21 febrero 2007

Salir en la foto con el traje

Bien, parece que voy a trabajar un poco más de lo habitual y en vez de una entrada, publicaré dos. Estuve leyendo esta tarde los comentarios que me habían escrito, y un compañero de aquella empresa de deleznable recuerdo, me sugería que le diera una vuelta de tuerca más a la entrada de hace un par de días: Salir en la foto. La idea me pareció muy interesante, así que también tendrás que colaborar en el post ;). Yo no le solía prestar mucha atención a ese cambio, pero ese tema también se habló en la muy y "remuy" comentada reunión, que tuve con mi jefe años después de los hechos que he descrito a lo largo de estos pocos meses. No lo abarqué en ese momento como lo voy a tomar en el post que hoy les presento, pero cuando llegue la ocasión entenderán porqué se nombró. Sin más dilaciones y sin más misterio les hago partícipes del tema de hoy. El cambio de ropa de mi jefe. Jajaja, vale, vale, no sean malpensados. Les explico de que va esta historia.
Cuando empecé a trabajar, y no sólo yo, sino muchos de mis compañeros, mi jefe no se parecía en nada a esos jefes que estamos acostumbrados a imaginar, y que ilustran muchos de mis post. Mi jefe vestía pantalones vaqueros, camiseta surfera y no pocas veces calzaba chanclas. Lo más informal que se puedan imaginar. Yo estaba encantado, porque así no se me cuestionaba mi estética. A mí me me encanta ir con mis vaqueros, la camiseta por fuera y calzado lo más ligero y cómodo posible, es decir, zapatillas de deporte. En un momento determinado vestí más formal, pero como siempre estaba metido en la mugre o arrastrándome por cualquier sitio, decidí no gastar mi paupérrimo sueldo en ropa elegante para trabajar, y menos por una empresa que nos trataba tan mal. Cuando empezó a alumbrar la posibilidad de avaricia en el horizonte, mi jefe, dejo el sol y la playa por el dinero y el figurar. Cambió repentinamente. Ahora venía a trabajar con sus pantalones de pinza, sus zapatos a juego, camisa abotonada a juego también y por dentro del pantalón, y su chaqueta, a juego, por supuesto. En días especiales ya usaba traje de ejecutivo y su correspondiente corbata, y parece que era como el traje de "El gran héroe americano" (al parecer han repuesto esta serie en la tele), que tenía poderes cuando se lo ponía, porque iba de un poderoso realmente insoportable. En el año 2004 sucedieron muchas cosas trascendentales en mi empresa y sobre todo en mi vida personal, que iré contando estas próximas semanas, y cuando lleguemos a una en particular, les recordaré esta interesante entrada... No sufran, falta poco ;)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Porque creo tener la certeza de que no hablas de la misma persona que también tuve uan vez de jefe, pero parece que debe de haber una universidad de jefes o algo asi, donde salen clonados...

Mi jefe tambien vestia igual, y de vez en cuando si habia reunión se calzaba el traje, hasta que EL traje paso a ser su ropa de diario (sin reuniones ni nada) con la consiguiente subida de humos.

Notese lo de EL traje, porque solo tenía UNO, el cual no hacía falta almidonar, ya que cada día con el mismo...imaginate!

Anónimo dijo...

Jajaja... efectivamente, en alguna ocasión, confundieron al jefe con un empleado más, siendo cierto técnico (el más viejo en la empresa) a quien confundieron con el gerente. De pronto cambió sus camisas surferas y chanclas cangrejeras por zapatos pulcramente lustrados y camisa con chaleco del cocodrilo... (dios! que colores más chillones e inconjuntados!) incluso (me contaron, porque yo ya no estaba) que para darse importancia se paseaba fumándose un puro.... (supongo que también cambió el vino de tetrabrik por un tinto en condiciones) y es que un buen disfraz confunde al más pintado, pero también es cierto que "aunque la mona se vista de seda..."

Saludos, mr. Erke!

Anónimo dijo...

muy bueno tu blog

Erkemao dijo...

de más, y como iban los empleados a trabajar, con mascarillas? XDD Me imagino que también iría con más laca en el pelo que Europe en sus buenos tiempos XD Bueno, otro de los cambios que le sucedieron a mi jefe y que conté en la entrada de hoy es el cambio de lenguaje. Aparecio con una serie de anglicismos, que yo flipaba, más cuando teníamos que pasar una serie de pruebas, cada cual más complicada para mantener vivo mi departamento, y una de ellas consistía en crear unos productos. Se nos ocurrió ponerles nombres en inglés para hacerlos comercialmente más atrayentes, y no veas el tío el cabreo que cogió: "a mi me lo ponen todo en español, la empresa nunca trabajará en inglés". Y luego él todo el rato con tecnicismos económicos que ni sabía que significaban.

Nasghoul, jajaja eso estuvo muy bueno. De hecho cuando empecé a trabajar, pensaba que el propietario de la empresa era uno de los empleados, que era capaz de callar al jefe. Lo del purito pues si, y no sé si fuiste a la comida de la EMAS. El sujeto estaba en su salsa. Vino bueno, comida cara, purito y whisky. El nene sabía como vivir la vida y se movía como pez en el agua en ese ambiente, así que me da que nunca había bebido vino de cartón. Creo que podemos hacernos una idea de donde iba el dinero que nos faltaba en nuestras míseras nóminas y las miles de horas extras que hacíamos. Y ojo, que sé de buena tinta que nunca almorzaba con agua ;)

Anónimo gracias por tu comentario. Me da que has vivido experiencias similares. Si vuelves por estos lares, coméntanos alguna anécdota.
Saludos.