12 mayo 2007

La caida del acólito número 1 (II)

En el anterior capítulo de esta obra trágico-dramática, habíamos dejado al acólito número 1, degradado en sus funciones y en su puesto. Según mi jefe (hay que tomarse con cierto recelo sus palabras debido a su alto nivel ilusorio e imaginativo) el acólito estaba advertido. Se le había concedido una segunda oportunidad para que reparase todo el daño infligido y se portara como buen chico, es decir, que primero que nada debía respetar a la acólita número 2 como único ser omnisapiente y onmireflexivo de la empresa. Cualquier cuestionamiento de su trabajo, de sus actitudes y aptitudes estaba penado con el destierro para el populacho (trabajadores excepto la coordinadora) y con la pena de "despido voluntario" para los desterrados. Puesto que no quedaban pringadillos y el quedaba, un servidor, tenía una función imprescindible en ese momento (no quejarme mucho por no cobrar), se había dejado en suspenso la pena de humillación y mancillamiento.
El destierro del acólito no sólo fue duro para él, sino también para aquellas con quienes compartía espacio laboral, las cuales a parte de llevarse mal con él (alguna), además tendrían una existencia muy disciplinada debido al alto grado de intrusión que tenía el exiliado en asuntos que no le concernían. Entrar por la puerta de la empresa y ver la cara de todos era una visión realmente empobrecedora. Mientras tanto él seguía con sus tareas, fueran las que fueran, sin perder su cara de póker, con la que escondía perfectamente su estado de ánimo.
Pasaron pocos meses, y sorpresivamente un día, dejó la empresa. Fue así, repentinamente, como me llegó la noticia. Como siempre yo era el último pato en enterarse de las cosas. Aquello fue lo más grande que había ocurrido nunca en mi empresa. Lo nunca visto. Lo nunca creído. Lo nunca especulado. El acólito número 1 había caído, ¿cuánto faltaba entonces para la caída de la empresa? ¿días, semanas? ¿quién iba a llevar ahora las riendas de la empresa? Mi jefe, que durante tanto tiempo había estado al margen de los temas laborales, por los cuales no se interesaban si no le reportaban dinero rápido o inclusión en ambientes selectos, se tenía que ocupar ahora de todo. Aquello se desmoronaba como un castillo de naipes, cada vez más rápido y nada ni nadie podía pararlo.
Como todas las grandes historias, hubo 2 versiones: la del vencido y la del vencido (aquí no ganaba nadie). El acólito número 1 dijo que él se había ido voluntariamente tras llegar a un acuerdo con el jefe. El jefe dijo que la empresa le había dado muchas oportunidades al acólito y que éste no había respondido, por lo cual había sido despedido. Prefiero creer la primera versión de los hechos, porque a estas alturas mi jefe amparaba su discurso en la mentira, en la mayor parte de las ocasiones. Además mi jefe nunca podía quedar mal, él siempre era la víctima. Cuando el acólito dejó la empresa, mi jefe solía decir que la empresa iba mal porque "le habían echado tierra en los ojos", expresión usada para dar a entender que le había engañado. Por otro lado, el gerente, también solía decir que era muy listo y perro viejo. Yo me pregunto: "si era tan listo y tan perro viejo, ¿cómo es que un niñato de menos de 30 años le había engañado?". Algo no me cuadra en toda esta historia.
El tema daba para más. No sé a que clase de acuerdo o desacuerdo llegarían de puertas para adentro, pero de puertas para afuera se convirtió en una denuncia por impagos o por despido improcedente. Lamentablemente el acólito también había sucumbido a la mala suerte, y al parecer su abogado denunció fuera de plazo, con lo que la empresa se libró de otra sangría económica más allá de las que ya tenía. En las posteriores denuncias, mi jefe nunca acudió a los actos de conciliación, excepto al último, pero eso es otra historia.
En sólo unos meses, la moneda había cambiado de cara. Todo los acontecimientos se precipitaban rauda y velozmente. Nadie hubiera creído nunca en la caída del acólito número y su repudio por parte del gerente. ¿Estaba mi jefe dándose cuenta de las cosas? Un poco tarde, ¿no?.


5 comentarios:

Kt. dijo...

Ya parece que si te espío y casi que comento antes de que te subas el post jajaja...

