25 junio 2007

La indemnización

Si hubo una ocasión en la que arreglar las cosas, fue sin duda alguna esta. Pero ni aún así, la empresa respondió de forma positiva. Mi jefe me dejó claro que lo único que le preocupaba era "salvar su culo" a toda costa, cuestión que por otro lado me parece lógica; no se podía esperar otra cosa de él. Poco después hubo otra negociación que ponía una de las últimas piezas de todo el despropósito que había sido el trato de ese negocio hacia mi persona. Lo contaré próximamente.
Mientras tanto sus asesores le habían preparado una salida "digna", es decir, económicamente la más beneficiosa para él. Para los empleados supuso perder los 45 días de indemnización por año trabajado, rebajándolo hasta sólo 20 días, de los cuales él sólo pagaría un 60% de ellos. Resumiendo, solamente tendría que abonar 12 días por año trabajado a cada empleado, con la clausula adicional, de que haría efectivo el pago en cuanto la empresa o lo que quedara de ella, pudiera afrontarlo. Un futuro incierto. Únicamente quedábamos 4 empleados en el momento del cierre y uno más que actuaba como freelance y que al parecer no se incluía en el cómputo. Pero mucho mejor aún; de los cuatro, sólo dos llevaban más de 12 años en la empresa y su sueldo era mileurista. La persona que más cobraba sólo llevaba 3 años en la empresa. Erkemao llevaba 8 años, pero tenía un sueldo paupérrimo. Si nos ponemos a hacer cálculos, a la empresa no le salía nada caro todo el proceso, es más, le salía muy barato. Evidentemente para mi jefe ese ahorro no era suficiente. En su mente sólo había una idea válida y es: "yo no le tengo que pagar nada a nadie. Yo no le debo nada a nadie. Si tengo que pagar es porque lo dice la ley y me puedo meter en problemas, pero buscaré la manera de no abonar nada porque no me da la gana". Esta es la suposición que yo hago, por mi experiencia y trato. Y como también digo siempre, es totalmente discutible. Por esta razón me esperaba una sorpresa muy desagradable cuando el gerente empezó a dictar las cifras que nos correspondían a cada uno. Había que ahorrar lo máximo en indemnizaciones a los empleados, ¿por qué no quitarle todo lo posible a Erkemao?.
"A fulanito por X años de servicio le corresponden X euros. A menganita por Y años de servicio le corresponden Y euros... A Erkemao por 5 años de servicio le corresponden 3.700 (apróximadamente) euros de indemnización". Me dio una bajona. No me podía creer lo que estaba oyendo. Es más, sentí una rabia tremenda por su forma de decirlo.
Su discurso era monótono, del que lee algo que está escrito y no conoce. Pero a medida que recitaba las cifras creí entrever en su tono y en sus ojos cierta satisfacción. Las cantidades adeudadas eran nimias, comparadas con lo que deberían ser. Cuando leyó mis datos, ni se inmutó. Le parecieron absolutamente magníficos. No se quedó perplejo ni pensativo sobre la veracidad de esas cifras. La mía era tan absolutamente irrisoria que como mínimo te planteas si hay algún error. Después de 8 años de trabajo y después de la famosa reunión que tuve con él, no se extrañó del número que estaba recitando. Todo lo contrario. Pienso que sintió una gran alegría, disimulada en una "voz de póker". Si por ejemplo en ese papel hubieran sido impresas cantidades como por ejemplo: 37.000 euros, seguro que se hubiera callado y hubiera empezado a remover cielo y tierra para confirmar o desmentir lo que estaba escrito en el papel. Sin embargo, aquellas otras que sí tenía le debieron parecer maravillosas, sobre todo porque a esas cantidades había que aplicar la parte que pagaba el FOGASA.
De esta manera, después de 8 años de sufrimientos, de aguantar, de ser humillado, de ser explotado, de no cobrar miles de horas extras, de percibir un sueldillo para nada adecuado a mis responsabilidades y trabajo, de darlo todo por esa empresa desagradecida... lo único seguro que tenía eran unos 1.500 euros. Cantidad que, además, no me pagaba la empresa sino el estado. Los dos mil euros restantes eran etéreos y se basaban en un "gesto de buena voluntad" por parte de mi jefe. Si él resolvía sus problemas y quedaba algo, entonces yo cobraría. En caso contrario yo no iba a cobrar antes de que él se "salvara".

