Si la de ayer era una entrada en la cual comentaba lo que no debe hacer un empresario con un cliente, en esta voy a relatarles la forma en que un buen explotador puede sacarle el jugo a un joven empleado. La táctica era buenísima, pero mi jefe no consideró factores externos muy importantes para el buen fin de su plan. Como he dicho en algunas ocasiones, este es un análisis personal de los hechos. Usted o tú que lees estas líneas puedes sacar una conclusión diferente.
Se habrán dado cuenta de que en las últimas entradas se ha tratado casos de despidos y abandonos de la empresa. En este momento de la historia y en los siguientes meses, las cosas van a ser similares. La empresa había entrado en barrena y ya no había forma de enderezar la nave. Todo se iba a la mierda (si me permiten la expresión) cada vez más rápido. El que no terminaba contrato, salía por su propio pie antes de que el golpe fuera más duro. Después del despido de uno de los pringadillos, la empresa, ya no pudo garantizar los sueldos. Mi jefe es de la opinión de: "pago al que esté conmigo (si puedo) y el que se vaya que se joda" (literalmente), es decir, "el que se hunda conmigo es bienvenido, los demás son unos traidores por intentar salvarse". De esta manera no fueron pocas las deudas que la empresa empezó a contraer con los empleados "traidores".
En el verano de 2004 fueron contratados muchos nuevos empleados, sobre todo programadores. Uno de ellos era de los más jóvenes de la empresa y apuntaba buenas maneras en programación. De hecho, la programadora jefe lo veía muy necesario para el buen funcionamiento del departamento. Imagino que como todos los nuevos y jóvenes, tendría un contrato de 6 meses, tras el cual le renovarían (6 meses más, seguramente). Si no recuerdo mal, su sueldo no era el más apropiado para su cometido, así que estaba cobrando más o menos como los pringadillos. Todo un logro teniendo en cuenta que muchos llevábamos allí muchos años y apenas nos subían el sueldo. Pasaban los meses y su situación económica no cambiaba. Se iba acercando el final de su contrato y el jefe no le daba ninguna pista sobre si continuaría o no y en qué condiciones. En esta situación de incertidumbre y con los primeros problemas en los pagos de los sueldos que se produjeron, un tipo listo buscaría otro trabajo. Como ya tenía una "cierta" estabilidad económica, se independizó, con todo lo que ello conlleva en gastos de alquileres, gastos corrientes, etc... Se le ocurrió comentarlo en la empresa. Nunca nunca nunca debes hacer saber a tu jefe que tienes obligaciones económicas, porque intentará aprovecharse de ellas, haciéndote trabajar más y por el mismo sueldo. No comentes que tienes coche nuevo, que te vas a hipotecar, que tienes una deuda, etc... porque un jefe sin escrúpulos lo utilizará en su beneficio. En mi opinión eso es lo que le ocurrió a este compañero... Al conocer el gerente la situación del programador, forzó la negociación al último día, para de esta manera obligarle a aceptar las condiciones que la empresa propusiera. Como les digo, es mi visión particular de los hechos. Se acercaba el momento de la finalización del contrato y el jefe no movía ficha... "le digo que si quiere seguir, será cobrando 720 euros al mes y me quedo tan fresco. Como se acaba de ir de la casa, no tendrá más remedio que aceptar o sufrir para llegar a fin de mes" pensaría. Cuando fue a negociar se llevó una ingrata sorpresa. El compañero había buscado otro trabajo en una empresa grande y estable y en la que además iba a gozar de un sueldo más digno. Mi jefe se quedó bloqueado. Le acababan de reventar el plan. Un buen programador se iba y él no podía negociar, porque no tenía con qué. De nada le sirvió crear incertidumbre y pensar que tenía ganada la partida. El compañero tenía un comodín debajo de la manga. Una muy buena lección.
