
Cada vez que pienso en esta historia, me da por
reírme. Pasa el tiempo, miras atrás y lo mejor es tomarlo con humor. En su momento no fue así. Me causó un gran daño y un gran enfado. Se debía a todas las circunstancias que estaba ocurriendo:
pastillas,
frases y
actitudes hirientes del jefe,
problemas para recibir el sueldo, etc... Todo un cúmulo de situaciones adversas a las que se unió un
intento de buscar un chivo expiatorio al que cargarle las culpas. No creo que mi compañera lo dijera con mala intención. Buscaba una solución práctica que supusiera un mejora en los acontecimientos, pero esa no fue la mejor manera de actuar. Tanta fue la presión, que tuve que pedir ayuda profesional que me eximiera de toda responsabilidad.
El responsable era otro, por lo tanto, que no trataran de desviar la atención.Cuando cerró el taller se me atribuyeron
nuevas tareas. Entre esas tareas, y quitando los
trabajos forzados, se encontraba la de gestionar la nueva y brillante base de datos que mi empresa había comprado, o al menos apalabrado con el vendedor. Era un
motor de base de datos importante, con cierta complejidad y yo no sabía casi nada del tema. Todo el conocimiento que había adquirido había quedado

en el olvido muchos años atrás y con toda la serie de acontecimientos que había vivido, sobre todo en los años precedentes,
no estaba un servidor (el que les habla), como para administrar muchas cosas y menos algo difícil y importante. La
base de datos en cuestión, o mejor dicho el motor, era uno de los emblemas que la empresa mostraba orgullosa a la hora de vender a los clientes. Presumíamos de toda la potencia que tenía, cuando y
ni siquiera sabíamos instalarla correctamente. Para colmo, el
compañero que mejor podía hacer frente a este reto, dejaba la empresa al poco tiempo.
A lo largo del invierno y primavera del 2004 al 2005 conseguí hacer que funcionara y convertir la base de datos más importante que teníamos, del antiguo sistema al nuevo. Me costó bastante, pero finalmente todos los datos se pasaron correctamente y fue un cambio significativo en cuanto a la velocidad y el volumen de información que podíamos procesar.

Aquí no se acababa todo. Junto a la tecnología mencionada, la empresa había
"adquirido" otra, que permitía la
replicación de datos entre bases de datos remotas, es decir, que cualquier información tuviera una copia lejana y operativa en cualquier lugar y viceversa. El toque de calidad que nos diferenciaba con el resto se basaba en esta idea.
Era divertido contemplar como ofrecíamos este servicio en la página WEB corporativa, cuando no teníamos ni idea de como funcionaba. Lo importante es dar imagen de que sabes, lo demás se resuelve sobre la marcha.
Para mí, lo más importante y fundamental, cuando hube realizado mi primer cometido,
era hacer funcionar el sistema de copias de seguridad. Se trataba de un módulo que había que instalar por separado, a parte de actualizar el motor de base de datos. No había otro asunto que me preocupara más. Se había añadido a otros muchos problemas que no me dejaban dormir por las noches. La empresa ya había creado nuevas y operativas bases de datos, con lo cual cada día tenía más responsabilidad respecto a lo que le pasara a los datos de los clientes. Pero no sólo la información era crítica, también tenía que buscar la manera de preservar todo el sistema ante un eventual suceso fatal, es decir, que todo el software se fuera al
"carajo". Por lo tanto, tenía que estudiar la forma de guardar toda la información

fundamental del motor de base de datos para restaurarla si ocurría algún percance. Para hacer eso
hay que investigar, documentarse, preguntar y probar.
A veces las cosas no son como tu quieres y después de darme de palos con ese módulo, no conseguí que funcionara ni en el ordenador de pruebas. El software tenía una serie de peculiaridades debido a que se había diseñado para otro entorno diferente del nuestro y por alguna razón yo no lo conseguía poner en marcha.
Finalmente, investigando y leyendo descubrí otra manera de hacer las copias de seguridad.
Era más laborioso y pesado, pero funcionaba. Consistía en programar la ejecución de un
script en el programador de tareas del sistema operativo, que al ejecutarse llamaba a su vez a un fichero que contenía una serie de instrucciones
SQL que llamaban al motor para que ejecutar un volcado de la base de datos especificada. Para los que no entiendan del tema, se los resumo en:
"un rollo" ;) . Para los que tengan idea, sólo comentarles que la idea no me gustaba porque dejaba a la vista las claves de administración y era dar muchas vueltas,

cuando un simple
trigger y una sentencia
SQL dentro de la base de datos hubiera bastado y hubiera sido mucho más seguro. Al final tenía un montón de
scripts, ficheros con instrucciones
SQL y programaciones por todos lados, y podía dormir tranquilo, porque solo la
caída de un meteorito podía causarnos algún problema.
Parece que las copias de seguridad son algo importante, ¿no?. En pleno desarrollo de todo este tinglado, a una compañera sólo se le ocurre decirme una cosa:
"Mira, todo lo que estás haciendo está muy bien, tiene algo de importancia, pero no pierdas tiempo en eso porque lo que queremos es que eches a andar el sistema de replicación (ya), porque si no la empresa se va a la quiebra".
"¿Cómo? A ver si me aclaro. Estoy tratando de evitar que ocurra un desastre, porque eso si que nos llevaría a la quiebra, nadie me dice nada de ese sistema de replicación y de su más que discutible "prioridad", se me habla de ello en el último momento y con prisas, ya casi no tenemos soporte porque hemos abusado del proveedor al no pagarle y encima si la empresa se va a la quiebra es culpa mía".
¡El mundo se ha vuelto loco! Esto es el
"sálvese quien pueda", el
"hay que buscar un cabeza de turco". Yo estaba cardiaco. De mayor quiero ser jefe para aprender

a echarle las culpas a otro cuando las cosas salen mal.
La empresa había encontrado un idiota al que acusar de todo lo ocurrido.
Erkemao no ha implementado el sistema de replicación, él es el responsable de la quiebra de la empresa. ¡Qué manera tan sencilla y eficiente con la que el gerente se quitaba los problemas de encima! Ni me lo pensé, el siguiente día estaba buscando consejo profesional para que me aclararan mis responsabilidades en todo este asunto. Se partieron de risa cuando lo conté.
"Tranquilo, que tú en un día no puedes conseguir lo que a la empresa le ha costado unos años, es decir, irse a la ruina".
"No puedes ser responsable de la administración que lleva otro".
¡Qué alivio!, pero habían intentando cargarme el muerto, y me abstengo de más comentarios. Esta historia daría mucho más de sí poco tiempo después. Rizar el rizo. Mi jefe no tenía límites. Ya lo veremos.