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Quemado, quiero destacar algo que no sé si alguien lo ha hecho ya. Pero es que tus historias se cuentan solas con las imágenes que elegís. Antes de leerlas, les pego una ojeada y ya sé lo que estás contando con sólo ver las imágenes. Lo tuyo es relato e historia gráfica al mismo tiempo. ¿Para cuándo sonido?

Erkemao dijo...

jajaja, gracias Cebolla. Se hacía necesario darle vida a este "tostón" de relato con imágenes que alegren la vista o que puedan ilustrar partes de lo qeu se va leyendo. ¿sonido' no lo había pensado, pero he de reconocer que soy un poco vago para modificar la plantilla ;)

Saludos.

Anónimo dijo...

No entiendo lo de "A Erkemao por 5 años y medio de servicio"...no fueron 8 años? Qué pasó con los dos años y medio restantes?

Isaac Morán dijo...

tengo unas ganas de que titules un post algo así como "la paliza al jefe" o "Ya que no me pagaba, cobró"
:P

Erkemao dijo...

Gracias Fede, tu comentario me hizo revisar las fechas y darme cuenta de que realmente no eran 5 años y medio , sino sólo 5 años. Pues con los casi tres restantes pasó lo siguiente: la empresa me tuvo al principio casi 5 meses sin contrato, luego empezó a hacerme contratos por meses y además me iba cambiando de "empresa" en cada nueva renovación. Esta empresa fantasma era la misma Acme S.A. pero con otro nombre. De esta manera, no acumulabas antigüedad puestos que cada vez que te hacían un contrato empezabas desde 0. Práctica muy común en España.

Saludos.
A efectos prácticos, cuanto menos antigüedad, menos indemnización ;)

Erkemao dijo...

ojo virtual, ese sería un final épico!!!
auqneu me da que solo se da en las películas.

saludos y gracias por observar ;) que tu blog es el paradigma de la observación del entorno .

Anónimo dijo...

Entiendo, Erkemao. Igual, en un hipotético juicio (que todavía no sabemos si lo hubo o no), es bastante fácil demostrar que, en la práctica, en esos dos años y medio trabajaste en la empresa, y contar ese período a efectos de indemnización, multas, etcétera. Por lo menos acá en Argentina es así.

Ojovirtual, yo estoy igual que vos! Esperando que llegue de una vez el post en donde muelen a trompadas al jefe, o le prenden fuego el auto o la casa, o al menos lo asustan un poco con amenazas!!! Quiero violencia, quiero que se descarguen todas las broncas contenidas de los empleados de una vez!!! jajaja! Erkemao, nos darás el gusto?

admin dijo...

Lo cual te demuestra que no por ser buen chico te van a recompensar mejor, sino que parece que es al revés: cuando más cabrón es uno y más mira por su propio culo, incluso abusando de los demás, mejor le va. C'est la vie!

Erkemao dijo...

fede, si y no en cuanto a lo de demostrar que estabas en 2 empresas y que realmente era la misma. Aunque la dirección fuera la misma, eso no implicaba nada, habría que demostrarlo con testigos, nóminas, etc... y resulta que las nóminas de la otra empresa no tenían ningún sello. Mi jefe cuidaba bien esos detalles, para no llevarse ninguna sorpresa. No había facturas a nombre de ese negocio, el domicilio social estaba en otro lado de mi provincia, hasta la actividad no coincidía.

Lo que pasó al final... pronto lo sabremos... ;)

Erkemao dijo...

por fin es lunes, sólo sé responderte de una manera: "amén hermano" ;)
cierto, para llegar a algo en el trabajo o tienes suerte o eres un cabrón.
Cuando estaba estudiando trabajé en una discoteca: los jefes nos tenían puteados a los que trabajábamos y menos cobrábamos, a los que se escaqueaban y supuestamente "birlaban" dinero de la caja, los adoraban. Conclusión: sé cabrón y te querrán más y te tratarán mejor.
100% de acuerdo con tu comentario.
Saludos.