18 marzo 2007

Los nuevos compañeros de trabajo

Hoy haré un alto en el camino. Pondré un paréntesis al ciclo sobre trabajos forzados que he estado contando estos días pasados (I, II, III, IV, V, VI) para describir someramente como se incrementó la plantilla de trabajadores de mi empresa, sobre todo orientada hacia la nueva política del negocio: el software en Internet. Todo esto dentro del plan megalómano de mi jefe de conseguir grandes cantidades de dinero fácil a costa de las subvenciones públicas, así como de organismos públicos. Lo importante es aparentar. En muchas ocasiones, vende más una imagen que mil palabras. Mi jefe, consciente de ello, dedicó mucho esfuerzo al acondicionamiento de los locales. De ellos ya he estado hablando, y lo haré aún más en los próximos post. La otra forma de impresionar era tener la oficina toda llena de gente, y en las mesas vacías poner ordenadores y detalles que simularan que alguien ocupaba ese puesto. No sé que apreciación de la realidad tendría el gerente, posiblemente pensara que en poco tiempo nuestra empresa sería muy importante, con lo cual contrató a muchos nuevos compañeros para tal menester. Puede que todos ellos fueran seducidos con bonitas palabras y grandes proyectos, futuros sueldos elevados y toda una batería de falsas promesas que mi jefe manejaba con habilidad. Y prácticamente todos ellos serían envilecidos una vez abandonaron la empresa.
Hacia el año 2003 comenzó a trabajar en la empresa una nueva compañera en el grupo de programación. Por aquel entonces estaba compuesto por los dos chicos que entraron a hacer prácticas un par de años después que yo, por otro de mis compañeros que también había estado padeciendo en el taller (que tendría una marcha muy indigna) y por el acólito número 1 que estaba llevando varias labores, entre ellas, sacar a la bestia que mi jefe tenía dentro y lavarle la cabeza con pequeñas ideas que se convertirían en grandes fantasías en el imaginativo cerebro del gerente. No recuerdo si en aquella época, las fricciones entre aquellos dos primeros compañeros y el jefe dieron lugar a las salida de los primeros de la empresa. Por supuesto cuando se fueron, y a lo largo de los años, sólo se dijo de ellos lo peor. Tiempo después, y debido a los despropósitos del gerente para hundir el taller y eliminar a algunos "peones" molestos, llegó a la empresa una chica que haría funciones de logística primero, y luego con el cierre de mi departamento no tendría funciones específicas. Como todos, aguantar hasta que la echaran. Sobre esas fechas (¡echadme una mano compañeros, que no lo recuerdo con exactitud!!) y en breve lapsus de tiempo entraron los otros compañeros de fatigas que acabaron siendo coordinadores y cuyas salidas de la empresa también fueron muy polémicas. Por supuesto, serían denigrados tras su marcha, por el siempre "perfecto" e "inocente" jefe que teníamos. Ya sobre finales del 2003 ó 2004 se incorporaría un diseñador gráfico que llevaba tiempo trabajando puntualmente para nosotros y después otra diseñadora gráfica. Justo con la caída del taller entraría a formar parte de la plantilla otra compañera que había estado haciendo sus prácticas de fin de carrera. Al mismo tiempo llegaron los primeros programadores de la nueva era. Uno que se gozó todas las obras, otro que entraría a mitad del verano y un tercero que también lo haría por esas fechas. Para dar la sensación de gran empresa, y seguro que de cara a alguna subvención, se puso en plantilla a la chica de la limpieza. Aún faltaba por llegar otro diseñador más. Así, en apenas un año, habíamos doblado la plantilla. Los procesos selectivos para algunos fueron más sencillos, pero para otros algo parecido a entrar en la NASA. Se les pedía un currículum desproporcionado a las funciones que iban a cumplir. En mi empresa estaban tratando de dar la imagen de ser una empresa puntera, en un campo en el cual sólo llevábamos poco tiempo y del que todavía no teníamos mucha idea. Es la teoría de la exclusividad. Los candidatos no elegidos, posiblemente difundirían la idea de una empresa de alto nivel con una selección muy estricta. Otra pieza más para crear una imagen falsa de cara al mundo. De esta manera, a finales de 2004, habría en plantilla unas 20 personas incluyendo alguna baja. Con el cierre de mi departamento, se trataría de reubicar dentro de la empresa a 5 de nosotros, es decir, colocar a algunos y librarse de otros. Los nuevos compañeros, y como casi la mayoría de los miembros en la empresa, estarían exentos de buenos sueldos durante su estancia, y serían obsequiados con abundantes evasivas cuando tratasen de reclamar sus derechos. Pero claro, eso sería una mala interpretación de ellos, mi jefe siempre les había hablado "claro" y con "sinceridad" X-D. Con todos ellos tuve y tengo buena relación y sé y deseo que sigan mucho mejor que cuando les tocó vivir aquellos "maravillosos" años.

4 comentarios:

Isaac Morán dijo...

¿No llegó nunca nadie a denunciarlo por sus malas artes? Entre tanto personal que pasó por allí debió haber alguien que le metiera en algún follón, ¿no?

Anónimo dijo...

Podríamos quedar y hacer una puesta en común por tratar de acordarnos de la cronología de entradas y salidas de personal en la infame empresa...

Erkemao dijo...

ojo virtual, al final pasaron muchas cosas, pero este tío siempre ha tenido mucha suerte con sus empleados. Gente abnegada y trabajadora. Siempre salió ganando. Embacucador y victimista supo labrarse una impunidad total en base a su verborrea en hacer creer que los problemas y los despropósitos venían de fuera o de otros compañeros, quedando él como último referente, y apareciendo para "salvar" las situaciones. Todavia hay mucho que contar, y muchas sorpresas ;)
Saludos.

Erkemao dijo...

nasghoul, estaríainteresante porque yo me pierdo y ya mezclo las cosas.
Saludos.