El trabajar 8 años con una persona te permite comparar sus opiniones y afirmaciones a lo largo de del tiempo. En el caso de mi jefe era más fácil si cabe, debido a su ligereza de palabra y su afán por recalcar ciertas cosas una y otra vez. Aunque reconozco que, a veces, su opinión tan voluble, hacía imposible determinar que afirmó la primera vez y a que idea se aferró al final. De lo que consigo recordar, hubo mucho que comentó y de lo que luego se desdijo. Mi malestar y preocupación se basa en que algunas de esas mentiras eran tan absurdas y estúpidas que te planteas que si es capaz de mentir en eso, ¿en qué otras cosas más importantes lo hará? Otra duda me ronda por la cabeza: ¿qué sentido tenían esas mentiras? ¿para qué? ¿no era más lógico decir la verdad?
En los pasados días narré como a los pringadillos nos cambiaron de empresa para no acumular antigüedad. Según mi jefe, este hecho se debía a que la ley exigía diferenciar la empresa entre una parte administrativa y una técnica. No puedo afirmar ni negar que se tratase de una mentira pero, desde luego que parece raro. Poco tiempo después, en una conversación relajada que tenía con mi jefe en la calle, y si no me equivo por la tarde después de salir de trabajar, aseveró que el nombre de la empresa era fruto de un error. Mi empresa se llamaba ##### S.A. (no pongo el nombre, porque no es importante para la narración de la historia). Según él, al inscribirse en el registro mercantil, la persona encargada del papeleo se equivocó, poniendo S.A. a una empresa que no lo era. Parece un error de lo más lógico, una confusión de lo más habitual en un registro mercantil (nótese la ironía). Bien, 6 ó 7 años más tarde me enteré de que la empresa se había constituido como S.A. y siempre había sido una S.A. a pesar de que los socios anteriores habían vendido sus acciones a mi jefe y éste había quedado como administrador único. Creo, corríjanme si me equivoco, que una S.A, no puede tener menos de dos socios, pero en caso de que todos los socios vendan a uno, sí. ¿Qué sentido tenía contarme esa mentira? ¿Por qué y para qué? ¿Alguien tiene alguna idea?
En los pasados días narré como a los pringadillos nos cambiaron de empresa para no acumular antigüedad. Según mi jefe, este hecho se debía a que la ley exigía diferenciar la empresa entre una parte administrativa y una técnica. No puedo afirmar ni negar que se tratase de una mentira pero, desde luego que parece raro. Poco tiempo después, en una conversación relajada que tenía con mi jefe en la calle, y si no me equivo por la tarde después de salir de trabajar, aseveró que el nombre de la empresa era fruto de un error. Mi empresa se llamaba ##### S.A. (no pongo el nombre, porque no es importante para la narración de la historia). Según él, al inscribirse en el registro mercantil, la persona encargada del papeleo se equivocó, poniendo S.A. a una empresa que no lo era. Parece un error de lo más lógico, una confusión de lo más habitual en un registro mercantil (nótese la ironía). Bien, 6 ó 7 años más tarde me enteré de que la empresa se había constituido como S.A. y siempre había sido una S.A. a pesar de que los socios anteriores habían vendido sus acciones a mi jefe y éste había quedado como administrador único. Creo, corríjanme si me equivoco, que una S.A, no puede tener menos de dos socios, pero en caso de que todos los socios vendan a uno, sí. ¿Qué sentido tenía contarme esa mentira? ¿Por qué y para qué? ¿Alguien tiene alguna idea?
1 comentario:
Me estoy haciendo un habitual de tu blog (por la parte que me toca, o mejor dicho ... me tocó) y la verdad es que había aspectos de todo lo que rodeó el entorno de trabajo antes de mi llegada que ignoraba por completo. Al final de mi estancia me enteré de muchas chungadas y cosas feas del jefe, su parentela y todo aquello que pululaba en su micromundo de fantasía y muchas más cosas que supe en esas tardes de reunión con antiguos damnificados de XXXXXX S.A
1 abrazo!
PD: Me encantan las imágenes que ilustran cada relato! jeje!
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