08 abril 2007

La llegada del último pringadillo

A finales de 2004 la empresa todavía no estaba completa. Faltaba un miembro más. El negocio se había propuesto tener un grupo profesional que incluía a 3 diseñadores gráficos. Durante el mes de noviembre, si mi memoria no me falla, se hicieron las pruebas selectivas. Visto los curriculum que se eligieron y la cantidad de entrevistas que se realizaron a cada candidato, parecía más un trabajo para un ingeniero de la NASA que para un diseñador gráfico. Desde hacía algún tiempo el órgano formado por el jefe y los acólitos invitaba a algunos de los miembros de la empresa a participar como oyentes en sus reuniones. Era el famoso Consejo de Dirección o algo así. Tuve el dudoso honor de ser expectador en la reunión en la que eligieron al último candidato. Había dos posibilidades y dos perfiles diferenciados: uno con más experiencia, más curriculum y un carácter más agresivo y otro con menos experiencia, menos curriculum y un carácter más sociable. El acólito número 1 era partidario del primer candidato, el gerente, del segundo. La acólita número 2 no mantenía una posición muy definida, pero estaba más de acuerdo con el otro acólito (lo cual es muy reseñable, puesto que entre ambos había una competencia feroz). Al final, la decisión la tomó el jefe. Yo estaba oyendo sus argumentos y la idea que se me vino a la cabeza fue la siguiente: elige el candidato que le parece más dominable para que no le contradiga y el que tiene menos experiencia para poder pagarle menos. Al final resulta que no era tan dúctil* como parecía. Casualidades de la vida, el elegido y yo teníamos amigos comunes, así que a lo largo de los meses que estuvo en el negocio, iba con los pringadillos (los que quedábamos) a desayunar, así pudimos hacerle partícipe del pie del que cojeaba el gerente y evitarle muchas sorpresas. Durante su estancia en la empresa apenas tenía nada que hacer. Él pedía trabajo y la empresa ocasionalmente le decía que hiciera cosas. En una oportunidad uno de los compañeros le estaba explicando un tema de programación sobre la marcha y se acercó la acólita número 2 a reprenderle por entender que estaba dándole "un curso de formación" no planificado ni autorizado. Increíble pero cierto. Al final no le renovaron el contrato, porque por esa época la empresa ya tenía dificultades económicas. No le han pagado todavía ni su último sueldo ni su finiquito y ya han pasado casi 2 años. Mi jefe, después de que se fue, sólo decía de él que no hacía nada y que la empresa le dio mucho más que lo que él dio a la empresa. Mi jefe no tenía límites a la hora de echar la culpa de todo a los demás. Otro empleado que salía por la puerta de atrás... Ni sería el primero... ni sería el último.


* Según la Real Academia Española:

dúctil.

(Del lat. ductĭlis).

1. adj. Dicho de un metal: Que admite grandes deformaciones mecánicas en frío sin llegar a romperse.

2. adj. Dicho de un metal: Que mecánicamente se puede extender en alambres o hilos.

3. adj. maleable.

4. adj. Dicho de algún cuerpo no metálico: Fácilmente deformable.

5. adj. Acomodadizo, de blanda condición, condescendiente.


4 comentarios:

loleta dijo...

genial, veo que los diseñadores gráficos estan quemados en todo el mundo

Biaksla dijo...

Mi hermano es diseñador grafico.... jajajajaja... tu jefe... o ex-jefe, creo recordar, me cae fatal...

Erkemao dijo...

lorena, espero que no sea así. Mi empresa era muy especial. Los otros diseñadores estaban un poquito mejor...por decir algo ;) en una empresa con otra filosofía seguro que se les trata mejor. Gracias por comentar.
Saludos.

Erkemao dijo...

la princess, mmmmm, si a tu hermano le pidieron un curriculum para ir a la Luna y volver , seguro que cayó en mi empresa :P
Gracias por pasarte por aquí y dejar unas palabritas ;)