Debería hacerlo, pero lo siento, el carnaval lo dejaremos para otro día :-P En mi empresa no había Navidad (ni comida, ni cesta ni adornos) y mucho menos carnavales, pero uf, más de uno iba disfrazado todo el año de lo que no era. En la entrada de este día hablaremos de como mi empresa utilizaba a los clientes. Ya les he contado varias veces que habitualmente eran los interesados los que nos tomaban el pelo, bueno a los pringadillos con el consentimiento de la gerencia y a la gerencia se lo tomaban sin necesidad de consentimiento alguno. Había gente que por su posición en ciertas empresas u organismos, resultaron verdaderamente útiles a la hora de conseguir vender a esas organizaciones y negocios. Como siempre, la buena predisposición de algunos de nuestros clientes resultaba efectiva a la hora de colarnos a hacer negocio. No es que me parezca mal porque todos salíamos ganando, pero lo que realmente detestaba era que cuando algunos de esos clientes dejaban de ser provechosos o se daban cuenta de que se les estaba "utilizando", se les mandaba a la mierda, hablando clara y llanamente. De esas cosas yo me enteraba siempre tarde, pero algunos de esos clientes, que no he vuelto a ver, me caían muy bien y alguna cliente en concreto, más que bien ;).
Recuerdo perfectamente como mi jefe me decía todo embaucador y ponzoñoso: "llévale el ordenador a tal cliente y trátal@ muy bien. Explícale como funciona todo: escáner, internet, impresoras, programas, instálale además tal software o tal otro, créale cuentas de messenger, etc, etc, etc. Tómate el tiempo que necesites y tal y cual". Y yo con la mosca en la oreja: "¿Por qué a est@ cliente sí se le trata tan bien y a otros no?" Con el tiempo me enteraba de que eran directivos de tal cosa o gente que trabajaba en el departamento de tal organismo o que llevaban temas de los que podíamos sacar provecho. Hasta ahora todo bien. Tú me rascas la espalda y yo te rasco la tuya. Nada de cosas raras o ilegales. Pero que pasa, que como muchas historias de amor, acaba sin perdices. "Donde hoy te digo: te quiero, mañana te digo: lo nuestro no podía ser. Cuando ya no eran útiles porque se había o no se había conseguido lo que la empresa quería, ya no era necesario tratarlos tan bien y ese cambio de actitud de un día para otro, lo notaban los interesados. Al final perdimos clientes de esta forma. Lo que más me desagrada, es que, en general, eran buena gente y tampoco querían un trato especial, sino simplemente eran unos clientes más. Pero mi empresa era así y los pringadillos teníamos que aguantar y obedecer. Otro hecho luctuoso que me llenaba de pesar y de rabia era que a otros buenos clientes a los que se había tomado demasiada confianza, se les vendía material usado o de peor calidad como si fuera bueno. Algunos de ellos se dieron cuenta y cuando expresaron su malestar y se fueron a otra tienda les ocurrió como a todos los empleados que salieron de aquella empresa, es decir, el jefe acabó "rajando" de ellos.
Recuerdo perfectamente como mi jefe me decía todo embaucador y ponzoñoso: "llévale el ordenador a tal cliente y trátal@ muy bien. Explícale como funciona todo: escáner, internet, impresoras, programas, instálale además tal software o tal otro, créale cuentas de messenger, etc, etc, etc. Tómate el tiempo que necesites y tal y cual". Y yo con la mosca en la oreja: "¿Por qué a est@ cliente sí se le trata tan bien y a otros no?" Con el tiempo me enteraba de que eran directivos de tal cosa o gente que trabajaba en el departamento de tal organismo o que llevaban temas de los que podíamos sacar provecho. Hasta ahora todo bien. Tú me rascas la espalda y yo te rasco la tuya. Nada de cosas raras o ilegales. Pero que pasa, que como muchas historias de amor, acaba sin perdices. "Donde hoy te digo: te quiero, mañana te digo: lo nuestro no podía ser. Cuando ya no eran útiles porque se había o no se había conseguido lo que la empresa quería, ya no era necesario tratarlos tan bien y ese cambio de actitud de un día para otro, lo notaban los interesados. Al final perdimos clientes de esta forma. Lo que más me desagrada, es que, en general, eran buena gente y tampoco querían un trato especial, sino simplemente eran unos clientes más. Pero mi empresa era así y los pringadillos teníamos que aguantar y obedecer. Otro hecho luctuoso que me llenaba de pesar y de rabia era que a otros buenos clientes a los que se había tomado demasiada confianza, se les vendía material usado o de peor calidad como si fuera bueno. Algunos de ellos se dieron cuenta y cuando expresaron su malestar y se fueron a otra tienda les ocurrió como a todos los empleados que salieron de aquella empresa, es decir, el jefe acabó "rajando" de ellos.
3 comentarios:
Todavía sigues con el ritmo que llevavas en el trabajo?
Vaya marcha para escribir...Tomate algun día de descanso! :P
Lo de utilizar los clientes, de una u otra manera lo acaban haciendo la mayoría de las empresas. Éticamente no es correcto, pero se hace y si no eres demasiado descarado, no tiene por que ser tan "feo".
Harina de otro costal es engañarlos de mala manera y con mala fe: vender mercancía usada como nueva, defectuosa como correcta o con características que no posee eso si que éticamente es muy reprobable y más aún darle la puñalada trapera y si te he visto no me acuerdo. ¿Pero a quién se le ocurre? Este sitio es pequeño y tiendas del ramo no hay tantas y nos conocemos todos...
Ianobil, le he echado un vistazo, pero aún tengo que verlo mejor.Cuando tenga una opinión, te dejare un comentario en tu blog. Gracias por pasarte por aquí y comentar.
De más, ahora que tengo tiempo libre, tengo que escribir, igual luego no puedo. De todas formas quiero acabar esto rápido. Estaba pensado para sólo un par de meses, pero ya ves, empiezas a acordarte de cosas y si no, los colegas te las recuerdan y hay que darles salida, pero ya no le queda mucho a este blog para acabar su andadura ;)
Nasghoul fui testigo antes de que entraras de un par de cosas que hizo la empresa para acceder a cierto departamento de cierto organismo importante de nuestra provincia, y la persona a través de la cual se consiguió, al principio era muy mimada y una vez conseguido el objetivo, como que ya no había que preocuparse tanto por ella. Y como esa alguna más. En cuanto a lo de los engaños, un cliente con el que me llevo muy bien y con el que había mucha confianza en la empresa me comentó:"dejé de venir a %&$"€ S.A. cuando tu jefe me vendió como nueva una placa de segunda mano, pero al final me enteré de que estaba usada". Esto se le hacía sobre todo a los buenos clientes, los que compraban y dejaban dinero a parte de portarse muy bien. Años más tarde un negocio propiedad de un familiar de ese cliente decidió no darnos un trabajo a nosotros y el jefe decía: eso es por culpa del aquel que era un no se qué y un no se cuanto..." Sin comentarios ;)
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