Una nueva metedura de pata que recuerdo, fue la venta de una tinta para impresora a un cliente, que por otro lado me caía bastante bien. El cliente, solicitó un cartucho que no se correspondía con su impresora, y claro, al día siguiente vino a devolverlo. Se lo cambié por otro, pero el primero ya había sido abierto. La política de la empresa era que no se cambiaba si había sido usado o abierto (cuestión, por otro lado, sensata), pero de eso me enteré cuando mi jefe me echó la "bronca". Suavemente, pero bronca. Supongo que a esas alturas el gerente sabía que me debía mucho y que no era apropiado darme caña por unas 5.000 pesetas (unos 30€), cuando seguramente el déficit de la empresa conmigo ya podía rondar un número de 7 cifras. En cualquier caso se sintió muy molesto y aunque quitándole hierro al asunto, se le notaba sus ganas de ser más contundente con el empleado inepto; éste que les habla. Como no podía hacerlo conmigo, empezó a insultar al cliente, diciendo que era un sinvergüenza y que no lo quería ver más por allí (cuando el cliente se había marchado, no antes... como les he contado, mi jefe, tenía cierto complejo para enfrentarse a la gente, pero por detrás y cuando no le oían, rajaba lo que hiciera falta). El caso es que ese cliente era un empleado de una institución, que años más tarde podría habernos dado trabajos importantes si hubiésemos llegado a un acuerdo, pero claro, ya en estos tiempos mi jefe estaba sentando las bases para que no fuese así.
Evidentemente, nunca más volví a recoger un cartucho de tinta abierto :)
Evidentemente, nunca más volví a recoger un cartucho de tinta abierto :)
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