

Sin pedirlo "por favor", sin hablarlo, sin consultarlo, sin excusarse y sin comportarse como una persona, apareció ante nosotros poco tiempo después de cerrar mi departamento. De forma arrogante, zafia, indolente, despótica, tirana, despreciativa, envanecida, insolente y cruel nos exigió que sacásemos todos los cajones, desmontáramos todos los armarios y mesas que teníamos en el taller, que llevásemos todo al sótano, que limpiáramos todo y que dejásemos todo dispuesto, porque a partir de aquel momento, ese lugar iba a ser su despacho.
Una vez realizamos esas "labores", para nada recogidas en ningún contrato ni en ningún sentido común, se nos conminó a traerle su mesa y todas sus cosas desde el otro lado de la empresa y a dejárselo todo perfecto. Era un trabajo descomunal y sólo era el principio de varias semanas de sometimiento. Había que ver su cara. Esa persona se había convertido en un cacique y ordenaba como tal: "Haz esto", "pon esto otro aquí y aquello otro allá" (por que yo lo digo y yo lo mando). Una arrogancia y una desfachatez sin límite, como si fuésemos sus esclavos o sus vasallos. ¡Qué soberbia!
Sólo uno de los técnicos siguió llevando el tema de los mantenimientos y luego una baja le salvó de sufrir lo que se avecinaba. Tanto el otro compañero (del que siempre abusaba mi jefe) como yo, íbamos a ser el blanco de su presunción y envilecimiento. Íbamos a pagar 6 años en los que el gerente no se había atrevido a propasarse. Ahora tenía carta blanca. El apoyo incondicional de los nuevos apoderados le daba alas.
Su falsa sensación de legitimidad por haber cerrado el taller y darnos la oportunidad de seguir en la empresa (la cual no queríamos) le animaba a atropellarnos y maltratarnos. Nuestra estúpida posición pasiva, además, le hacía creerse inmune. ¡Fuimos unos idiotas!¡Debimos cortar por lo sano, decirle las cosas a la cara y olvidarnos de él para siempre! Ahora no vale la pena lamentarse de la falta de coraje y agallas, pero si vale la pena contarlo, para los que vengan detrás no comentan nuestros errores. En el próximo post les comentaré más trabajos forzados y peligrosos que tuvimos que sufrir, cada cual más vejante que el anterior. Ese verano para mí estaría dividido entre el infierno del trabajo y el infierno de la vida. Sólo una persona puso algo de esperanza en esa locura, a la cual tuve que abandonar cuando mi caída hacia el abismo ya no tenía retorno posible.

Sólo uno de los técnicos siguió llevando el tema de los mantenimientos y luego una baja le salvó de sufrir lo que se avecinaba. Tanto el otro compañero (del que siempre abusaba mi jefe) como yo, íbamos a ser el blanco de su presunción y envilecimiento. Íbamos a pagar 6 años en los que el gerente no se había atrevido a propasarse. Ahora tenía carta blanca. El apoyo incondicional de los nuevos apoderados le daba alas.

11 comentarios:
Donde las dan las toman, el empleado tambien puede hacerle la vida imposible a jefe agilipollao
jesus, pues sí, y ya tendría mi oportunidad de devolverle los "favores", pero aún pasaría tiempo y muchas más desgracias.
Gracias por pasarte y comentar.
Estoy impaciente por que te despaches a gusto con lo que supuso tu (y la de otros compañeros) reubicación dentro de la empresa por la clausura del taller de reparaciones.
Por lo que has contado en este post, me viene a la memoria ciertos comportamientos del jefe que me desconcertaban al principio, pero acabaron suscitando indiferencia e hicieron que le perdiera primero el miedo y luego el respeto (entre otras cosas). Dichos comportamientos anómalos se refieren a lo maniático y esquizofrénico que se ponía si cambiabas algo de sitio sin su consentimiento (o movías tu propia mesa 5 cm para un sitio u otro) también si te daba por pensar por tí mismo y hacías algo que no te hubiera ordenado (alguna risa sin que él supiera a qué venía...) o proponías alguna idea o comentario que no te hubiera pedido añadir, enseguida te recordaba que el único capacitado para expresarse era él... en fin, que estoy seguro que podrías recopilar material sobre este tema para un nuevo post.
Nasghoul, no me acordaba de las manías esas y de los cuadritos de certificados ISO bien puestos y de los extintores. El tío de podía pasar horas midiendo milimétricamente donde iban. Creo que estaba al borde la locura caciquil. Todo el mundo le robaba (por pasarte un minuto del desayuno o llegar tarde o salir a tu hora), excepto los acólitos, según su perturbado pensamiento, o como bien dices, él era la luz del mundo. El experto en lógica, el Señor del Master (Master of the Universe), el genio... Menudas comederas de coco! Gracias por la aportación, pero creo que te corresponde a tí publicar un post al respecto. Espero con ganas que comencemos el nuevo blog ;)
Eso tiene un nombre y se llama mobbing. Cuando la empresa quiere prescindir de ti pero se quiere ahorrar el coste de despedirte, es una práctica habitual.
Ojovirtual... el mobbing era el menor de nuestros problemas.... lo peor de todo era la desidia de un jefe enfebrecido de poder y que descuidó una empresa que había levantado y a la que asistió impasible como se hundía mientras los empleados luchábamos con todas nuestras fuerzas por algo en lo que creíamos y habíamos puesto nuestra ilusión (porque era en muchos casos nuestro primer empleo)
Erkemao, pues sí, tengo ganas de empezar con el nuevo blog, porque la vida laboral (a título general) está llena de situaciones esperpénticas que nos han ocurrido depués de la época que pasamos en la empresa en la que se centra tu blog y que tantos años dedicamos...
Ups! el anónimo del comentario anterior soy yo... jejeje
ojo virtual, mobbing sí, pero además había un componente abusador. No sé como explicarlo. Era como si te quisiera en la empresa, pero al mismo tiempo te quiera humillar para sentirse más poderoso, o para vengarse por aquellas cosas que le decían o pensaba él de uno y que no se atrevía a decirte directamente a la cara. Y de la misma manera también lo hacía para que te fueras, pero si te ibas, le traicionabas y por lo tanto luego rajaba de ti. Que un psicólogo me lo explique, porque hasta ahora la única palabra clara que a mi juicio le puede definir es: cobarde.
Nasghoul identifíquese!! jajaja
Una empresa en la que los empleados, sin queja alguna, dan su tiempo de vida para el bien del negocio, por un mísero sueldo, y que son tratados como basura, humillados y vejados, ¿cómo podría definirse?
vivir un infierno en verano, nunca mejor aplicado... muy triste esa realidad....
por que tuviste que dejar a quien te ayudo a salir...?
wax and wane, pues no es que me ayudara a salir, sino que puso un rayo de luz en lo oscura que se estaba tornando mi existencia. Realmente fui yo luego quien me encerré en mi mismo y ni siquiera esa persona podría hacer nada para evitarlo o hacerme salir. Ya lo iré contando en los próximos días.
Saludos.
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