08 febrero 2007

Casi 6 años en el infierno: mis números

Esta será sin duda una de mis entradas más elocuentes, y no en el sentido parlanchín y abundante en palabras, sino en el sentido estadístico y de datos. Son unos cuantos números y conceptos, pero no van a ser aburridos. No será una sucesión de tablas monótonas y gráficas "cadeno-montañosas". Les voy a describir con dígitos y letras mis primeros casi 6 años de trabajo en aquella empresa. Serán los segundos en conocer estos datos; el primero tuvo el honor de ser mi jefe, hace ya bastante tiempo en una famosa reunión que de vez en cuando les cito (aunque en ese momento yo le daba las cifras de 7 años, así que éstas cambiaran un poco). En ese momento fue muy interesante ver su reacción. A parte de darme la razón como a los locos porque no le daba la gana creerse nada que no fueran sus mentiras, se dio cuenta de que había muchas cosas que lo dejaban muy mal como empresario y persona. Además de sus indirectas, le gustaba mucho inventarse numeritos para demostrar cosas, una habilidad que debería haber redundado en la creación de una nueva matemática y una nueva contabilidad... pero ¡ay ay!, parece que en Hacienda y en los Bancos siguen anquilosados con las tablas de multiplicar de toda la vida. Un genio incomprendido.
Bueno, vamos con los datos. Algunos de ellos como los sueldos, puede que no les sorprenda demasiado, pero teniendo en cuenta el trabajo desempeñado y las responsabilidades que me exigían, les puedo asegurar que no eran muy equitativos.

1.- Empecé a trabajar por unos 500 euros netos. Seis años después cobraba unos 780 netos (pero llevaba menos de un año con ese sueldo), pocos meses antes todavía cobraba unos 715. Compañeros míos de estudios cobraban unos 720 cuando empezaron a trabajar, y sin tener ningún tipo de responsabilidad ni tener que hacer horas extras. Los que las hacían, eran remunerados por ello. Busqué información, y más del 50% de esa subida se debía al incremento del IPC, es decir, unos 150 ó más de esos euros, eran obligación de la empresa para compensar el coste de la vida. Sólo 130 ó menos se debían a un aumento de salario por propia voluntad de la empresa. Esto supone unos 21,5 al mes y por año, pero partiendo desde 500, no lo olviden. No es lo mismo que si empiezas desde 1.000, por lo tanto da una sensación de subida del salario más importante de lo que es. Yo no era de los peores en aumentos, pero había otros compañeros que sus sueldos habían crecido como la espuma...
2.- Estuve sin contrato los primeros 4 meses, y después durante otro mes y medio, a pesar de haber realizado en esa empresa las prácticas. Además se me cambiaba de empresa en cada nuevo contrato para evitar que acumulara antigüedad.
3.- No tuve vacaciones el primer año. Los siguientes, cuando las tuve, las tenía abortar muchas veces para arreglar temas de trabajo.
4.- Tenía una antigüedad de unos dos años y medio a pesar de llevar más de 5 y medio trabajando la empresa.
5.- Ahora les daré unos resultados que les van a parecer falsos y polémicos. Se trata de las horas extras. Voy a ser moderado en mis cálculos y aún así las cifras les parecerán imposibles. Todo son aproximaciones para no entrar en detalles tediosos.
Cada año puede constar de unos 225 días laborables (a 365 días reales les quitamos unos 100 en fines de semana (aunque yo trabajé muchos años los sábados), otros 30 de vacaciones (en los que no descuento sábados y domingos) y unos 10 por días festivos (no quito días por enfermedad o papeleos, porque raramente iba al médico o a otra cosa que no fuera trabajar).
Cada día, y creo haberlo reflexionado bien, podía trabajar como mínimo unas 3 horas y media de más (y no incluyo los fines de semana que también trabajaba, y en casa pasaba muchas horas delante del ordenador para resolver temas del curro). Me quedo corto, pero sigamos. Nótese que buena parte de esas horas eran bajo presión y estrés.
El tiempo que estimo en total para el cálculo, serán unos cinco años y ocho meses, así que multiplico por 5,65.
El resultado aproximado que nos da es el siguiente:

225(días) * 5,65 (años) * 3,5 (horas c/día) = 4. 450 horas extra realizadas.

