24 abril 2007

Empiezan los problemas económicos

En la primavera de 2005 y tras el cese fulminante de uno de los pringadillos, comenzaron los problemas económicos. Dificultades que nunca más desaparecerían y que al cabo de un año darían al traste con el experimento de mi jefe de tener una superempresa de un día para otro. En vez de "burbuja tecnológica", aquello parecía el "globo burocrático". Al principio fueron retrasos en la nómina: una semana, dos semanas, así hasta llegar a casi un mes en ciertos momentos, en los primeros meses. Luego sería mucho peor. Reparto parcial de lo poco que ingresaba la empresa, demoras más largas... Todo tipo de excusas. "El que tiene que firmar se fue de viaje", "estamos pendientes de un pago que nos prometieron hace X meses y todavía no han realizado", etc... Algunas excusas fueron esperpénticas. Ya lo contaré otro día. Con este panorama y la actitud del gerente de: "el que está conmigo tiene alguna posibilidad y el que no, ya se verá si cobra o no", se contrajeron las primeras deudas con los empleados que iban saliendo de la empresa. Por supuesto los primeros en la lista los traidores, aquellos que habían decidido buscar una cosa mejor, dada la respuesta pasiva del jefe a su esfuerzo y trabajo. Después los "ociosos" aquellos que se habían aprovechado de la empresa. Así le sucedió al último pringadillo incorporado a la empresa. Cuando le llegó el turno de renovar su contrato, las cosas no estaban muy bien. Apenas 6 meses antes le había prometido Jauja y ahora, la empresa, ni tan siquiera quería renovarle, mientras varios compañeros ya habían dejado la empresa.
Este compañero desde que llegó a la empresa, apenas tuvo trabajos que realizar. Por mucho que lo pedía, la empresa no le daba tareas. Tuvo algunas tan sensacionales como retocar fotos viejas del jefe y otros desempeños de naturaleza económica poco rentable. Al final, él mismo se sentía incómodo porque pasaba demasiadas horas muertas. Cuando abandonó la empresa, ni le pagaron su último sueldo ni el finiquito. Denunciar a la empresa era lo mismo que nada, porque aunque consiguiera cobrar, la mayor parte se la iba a llevar el abogado. Lo que más me indigna de todo eran las palabras del jefe: "No hacía nada", "La empresa le dio más a él que él a la empresa", "No era el tipo de perfil que estaba buscando para el negocio" (cuando había sido él quien lo había elegido), "No era tan bueno"... y un montón de aberraciones y obscenidades más, que sólo a un tipo como mi jefe se le podían ocurrir. Otro compañero más que salía por la puerta de atrás.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que no entiendo es como la agente aguantó tanto yendo a trabajar cada día durante meses sin ver un céntimo... eso si que es explotación caciquil y lo demás son tonterías.

Erkemao dijo...

Cada uno tiene su propia historia, pero está claro, que el embaucamiento y la mentira fueron los principales artífices de esta espera.

David dijo...

Joer.. menuda gran historia, la verdad es que sigo tu blog desdee hace poco, hace un tiempoo te deje un comentario y fui poco a poco a enganchandome a tu blog, espero que lo sigas haciendo aunque sea por gente que como yo sigue tu historia, por cierto me gustaría que me pasaras lo que quieres que ponga en mi blog para enlazar al tuyo(si quies claro) sin más, un saludo crak(Y).
PD: lo de neocunter si me puedes decir porque me aparece asi te lo agradeceria, fui a la pagina pero no se donde se cambia ni nada. Gracias