27 mayo 2007

La reunión: Respeto

Después de casi 4 horas de exposición, empecé a leer el penúltimo capítulo de mi discurso. Sin duda alguna el más importante junto con las conclusiones finales. Este era el anhelo y la idea principal de todo lo que había dicho en las horas anteriores. Imagino que mi jefe siempre pensó que todo lo que le estaba contando tenía como objetivo exigir más dinero. ¡Qué lejos estaba de la realidad! Aunque cabe decir que esa opción no era desechable por mi parte. No creo que estuviera preparado para entender la exigencia que le iba a plantear en aquel momento, más que nada porque él no valoraba ese concepto como algo importante, sobre todo cuando se relacionaba con los trabajadores. Le había estado machacando toda la tarde y ahora entraría en su cabeza el significado del respeto*.
Le comencé exponiendo que la empresa nunca había tenido respeto por mi persona. Que para mi jefe yo era simplemente algo que utilizar a conveniencia. Había que empezar así, siendo claro y directo. Que todo lo que había narrado hasta el momento se había producido por esa falta de estima de la que rebosa el gerente. Le recordé los meses del verano en que me obligó a hacer trabajos no contemplados para nada en el contrato ni el mi categoría profesional ni en ningún lado que no fuera su corrompido cerebro. Le aclaré que su idea de que los hechos puntuales se convirtieran en costumbre, no eran precisamente una forma de actuar muy legítima y que eran una falta de respeto. El uso de los bienes de los empleados sin remunerar es otra falta de respecto. Engañar a los empleados es una falta de respeto. Contratarme como ayudante electricista durante tres años, habiendo "recibido" en esa empresa las prácticas y habiendo desempeñado labores de técnico superior era una falta de respeto. El haberme llamado vago y ladrón era una falta de respeto. Si yo era un empleado tan mezquino, estúpido y una carga tan pesada para la empresa, ¿por qué seguía contratado? Eso no tiene mucha lógica a no ser que realmente no ocurrieran esos hechos que aducía la empresa, por lo tanto, otra falta de respeto. Le recordé mis número en la empresa y le dije que si la empresa no había ganado más dinero por mi esfuerzo, es porque no había querido, pero que no tratara de desviar la responsabilidad hacia mi persona. A fecha de ese día, seguía siendo tratado como un chico de los recados o chico para todo y sin embargo era el responsable de una de las áreas más importantes de la empresa, ¿cómo podía entenderse eso? Otra falta de respeto.
Preguntar por mi salud mientras se mira lo que hago en el ordenador es otra falta de respeto. Lanzar indirectas constantes sobre los horarios y las tareas realizadas es una falta de respeto. Hacerme perder sueño y fines de semana para un trabajo, el cual una vez realizado se cataloga como que "no sirve para nada, sólo para aparentar" era otra falta de respeto. Además y como anécdota, mientras perdía mi tiempo libre haciendo ese trabajo, en las horas de labor se me exigió reparar el ordenador de un amigo del jefe. Esas horas me la debía la empresa por el esfuerzo adicional que estaba haciendo y no eran para seguir trabajando más, y menos por algo que no era rentable. Como ese ejemplo, millones más. Otra falta de respeto. Cuando estábamos con los problemas de cobro, a mi llegaron a pagar de tres veces una nómina, cuando al resto de la empresa fue de 2. Comparativamente, yo siempre era el último mono. Más faltas de respeto. Así me cansé de enumerarle más y más ejemplos y anécdotas, muchas de las cuales están recogidas en este blog. Todo con la coletilla. "es una falta de respeto". Concluí con la siguiente frase, frase demoledora y cierta: "Si en este momento (siendo yo una parte relevante de la empresa) el negocio ganase o cobrase mil millones de euros (por lo que fuera) yo pasaría a pintar las paredes, limpiar el garaje y arreglar la cisterna (que estaba rota), por una sencilla razón, porque no me tienes respeto". Ese era el respeto que tenía la empresa por mí. Como en esa época le estaba sacando las castañas del fuego, sí merecía más estima por parte del gerente, pero si hubiera dinero fresco y fácil entrando por la puerta, me volvería a tratar como lo había hecho siempre, es decir, sin respeto.


* Según la Real Academia Española:

respeto.

(Del lat. respectus, atención, consideración).

1. m. Veneración, acatamiento que se hace a alguien.

2. m. Miramiento, consideración, deferencia.

3. m. Cosa que se tiene de prevención o repuesto. Coche de respeto.

4. m. miedo (recelo).

5. m. ant. respecto.

6. m. germ. espada (arma blanca).

7. m. germ. Persona que tiene relaciones amorosas con otra.

8. m. pl. Manifestaciones de acatamiento que se hacen por cortesía.

~ humano.

1. m. Miramiento excesivo hacia la opinión de los hombres, antepuesto a los dictados de la moral estricta. U. m. en pl.

campar alguien por su ~, o por sus ~s.

1. locs. verbs. coloqs. Obrar a su antojo, sin miramientos a la obediencia o a la consideración debida a otra persona.

estar de ~.

1. loc. verb. Dicho de una persona: Estar vestida.

2. loc. verb. Dicho de una habitación: Estar adornada para un acto de ceremonia o de ostentación.


