08 julio 2007

La sentencia

El veredicto tardó 2 ó 3 semanas en ser conocido. Un día me llamaron del bufete de abogados para que me presentara en el despacho. Allí, mi abogado me iba a comentar la sentencia: que decía y que significaba. Cuando llegué, mi representante, dentro de su seriedad, estaba animado. Las noticias eran buenas. Habíamos ganado el juicio. Asunto que, por otro lado, ya sabíamos que iba a ser así debido a la rebeldía* de mi empresa, que no había acudido a la cita. Una vez sentado, el letrado procedió a leer y explicarme la sentencia. El juez había estimado oportuna mi reclamación por las pruebas aportadas y por la ya citada, "dejadez" de mi jefe. Yo estaba muy emocionado, porque sinceramente, no pensaba ganar. Era demasiado pesimista al respecto. Se obligaba a la empresa a pagar la indemnización, la cual tampoco era cuantiosa para todos los años que estuve trabajando y las tareas y responsabilidades desarrolladas. En este tipo de actos, la justicia no se detiene a hacer valoraciones de sufrimientos o humillaciones, sino que va a los hechos objetivos y hace cálculos sencillos. Bueno, era así, ya podía estar contento con conseguir demostrar gran parte de mi antigüedad. Además de la citada indemnización se obligaba al negocio a abonar mis salarios desde el día del despido hasta la fecha del juicio. La razón para ello se basaba en que el despido había sido improcedente. Mi abogado me comentó otra buena noticia: al encontrarse cerrada la empresa, el juez estimó que era imposible la readmisión, por lo tanto todos los trámites legales para ello no se podrían realizar y extinguía la relación laboral, sin tener que volver a negociaciones y más papeleos. Nos ahorrábamos muchos problemas y eternizar algo que de por sí, no daba para más.
Mi jefe había alegado desde el día de la conciliación que no tenía dinero, lo cual significaba que seguramente esa indemnización y esos sueldos debidos no los iba a ver nunca. Como he dicho infinidad de veces, mi jefe siempre tenía la última palabra, e independientemente de la veracidad de sus alegaciones, su intención nunca sería pagar deudas y mucho menos a un pringadillo traidor. Mi abogado procedió a la ejecución de la sentencia lo más rápidamente posible. A pesar de ello, obtendría mucho más que esos 1.500 euros que era lo único seguro que tenía después de 8 años de esfuerzo intenso, miles de horas de sacrificio y humillaciones y devota abnegación por una empresa cuya máxima gratificación había sido el desprecio y la difamación.
Consciente de las pocas probabilidades de cobrar lo especificado, la sentencia significaba algo mucho más importante para mí. La JUSTICIA me había dado la razón. No se trataba de alguien subjetivo, de una opinión, de una forma de ver las cosas, sino que un organismo primordial había constatado que mi reclamación era válida e indirectamente, que la empresa había mentido. Me sentí de una forma similar a cuando la psicóloga me dijo que tenía depresión. Alguien más poderoso en opinión que mi jefe o yo, me daba la razón. Ya no eran paranoias mías, ya no se trataba de un problema de debilidad o punto de vista personal contra la "verdad" que proclamaba ostentar la empresa. Se trataba de una realidad objetiva. Ahora podía decir con plenas garantías que el negocio, representado en la persona de mi jefe, había hecho las cosas mal intencionadamente. Mi mente se liberaba de toda la tensión de tener que cuestionarme a mí mismo, pensado que era yo el que había fallado. NO, ciertamente yo no era el que había errado. Lo que había sucedido, independientemente de mis graves omisiones hacia mí mismo, tenía un actor principal con nombres y apellidos. Eso era lo que significaba para mí el veredicto**, el reconocimiento a mi esfuerzo y trabajo y la mala fe de mi jefe.
El futuro todavía daría para más, pero esa es otra historia y tal vez sea contada algún día.


