Este es el segundo capítulo dedicado a la Navidad en mi empresa. Como dije en el primero (La Comida de Navidad) mi jefe tiene una animadversión obsesiva a la Navidad, o más bien con la simbología religiosa asociada. Pero, en fin, las cosas son así: si quieres un puente del Pilar, tendrá que haber una Pilar de por medio. Al margen de este tipo de cosas que generan controversia y nos alejan del norte de la cuestión, decir que estas circunstancias se traducían en pequeños despropósitos en la empresa. Así, al igual que no disfrutábamos de una comida de empresa, tampoco gozábamos de una cesta de Navidad. Vale, de acuerdo, no es obligación de la empresa. Pero los pequeños grandes detalles marcan la diferencia :-D Hay organizaciones que regalan a sus empleados prácticamente la mesa de Nochebuena, otras que ofrecen pormenores que te alegran el día, otras que obsequian con frugales presentes y la mía, te brindaba con nada.
Siempre antes de estas fiestas, empezaban a correr rumores sobre la falta de solvencia de la empresa, que había problemas económicos, que llegábamos justos a final de año, etc... tengo mi opinión al respecto, porque había cosas que luego veía y no encajaban para nada con esos rumores. Consecuencia de ellos era que nadie se extrañaba de que no hubiera cesta en Navidad. Ni cesta, ni turrones, ni polvores, ni peladillas... ni un simple caramelo de a peseta. Esto ocurrió desde que empecé, que éramos 7 trabajadores incluyendo al gerente, hasta cuando fuimos casi 20. Entiendo que cuando trabajábamos pocos, los rumores pudieran ser ciertos, pero si luego empiezas a contratar y hacer cantidad de obras... ¿tienes problemas económicos? La empresa tendría sus razones y no voy a entrar a juzgarlas. En el año 2002, si no me equivoco, que es cuando nos cambiamos al euro, el jefe tuvo el detalle de darnos una bolsita de aquellas en la venían muestras de todas las monedas, hasta un valor de 2000 pesetas. Creo que ha sido la única dádiva que hemos recibido, al menos en mi caso.
Siempre antes de estas fiestas, empezaban a correr rumores sobre la falta de solvencia de la empresa, que había problemas económicos, que llegábamos justos a final de año, etc... tengo mi opinión al respecto, porque había cosas que luego veía y no encajaban para nada con esos rumores. Consecuencia de ellos era que nadie se extrañaba de que no hubiera cesta en Navidad. Ni cesta, ni turrones, ni polvores, ni peladillas... ni un simple caramelo de a peseta. Esto ocurrió desde que empecé, que éramos 7 trabajadores incluyendo al gerente, hasta cuando fuimos casi 20. Entiendo que cuando trabajábamos pocos, los rumores pudieran ser ciertos, pero si luego empiezas a contratar y hacer cantidad de obras... ¿tienes problemas económicos? La empresa tendría sus razones y no voy a entrar a juzgarlas. En el año 2002, si no me equivoco, que es cuando nos cambiamos al euro, el jefe tuvo el detalle de darnos una bolsita de aquellas en la venían muestras de todas las monedas, hasta un valor de 2000 pesetas. Creo que ha sido la única dádiva que hemos recibido, al menos en mi caso.
2 comentarios:
En la empresa que estoy actualmente, cinco años, siempre se ha dado cesta de Navidad con cenita incluida (creo recordar que en las anteriores también). Este año, me he encontrado con una plantilla de 430 empleados de plantilla más 79 entre ETT y subcontratas y he tomado la decisión nada popular de no dar cesta ni ir a la Cena de Navidad a esas 79 personas (tema económico, lógicamente). Pero llegará un año, desgraciadamente, que habrá que eliminar esas dos cosas para toda la plantilla y entonces vendrán mis amigos de los sindicatos a decirme ¿qué pasa con los derechos adquiridos?. En fin, que la tengas o no la tengas, ponte un momento en el lugar de la Empresa y verás que siempre será tarea ardua.
Sí, lo entiendo, y comprendo los grandes sacrificios que hacen los empresarios para tener las nóminas a punto a finales/principios de mes, que desconocemos los trabajadores. El blog no es una crítica a los empresarios, aunque lo parezca ;) En mi caso particular te pongo 2 ejemplos de los que comentaba en la entrada: mi departamento estuvo sin cortinas unos 3 años. Entraba el calor y la luz, de forma que no podías estar en las mesas próximas a los ventanales, porque te quedabas ciego o te achicharrabas. Pedimos muchas veces cortinas. Siempre: "no hay dinero". El día que cerraron el departamente, el jefe mudó su despacho a donde estábamos antes. Apareció dinero para cortinas, mámparas caras, aire acondicionado... Otro ejemplo: en plena crisis de la empresa, pillan a mi jefe comentando con unos amigos en un bar que se había comprado un artículo deportivo nuevo(prefiero no decir que es). Tal cosa como mínimo cuesta de 2400 a 3000 euros,las normales...
En cuanto a los derechos, ya contaré los derechos adquiridos... ¡POR LA EMPRESA! ;-)
En cualquier caso, te doy la razón en que los trabajadores no podemos estar con ciertos tiquismiquis si lo que peligra es el trabajo. Poner de nuestro lado y la empresa por supuesto, anotarlo y tenerlo presente siempre.
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