10 comentarios:

Kt. dijo...

** Pué te faltó decirle que no tenía respeto hacia el mismo, aunque es algo tácito, pero tampoco creo que su reducido cerebro le haya dado para reflexionarlo.

** Con todo lo que ya conozco del personaje, estoy de acuerdo contigo en que no debió imaginar nunca cual era el verdadero prósito de tu reunión. Al parecer solo las cosas materiales eran lo que movían a tu jefe.

** Me paro, me quito el sombrero y te aplaudo por tranquilidad y la posición que mantuviste!

Besos.

Anónimo dijo...

¿Crees que mejoró en algo su forma de tratarte a partír de aquél día? ¿quizás fuiste tú el único que sacó algo de aquella tarde?

Anónimo dijo...

Heroico...hay que afrontar cuatro horas de reunión cara a cara, sin parar de hablar, y con un nivel de tensión extremo entre los participantes...en algún momento te detuviste para ir al baño o para tomar agua, o te aguantaste?

Erkemao dijo...

kt, wenas nuevamente :P

** era una cuestión muy simple, a los pringadillos no nos tenía respeto. Suponía que éramos trabajadores de segunda y él claro, con la chusma, tratar, lo justo. ;) Eso cuando había dinero... cuando no había dinero... los pringadillos ya valíamos un poco más.

** kt, pués eso pienso yo. A él lo que más le dolía era que le hablaran de dinero, si no era para su bolsillo, y lo segundo su imagen, lo que la gente pensara de él. Pero esa es mi opinión, que puede estar viciada por los malos ratos que pasé estando y después de irme de la empresa :)

** jejeje, igual te desilusiono un poco , pero a la reunión le quedaba mucho y yo era una persona bastante quemada, en el post de mañana (hoy) verás que también soy humano.

Besitos.

Erkemao dijo...

Nasghoul, ciertamente las cosas cambiaron durante un tiempo, pero tengo la impresión de que todo era una fachada. Ya sabes la situación de la empresa, en ese contexto pude decir todo lo que quería sin casi reproches. Si me hubiera pasado como a tí, con la empresa solvente, mi reunión no hubiera durado 5 horas, sino 5 minutos y luego a la calle y con insultos y amenazas. Estoy plenamente convencido de ello. Creo que tuve la "suerte" de que el momento era idóneo, en cualquier otra circunstacia o contexto, las cosas hubieran sido muy diferentes.
Respecto a la segunda pregunta: él tuvo que comprender que todo lo que le decía era cierto, cuando menos, estaba demasiado argumentado como para poder desmentirme. Supongo que nunca pensó que yo me rebelera. Imaginó que siempre sería ese pringadillo al que usar y tirar a voluntad, y que acataría todas las órdenes, haría todos los favores, aguantaría todos los despropósitos y seguiría como un perrillo fiel al amo, total: "yo era un vago y un ladrón" por lo tanto me lo merecía ;)
supongo que con el paso de los meses olvidó la reunión o pensó que el éxtasis rebelde se me había pasado. Creo que no entendió que era un ultimátum, que no habría más tomaduras de pelo sin una respuesta contundente...
Como se suele decir: "el que avisa no es traidor".
Saludos.

Erkemao dijo...

fede, gracias por lo de heroico, pero después de haberme comportado como un cobarde todos esos años, por no plantarle cara, más bien lo que salió de mí fue la desesperación, el "no aguanto más" y "o hago esto así o termino haciendo una locura o me tiro por un barranco".
En esas 5 horas o más de reunión, ho hubo tiempo para la sed o el baño. No tuve ninguna sensación de ese tipo. La tensión y la concentración me hicieron olvidarme de todo lo demás. Sólo durante un cuarto de hora hubo un descanso, fruto de la desesperación que te comenté arriba. Lo cuento en el siguiente post.
Gracias.
Saludos.

Kt. dijo...

"el que avisa no es traidor"...
Uhmmm
ERKE dilo, dinos la verdad, nada dilo! lo asesinaste??? estas escribiendo desde la cárcel??? jajajajajajajaja....
Me encanta este diario! me voy pal' otro post jeje
Besos

Erkemao dijo...

kt, mmmm no hablaré si no está presente mi abogado XDD
;)

Anónimo dijo...

FELICIDADES

Algo parecido paso conmigo, pero mi jefa fue la que hablo conmigo por teléfono y me dijo que era una exagerada por indignarme por que no supo ni le importaba saber cómo me llamaba para pedirme un trabajo extra COMO UN FAVOR (o sea sin dinero a cambio) y lógicamente la mande a feir espárragos.

Erkemao dijo...

Hola,
debió ser una situación bastante molesta eso de que te pidan "favorcillos" sin ni siquiera interesarse por quien eres, como quien se cambia de camisa. Es parte de la prepotencia y desprecio de algunos "jefes" que piensan que los empleados están para lo que les plazca. Lo mejor que hiciste fue ponerte en tu sitio, porque si cedes se convierte luego en un "derecho adquirido" por los superiores. Esto me lo ha comentado algún jefe ;) así que ellos saben que lo hacen con segundas intenciones.
Gracias por pasarte y comentar.
Un saludo.