* y ** Según la Real Academia Española

rebeldía.

1. f. Cualidad de rebelde.

2. f. Acción propia del rebelde.

3. f. Der. Estado procesal de quien, siendo parte en un juicio, no acude al llamamiento que formalmente le hace el juez o deja incumplidas las intimaciones de este.

en ~.

1. loc. adv. Der. En situación jurídica de rebelde.



veredicto.

(Del lat. vere, con verdad, y dictus, dicho).

1. m. Fallo pronunciado por un jurado.

2. m. Parecer, dictamen o juicio emitido reflexiva y autorizadamente.

~ de inculpabilidad.

1. m. El que pronuncia el jurado descargando al reo de todos los capítulos de la acusación.


12 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro por la sentencia, Erke. Al fin se hizo justicia! Lo que no me gustó es eso de "esa es otra historia y tal vez sea contada algún día"...o sea que la historia termina acá? No no no, tus lectores no lo vamos a permitir. Al menos, no nos dejes con la intriga de saber si ya viste algún billete de los que te corresponden o no!

Isaac Morán dijo...

Bueno, este es el momento de felicitarte. Al menos, espero, habrá un epílogo, ¿no?

Anónimo dijo...

fede, no te hagas ilusiones con saber si va ver billetes o no. Después de ganar un juicio vienen periodos de notificación, recursos, periodos de ejecución voluntaria, ejecución forzosa, investigación de los bienes de la empresa, y finalmente, el FOGASA.

No te queda nada Erke ...

Erkemao dijo...

Fede, gracias. no sé si toda la justicia pero ,al menos, esta no es el tipo de situación de la que escapes diciendo: "eso no era lo que yo te dije, tu me entendiste mal, lo que yo quería decir era....". jajaja, la historia no termina en este punto, como comenta el anónimo más abajo, todavia queda mucho camino por recorrer ;)
Gracias y saludos.

Erkemao dijo...

ojo virtual, gracias.Weno, espero que haya una moraleja. Hoy me lo tomo relajado.
Saludos y gracias.

Erkemao dijo...

anónimo veo que sabes del tema ;) Lo importante ya está hecho. El futuro dirá más cosas. De todas formas quien se ha dedicado al trapicheo constantemente, tiene más de un recurso para reirse de la justicia... imagínate de un pringadillo! ;)
Saludos y gracias por comentar.

Anónimo dijo...

Menudo cabrón de jefe. Yo Erkemao te digo, que a cada cerdo le llega .... o que siembra mierda y cosecharas mierda.
La justicia, pues si, está hecha para los ricos.
Pero no pienses que se rieron de ti, tu fuiste buen trabajador y piensa que gente así hay mucha. Has aprendido con tipo de gente no trabajaras nunca. ESO ES UN GRAN TESORO, GUARDALO Y UTILIZALO

eSPERO QUE TENGAS MUCHA SUERTE EN LA VIDA.

SALUDOS

Erkemao dijo...

Sharoncielo, gracias por pasarte y comentar.
Las cosas fueron así, lamentarse ahora es en vano. Queda la esperanza de que no vuelva a suceder y de que alguien pueda leer estas palabras y actuar a tiempo.
No sé como será el futuro, pero esta experiencia me ha servido, al menos, para ser un poco menos cándido y tener claro que las relaciones laborales son eso, relaciones de igual a igual. Los empresarios no contratan por amor al arte, sino para obtener beneficios. Si cada parte cumple su parte del trato todo irá bien. Desde que una parte intente sobrepasar lo acordado las cosas no irán tan bien. Hay que ser más crítico con lo que te dicen las empresas, puesto que demasiado a menudo no tienen una base consistente y habitualmente es el trabajador el perjudicado.
Gracias por tu deseo y de igual modo también espero que tengas mucha suerte en la vida.
Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

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juanjo dijo...

niño,perdon erkemao,necesito el texto completo para posible publicacion.juanjo

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