** Hace días que hago referencia a esto, pero mejor foto no pudiste escoger para representar el destino de tu empresa... Cuando las bases son de cartón, cualquier débil viento puede derribar la más alta torre.

** Y sin duda alguna, esta era una de las tantas ensayadas escenas de tu jefe. Imposible reconecer su culpabilidad ante el la salida del acólito 1... Tampoco me creo el rol de víctima puesto que es evidente que comenzó a ser la víctima justo cuando el trabajo del acólito 1 no le beneficiaba.

** Una pregunta: ¿Y, la caída del acólito 1 no sería causa de una buena influencia de la acólita 2 sobre el jefe?, digo, que ya comenzaran a mostrar sus verdaderos YO ambos acólitos!

Cada día son mejores tus post...
Besos...
No me había fijado, soy la primera en cometar jajajajajajaja

Erkemao dijo...

XDD, estás atenta a cuando publico :P

** Desde luego el acólito tuvo mucho que ver en todo lo que ocurrió: en lo positivo y en lo negativo. Pero la responsabilidad última es de mi jefe, que no prestó atención a lo que pasaba. A mí no me vale eso de: "yo no sabía nada", "me echaron tierra en los ojos", etc... Si quien lo hace o lo dice es un empleado, se gana una bronca o lo echan a la calle y es culpable y responsable. Desde que conocí a mi jefe, siempre siempre siempre, cualquier cosa que pasaba era culpa de otro. Si se ganaba una bronca de un cliente (con razón del cliente), ese cliente era un "%&$·" y un "$~€#". Mi jefe nunca tenía la culpa y siempre era la víctima. Eso puede pasar una vez, dos y hasta tres, pero toda la vida, seguro que no. Además presencié algunas de esas jugarretas que le hacía mi jefe a buenos clientes y colaboradores. Así que... ;)

** Tu misma contestas la pregunta. La acólita número 2 era totalmente intocable, incuestionable e intachable. Mi jefe estaba como abducido. Si bien es cierto que la acólita logró que consiguiéramos las certificaciones ISO , 14001, y la EMAS, a parte de que las obtuvo para otra organización importante de caracter internacional y que era nuestro principal cliente. No le quito los méritos que tenía. Aunque luego toda esa buracracia fuera un lastre.
En la empresa no te podías poner en contra de ella, o poner en duda su trabajo, porque el jefe se te tiraba encima, a moderte la yugular. Hasta que consiguió las certificaciones tampoco había hecho nada que no hubiéramos realizado otros, pero claro, ella era la protegida. A medida que la acólita subía puestos, alguien tenía que bajarlos... ¿adivinas quién? ;)

** lo dicho, ¿no estarás mirando por mi ventana para saber cuando publico? :P

Saludos.

Anónimo dijo...

Efectivamente, no hay misterio. La acólita 2 tuvo mucho que ver en mi despido y en el del acólito 1. El argumento ese de "se te ha dado ya muchas oportunidades que has desperdiciado" también lo usó conmigo... en fin. Me recuerda a la típica película de cine negro, en el que la frágil mujer escudada en una apariencia inocente urdía los planes para eliminar a todo aquel que se interpusiera en sus planes o cuestionara sus intereses... pero eso sí, sin ensuciarse las manos, el brazo ejecutor es otro...

Kt. dijo...

Erkemao: JAJAJA, no es que espíe, es la diferencia horaria. España tiene seis horas por delante de venezuela y claro, cuando tu estás como un buho terminando de subir tus post yo estoy fresca como una lechuga recién sentándome a leer mis FAVORITOS jeje...

Nasghoul: es lo típico de estos personajes, actuar bajo la sobra y lo peor es que siempre se consiguen ese brazo ejecutor que haga lo que ellos (por no desprestigiarse) no hacen

Besosssss

Erkemao dijo...

Nasghoul, ¡cómo habían cambiado las cosas! Del compañerismo que nos unía a todos a lo que pasó después con las ambiciones de algunos.
Te puedo adelantar que eso de "te he dado muchas oportunidades..." tuvo su revancha. Pronto lo contaré.
Por otro lado, el brazo ejecutor estaba contento de serlo, pero claro, por otro lado necesitaba alguien que le legitimara... aunque parezca algo contradictorio,pienso que era el jefe el que conseguía lo que quería con este "juego".