13 abril 2007

Las parábolas de mi jefe: La chica que trabajaba por las tardes

Esto está bastante bien. Le voy a dar un aire a Antiguo Testamento al blog. El profeta será mi jefe con sus parábolas, elipses y otras formas de curvar la realidad, al más puro estilo científico de la teoría del espacio tiempo. Ya ven, tenía la capacidad de unir ciencia y religión en un todo único e indiscutible. Recuerdo un show de Les Luthiers en que hacían una parodia a los telepredicadores televisivos. Se hablaba sobre un tal Warren Sánchez. En un momento determinado, el narrador nos cuenta que en cierta ocasión se le pregunta al protagonista por el sentido de la vida, a lo que contesta: "El sentido de la vida. Te lo diré en tres palabras: yo que sé" y el narrador continua diciendo: "¿Qué nos quería decir Warren con esto? Analicemos la frase...", terminando con una divertida explicación. Cada vez que pienso en ello me acuerdo de mi jefe y de sus historias ;)
Intentaré hacer un ejercicio similar. El gerente siempre tenía que tener la última palabra en todo, en cualquier aspecto de la vida, en cualquier historia... siempre siempre siempre él acababa con una mejor. En múltiples ocasiones, y sobre todo cuando nos cambiaron al turno de tarde, nos contó a los tres pringadillos que íbamos a sufrir el destierro horario en la empresa, un bonito cuento. Nos decía que él tenía una amiga a la que le encantaba trabajar de tarde-noche, porque como le gustaba mucho disfrutar la noche, así podía levantarse más tarde y dormir por las mañanas. Que eso era muy bueno, porque a muchas personas les gustaría tener esa oportunidad.
¿Qué nos quería decir nuestro jefe con esto? Muy sencillo. Quería expresar que nos estaba dando calidad de vida al tener un horario de 3 a 9, el cual siempre se prolongaba hasta las 11 ó las 12 (incluso la 1 ó las 2) y los sábados de 8 a 1, el cual podía prolongarse en no pocas ocasiones hasta las 3, 4 ó 5. Mientras que el resto de la empresa tendría que conformarse con el horrible horario de 8 a 3 de la tarde de lunes a viernes. Éramos unos privilegiados porque a diferencia de los demás íbamos a poder estar de juerga todas las noche y levantarnos tarde por las mañanas.
Lo que yo opino es que estaba buscando la forma de camuflar el que los pringadillos íbamos a tener un agravio comparativo con el resto de la empresa y para disimularlo y embellecerlo nos quería engatusar con la historia de su amiga.
Cuando años más tarde nos envió su famoso email de la "mejora social" por horario reducido, fue curioso comprobar que el horario al cual se refería era de 8 a 15 horas. Yo me pregunto: "Si esto era lo que demostraba la calidad de vida que ofrecía la empresa a sus trabajadores, ¿por qué años antes eso no era bueno para los pringadillos que teníamos que trabajar de tarde? ¿Había cambiado el mundo o ahora trataba de vendernos que al quitarnos del turno de tarde nos estaba haciendo un favor impagable? ¡Qué contradicciones!

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