10 marzo 2007

El día después

Después del cierre de mi departamento, tuvimos un periodo de transición no muy largo. Era el tiempo de avisar a los clientes del nuevo rumbo que ya, y definitivamente, había tomado mi empresa. Era el tiempo de despedirnos de muchos de ellos. Era el tiempo de que el departamento, que tan mal había sido tratado, pusiera de nuevo su cara para contarle a los interesados, que les dejábamos repentinamente y sin alternativas. Sólo ciertos clientes "estratégicos" se salvarían de la quema, lo cual es un decir, porque el servicio que la empresa nos permitía seguir dándoles era nefasto y antiprofesional. No se les podía vender material desde hacía mucho, y para las reparaciones muchas veces nos vimos sin nada. Mi jefe, por supuesto, escondido en su despacho y ajeno a cualquier responsabilidad. Estaba entretenido en labores más sublimes y por otro lado, no quería que los clientes le recriminaran ser el malo de la película. Algunos clientes me dijeron: "¡Qué cierran el taller!, ¿Tu jefe esta loco?". Como seguíamos siendo empleados de aquella empresa, nos teníamos que morder la lengua para no expresar nuestra opinión al respecto. Más de una vez les quise decir: "el responsable de todo esto es mi jefe, que no tiene el valor de dar la cara y llamarte para decirte que pasa olímpicamente de clientes como tú, porque no eres lo suficientemente rico o poderoso". De esta manera, fuimos alternando los últimos mantenimientos y últimas salidas a clientes con otros "trabajos" que comentaré en breve. Evidentemente los pringadillos sólo teníamos dos opciones: adaptarnos o ser despedidos. La segunda era la más ideal para mí. Hacía ya mucho tiempo que estaba harto de esa empresa y harto del tirano que jugaba con nuestras vidas y nuestros sentimientos. La primera opción también era factible, pero ¿a qué coste? Cierta mañana mi jefe me citó para una reunión informal y rápida. El tema a tratar era evaluar mis conocimientos sobre programación. Me preguntó. "¿Sabes programar o sabes algo de páginas Web?" Le respondí: "Ya sabes que un par de nosotros hicimos un curso de páginas Web hace poco, pero NO, NO sé programar y NO me gusta programar". A buen entendedor pocas palabras bastan. Me miró y me dijo: "Ah, vale, es lo que quería saber". Se acabó la reunión. Suspiré aliviado. Por fin acababan 6 años de pesadilla para mí. 6 años de torturas, humillaciones e insultos. 6 largos años en que me cuestioné la expresión: "Para llegar a ser algo en la vida hay que trabajar mucho". Eso debe ser en otra vida. En este y otro trabajo que había tenido, la realidad me enseñó que si tienes buenas tetas, facilidad de palabra o eres un "cabrón" te irá mucho mejor que dejándote la piel cada día en la empresa. Tu jefe te querrá mucho más que si eres un trabajador abnegado, responsable y obediente. Yo era un iluso. La vida no había acabado de ensañarse conmigo. O mi jefe era un tipo tan magnánimo que me daría una nueva oportunidad o era tan ratero que intentaría conseguir que me fuera sin pagarme indemnización, pero de una forma ya nada sutil. A partir de este momento es cuando de verdad empezaría a pagar mi años de esfuerzo. Ahora la empresa me aplicaría el verdadero castigo por trabajar de sol a sol y sería duro, muy duro.

10 comentarios:

Wax and Wane dijo...

Puta madre, nunca me irá bien (digo por lo de las "buenas tetas") brillan por su ausencia :)

Al margen una situación pedorrísima tener que enfrentar a los clientes...
y el caradurismo del jefe, en su mundo paralelo.. casi bizarro

Lu

Erkemao dijo...

jajaja, bueno lo de las tetas es una metáfora; no hay que tomárselo al pie de la letra. Quería expresar la sexualidad. Yo, como tío, pongo el ejemplo en femenino, pero vale igualmente para hombres con jefas ;)
Bueno, y no te preocupes que lo de "buenas tetas" también depende de quien te las mire ;) Para gustos colores ;)
Una de las facetas de mi jefe era escurrir el bulto ante ciertas situaciones y derivar responsabilidades o culpables. Es un buen modo de seguir subsistiendo intacto. Me da que esta "virtud" se da a tdos los niveles.
Gracias por comentar. Saludos.

