desventuras? Simple y llanamente porque el abuso lo había realizado la empresa durante muchos años. Se apropió de una palabra y un concepto que no le pertenecía, del cual hacía uso fraudulento, para tapar o esconder su negligente gestión, nuevamente culpabilizando a su entorno como causa de todos sus males. Yo era parte de ese entorno y de la misma manera que él se figuraba ser "agredido" por sus empleados, otros y yo sufrimos los males de lo que luego se quejaba, sin derecho alguno, el gerente.
* Según la Real Academia Española:
abusar.
Mi empresa no iba a ser diferente de este planteamiento. Mi jefe se sentía víctima del abuso*. Víctima de sus empleados, que impunemente se aprovechaban de él. Que de manera alevosa y malintencionada buscaban beneficiarse del trabajo y el esfuerzo del gerente. Esta entrada debería asociarse a otras que trataban sobre sus paranoias. ¿Por qué pensaba esto? La respuesta la puede dar la anterior frase. Sus paranoias y su equivocada y fija idea de que era la empresa la que daba más a los trabajadores que los trabajadores a ella.
Durante aquel verano-otoño de 2005 la palabra abuso era habitual en el vocabulario del gerente. Cuando los empleados íbamos a desayunar y regresábamos más tarde de 15 minutos, podías oír una "voz en off" que decía:"Esto es un abuso". Cuando después de meses cobrando mal o sencillamente dejando de cobrar, el jefe lanzaba indirectas sobre la "obligatoriedad" de trabajar horas extras, y los empleados salían a su hora en punto, se oía una voz en off que decía: "Esto es un abuso". Cuando el gerente insinuaba que los demás debíamos trabajar los fines de semana, porque él y la acólita lo hacían, y los currantes no volvían hasta el lunes, se podía oír una voz en off que decía:"Esto es un abuso". Cuando algunos empleados querían revisar sus nóminas en base al acuerdo al que habían llegado con el gerente en el momento de la contratación, se oía una voz que decía: "Esto es un abuso"... Así, un largo etcétera.
Lamentablemente cuando los trabajadores, en este caso, el que les escribe, hacían cientos y miles de horas extra sin cobrar, tenían que utilizar su propio vehículo sin percibir remuneración por ello, no cobraban sus finiquitos ni sus trabajos extraordinarios, tenían un sueldo para nada acorde con su trabajo y esfuerzo, no podían ni desayunar, ni comer, ni beber agua, ni descansar... nunca hubo cabida para la frase: "Esto es un abuso".
¿Por qué una nueva entrada hablando de mi jefe y no de mis desventuras? Simple y llanamente porque el abuso lo había realizado la empresa durante muchos años. Se apropió de una palabra y un concepto que no le pertenecía, del cual hacía uso fraudulento, para tapar o esconder su negligente gestión, nuevamente culpabilizando a su entorno como causa de todos sus males. Yo era parte de ese entorno y de la misma manera que él se figuraba ser "agredido" por sus empleados, otros y yo sufrimos los males de lo que luego se quejaba, sin derecho alguno, el gerente.
* Según la Real Academia Española:
abusar.
(De abuso).
1. intr. Usar mal, excesiva, injusta, impropia o indebidamente de algo o de alguien. Abusaba DE su autoridad.
2. intr. Hacer objeto de trato deshonesto a una persona de menor experiencia, fuerza o poder. Abusó DE un menor.
3. prnl. Guat. espabilarse (‖ avivar y ejercitar el entendimiento de alguien).
4 comentarios:
** Por esta ves querido amigo Erke, te voy a contradecir, ese concepto de "abuso" lo tienes errado no solo tú, sino, también la RAE.
Yo lo he buscado y sin palabra alguna lo único que aparece es la foto de tu jefe! JAJAJAJAJA...
** Sorry, no me concentré mucho en este post, es que todavía te estoy imaginando rompiendo las cadenas en la "huida" JAJAJAJAJAJAJAJJAA
PD: serás el cumplable de que este mes no reciba felicitacíones por escrito en mi trabajo por llegar temprano todos los días..! Me voy a camita a ver si mañana si llego temprano..
Besos!
El victimismo del que hacía gala era obsceno, sin lugar a duda.
Siempre iba de plañidera por la vida... sus lágrimas goteaban por todo el parquét, vertidas de dolor a causa de unos empleados abusones incapaces de hacer algún que otro sacrificio insignificante que demostrara la fé ciega en "La Causa"
mmm, kt deja que busque jajaja, pero creo que paso, me quedaré con el texto escrito. :D
** ay ay ay no me lo recuerdes!!!
jajaja
Léeme cuando quieras, pero no pierdas el sueño. Los textos estarán ahí cuando los quieras leer.
Gracias por tu tiempo.
besos.
nasghoul, pero no me podrás negar que el jefe era todo un artista haciéndose la víctima!! jajaja He visto actores consagrados que son unos aprendices de actores a su lado.
El mundo tiene la culpa de todo, yo no. Ese debía ser su lema. Y durante mucho tiempo nos tuvo convencidos de ello. Ahora aunque fuera verdad, ya no podría creer en él. Es como el cuento del pastor y el lobo.
Saludos.
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