Usando datos aproximados: un trabajador de mi convenio realiza en un año, unas 1800 horas.
Si traducimos a años laborables las horas extra: 4450 / 1800 = 2,5 años(redondeando)

Es decir, en unos casi 6 años de trabajo, había trabajado el equivalente a 8 años y medio. Esto, siendo moderado. Mi empresa tenía la particularidad de que el horario era de 35 horas semanales, claro que los sueldos también eran para 35 horas, perdón, rectifico: los sueldos para los pringadillos podrían ser equivalentes a esas 35 horas. No voy a revisar los cálculos para las peculiaridades de mi empresa, porque prefiero no saber los valores que pueden salir.
Con toda esta información, háganse una idea de cuanto podría haber obtenido en ingresos la empresa si lo hubiera cobrado, y quédense con ese dato, porque será muy importante para dentro de unos cuantos post, cuando relate las cifras que echaron abajo a mi departamento. Por supuesto, mi empresa regalaba mucho trabajo a los clientes, pero el que no obsequiaba, lo cobraba y se quedaba con lo pagado, lo cual no veíamos los empleados, al menos los pringadillos y algunos otros. Debía haber visto antes la película "Trabajo basura (Office Space)".
No cobré ni una de esas 4.450 horas, así que háganse una idea de lo que dejé de ganar...
Ricemos el rizo: teniendo en cuenta lo que cobraban otros profesionales en otras empresas decentes haciendo el mismo trabajo que yo... imagínense lo dejado de percibir en salarios corrientes...
6.- Los días libres prometidos (ver post de hace dos días "Las edades del ladrón: II El Cliente") en ese tiempo que no llegué a disfrutar podían estar entre 10 y 20.
7.- 2 finiquitos perdidos, de los cuales, al final conseguí cambiar uno por mercancía.
8.- Trabajos extra de redes no pagados, los cuales en parte conseguí cambiar por un ordenador.
9.- Nunca me pagaron dietas.
10.- El pago del uso del coche propio era simbólico y para nada compensaba el gasto y el riesgo de usarlo.
11.- Facturas de parking, material sencillo como regletas enchufes, brocas, etc... que tuve que poner de mi bolsillo y que no recuperé.
12.- Pérdidas de horas de sueño: incuantificable
13.- Se me cayó buena parte del pelo.
14.- Fines de semana destrozado en casa (cansancio, estrés, enfermedad, ansiedad, depresión...) : incuantificable
15.- Costes en la salud física y psíquica: incuantificable
16.- Costes personales (amigos, familia, amores...): incuantificable
17.- Otros costes: prefiero ni saberlo.

Con toda esta información y con la lectura de los post sobre el trato del gerente hacia mi persona (por no citar a muchos compañeros), podrán entender que cuando le puse el nombre al blog, no lo hacía por casualidad. Cuando decidí contar mi experiencia laboral, tampoco lo hacía por casualidad. En otras circunstancias, nunca lo hubiera escrito, porque puede haber muchos roces en una empresa, pero cuando un empleado decide ir al ámbito público, seguro que es por algo verdaderamente traumático. Las acusaciones o pseudoacusaciones de vago y ladrón, que en cualquier caso son bastante denigrantes, en mi caso en particular, eran especialmente dolorosas, malintencionadas y crueles. Lo peor que me ha sucedido al narrar cada día mis experiencias "laborochungas" y tener contacto con ustedes, es darme cuenta de que no soy una excepción peculiar, sino que muchos han sufrido o sufren experiencias parecidas. ¡Ánimo para todos los currantes de buena fe!

No se pierdan el post de mañana. Si todo esto les parece desmesurado e increíble... la próxima entrada les sorprenderá ;)

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