Se habrán dado cuenta de que en las últimas entradas se ha tratado casos de despidos y abandonos de la empresa. En este momento de la historia y en los siguientes meses, las cosas van a ser similares. La empresa había entrado en barrena y ya no había forma de enderezar la nave. Todo se iba a la mierda (si me permiten la expresión) cada vez más rápido. El que no terminaba contrato, salía por su propio pie antes de que el golpe fuera más duro. Después del despido de uno de los pringadillos, la empresa, ya no pudo garantizar los sueldos. Mi jefe es de la opinión de: "pago al que esté conmigo (si puedo) y el que se vaya que se joda" (literalmente), es decir, "el que se hunda conmigo es bienvenido, los demás son unos traidores por intentar salvarse". De esta manera no fueron pocas las deudas que la empresa empezó a contraer con los empleados "traidores".
En el verano de 2004 fueron contratados muchos nuevos empleados, sobre todo programadores. Uno de ellos era de los más jóvenes de la empresa y apuntaba buenas maneras en programación. De hecho, la programadora jefe lo veía muy necesario para el buen funcionamiento del departamento. Imagino que como todos los nuevos y jóvenes, tendría un contrato de 6 meses, tras el cual le renovarían (6 meses más, seguramente). Si no recuerdo mal, su sueldo no era el más apropiado para su cometido, así que estaba cobrando más o menos como los pringadillos. Todo un logro teniendo en cuenta que muchos llevábamos allí muchos años y apenas nos subían el sueldo. Pasaban los meses y su situación económica no cambiaba. Se iba acercando el final de su contrato y el jefe no le daba ninguna pista sobre si continuaría o no y en qué condiciones. En esta situación de incertidumbre y con los primeros problemas en los pagos de los sueldos que se produjeron, un tipo listo buscaría otro trabajo. Como ya tenía una "cierta" estabilidad económica, se independizó, con todo lo que ello conlleva en gastos de alquileres, gastos corrientes, etc... Se le ocurrió comentarlo en la empresa. Nunca nunca nunca debes hacer saber a tu jefe que tienes obligaciones económicas, porque intentará aprovecharse de ellas, haciéndote trabajar más y por el mismo sueldo. No comentes que tienes coche nuevo, que te vas a hipotecar, que tienes una deuda, etc... porque un jefe sin escrúpulos lo utilizará en su beneficio. En mi opinión eso es lo que le ocurrió a este compañero... Al conocer el gerente la situación del programador, forzó la negociación al último día, para de esta manera obligarle a aceptar las condiciones que la empresa propusiera. Como les digo, es mi visión particular de los hechos. Se acercaba el momento de la finalización del contrato y el jefe no movía ficha... "le digo que si quiere seguir, será cobrando 720 euros al mes y me quedo tan fresco. Como se acaba de ir de la casa, no tendrá más remedio que aceptar o sufrir para llegar a fin de mes" pensaría. Cuando fue a negociar se llevó una ingrata sorpresa. El compañero había buscado otro trabajo en una empresa grande y estable y en la que además iba a gozar de un sueldo más digno. Mi jefe se quedó bloqueado. Le acababan de reventar el plan. Un buen programador se iba y él no podía negociar, porque no tenía con qué. De nada le sirvió crear incertidumbre y pensar que tenía ganada la partida. El compañero tenía un comodín debajo de la manga. Una muy buena lección.
5 comentarios:
A eso se denomina "tirarse un farol"... jejeje... quiso ir sobreseguro y le salió el tiro por la culata...
Se pensaba que iba a poder negociar con ventaja y que el programador no iba a tener más remedio que aceptar lo que le dijera... y seguro que si le prometía algo, luego no lo cumpliría.
¡Qué fuerte!
¡zas, en toda la boca!
Pues menos mal que de vez en cuando hay algún valiente que les pone los puntos sobre las íes... Uno que no abrirá un blog para contar su desgraciada experiencia (y eso tb va por mí).
ojovirtual XDD
por fines es lunes, desde luego, cuantos menos haya haciendo este ejercicio de instrospección mejor que mejor... porque ello debería significar que la gente lucha por sus derechos. En caso contrario, es que nos estamos volviendo una sociedad de autómatas alienados. ;)
Publicar un comentario