Anónimo dijo...

Vaya, cuanta verdad y que quemao tienes que estar macho.Pues lo que has dicho acerca de los "requisitos" es una verdad que duele, pero desgraciadamente es así.Como siempre genial,tu blog es una vía de escape tio, me encanta.Por cierto en tu nuevo trabajo aún no se huele a chamuscado...no?.Ufff, que se porten bien o tendrán un espacio en tu blog que no gustará tanto, so pena de que despierten al guerrero ario y germano que llevas dentro.Quiero estar para la ocasión.

Tiemblen jefes explotadores!!!

Erkemao dijo...

XDD nexus de guerrero la verdad que tengo poco XDDD De momento en el nuevo trabajo estoy en actitud contemplativa, pero por lo que he visto no se andan por las ramas, te dicen las cosas como son y no te llenan la cabeza de pajaritos y promesas. En las próximas entradas narraré la etapa más difícil en la empresa, aquella que nunca debí padecer porque la empresa no tenía que habermela hecho pasar y porque tenía que haberme largado y no aguantar las humillaciones.

David dijo...

impresionante blog, opinion totalmente contraria para tus antiguos jefes si lo han visto jaja, con las palabras "se las estan devolviendo" aunque por desgracia solo esta entre comillas. bueno pues un contenido excelente me estuve leyendo los tres ultimos post y me parece que va a tener que ser una de las visitas aseguradas este blog en mi dia, ya que, comentarios así te hacen olvidar algo tu vida. sin ser mas pesado queria felicitarte por lo de las visitas del margen izquierdo a la vez que preguntarte como lo hiciste y si te podria copiar?:P. Saludos:)

Erkemao dijo...

Hola David, gracias por tu visita y comentario. Eché un vistazo a tu perfil y por edad supongo que todavía no has gozado de las miel del trabajo asalariado. Espero que mi blog sea un buen ejemplo de lo que NO hay que hacer y lo que NO debe suceder en una empresa. En el diario no cuento muchas cosas más de las que un día dije a la cara a mi jefe ;)
Tengo dos contadores de visitas y cada uno va a su bola. Para conseguir el código para tu blog, sólo tienes que picar sobre ellos en las palabras "neocounter" o "clustrmaps" y te dirigirán a sus páginas. Ambos son gratuitos, con periodo de evaluación y con la posibilidad de suscribirte. Cuando di de alta este blog estuve mirando muchos otros blogs que contenían estos contadores, y como me gustan mucho los mapas, decidí ponerlos.
Saludos.

Anónimo dijo...

I can't belive it! Todavía queda más "torturas" por contar?

Al menos sabemos que salistes vivo!

Erkemao dijo...

de mas, lo dudabas? ;) mi jefe siempre podía ir más allá!
Salí vivo, pero perturbado de la cabeza :P
saludos.

Anónimo dijo...

¡Bingo! Eso es lo que uno aprende después de tanto tiempo: el esfuerzo no tiene recompensa. Como dijo Lacan: "Cuanto más desagradable seas, mejor te irá en la vida".

Erkemao dijo...

cebolla, desde luego que en ciertas profesiones y en ciertos ambientes y con ciertas personas es así. A mí por lo menos no me ha ido bien trabajando como un burro... ¿tendré que cambiar de personalidad?
Hace mucho, cuando estudiaba, trabajé en un pub. Teníamos un "jefe" que era, además, relaciones públicas. El tío llegaba, echaba una bronca por lo que fuera, aunque no hubiese motivo, y cuando se iba echaba otra. Delante del propietario parecía que estaba trabajando duro, por echar broncas e ir de tipo duro y malo. La realidad era que tenía el mejor trabajo del mundo. No hacía nada, invitaba a los amigos a copas y a él mismo (los wiskis más caros por supuesto) toda la noche o la parte de la noche que quisiera estar trabajando, le importaba un bledo los clientes, con lo cual lo de relaciones públicas no sé a que se debía, ligaba con quien quería, se iba cuando le daba la gana y encima cobraba un montón por comisiones, al explotarnos y hacernos currar más para ganar más él. Si algo salía mal, le echaba la culpa a cualquiera de los que estábamos allí y se quitaba todos los problemas de encima.
Este es un buen ejemplo de como vivir bien.