Después de haberme pegado más de un año y medio en esas condiciones (Las consecuencias de un año y medio sin dormir) pedí unas vacaciones de una semana a finales de julio de ese año de 2002 . Mi intención era irme a un macroconcierto y en el cual quedaría con muchísima gente que frecuentábamos un canal de chat. Nos reuniríamos gente de todo el país. Sería magnífico. Y así fue. Cogí un avión y visité primero a unas amigas. Después, nos fuimos para el macroconcierto donde habíamos quedado con mucha más gente. El primer y segundo día fueron bien, aunque la noche del segundo ya empezaba a acusar los primeros síntomas de un cansancio enorme. Dormí literalmente sobre piedras mal puestas y ni me enteré. Como caí , ahí me quedé. Esos días aunque divertidos, no dejaban de ser estresantes, aunque yo estaba en una nube; era mi primer macroconcierto con grupos de primer nivel y estaba flipando con tantas cosas nuevas. El último día se presentaron problemas de verdad. Al caer la noche, simplemente no podía mantenerme, literalmente me dormía de pie y me caía, era incapaz de abrir los ojos. Más de un año y medio sin dormir, tiene que explotar de alguna forma. Mis colegas cuando me vieron por fin se extrañaron porque había desaparecido varias horas, y yo allí a unas decenas de metros tirado en el césped, incapaz de moverme. Eran una sensación más allá del sueño. Esa noche de madrugada me fui a la playa a ver si con un baño me despejaba. Lamentablemente tenía llagas por todos los pies por el calor y por usar zapatillas nuevas. Al entrar al agua me desgarre todas las llagas y me hice varios cortes adicionales. Ahora, además, no podía andar.
Poco antes de irme, ya había decidido con otra amiga irnos a otro macroconcierto, después de terminado el anterior. Eso supondría otra semana fuera, pero yo no lo había comentado con la empresa, porque sabía que me pondrían pegas, y después de todo lo que había hecho aquellos años, me parecía muy injusto. Una vez terminó esa semana, llamé a la empresa y les dije que me retrasaba otros 7 días, al fin y al cabo, estaba a 2000 kilómetros; podían blasfemar lo que quisieran. No fue así y no hubo problemas por ello (al menos en apariencia), pero yo sabía que mi empresa no olvidaba... y tarde o temprano tendría que pagar esa osadía. Bien, para el nuevo concierto, primero tenía que ir a casa de mi amiga, que vivía a cientos de kilómetros y después atravesar media Europa. Otros 2.000 kilómetros, pero en bus. Eso ya no lo pude resistir, desde que subí me quedé dormido y creo que casi no desperté hasta llegar a Alemania. Mi compañera de viaje, que era una chica superactiva, acabó realmente harta y mosqueada conmigo. No podía hablar, no podía hacer nada, simplemente dormir. A partir de eso se distanció mucho de mí , puesto que yo era una compañía aburrida y pésima. Aún a la vuelta y después de tres días absolutamente formidables de conciertos, yo seguía sin apenas poderme mantenerme en pie. Así que fue un retorno en el que estaba durmiendo casi todo el tiempo. Ya desde la ida nos habíamos separado completamente y el concierto, la vuelta y la despedida, fueron muy frías; con un "hasta la vista", o más bien, "mejor si no nos vemos más". Había fallado estrepitosamente con una persona como no había conocido hasta entonces: generosa, amable, divertida, inteligente, atenta, entregada a sus amigos, que anteponía cualquier ayuda a sus colegas antes que así misma, que lo daba todo por los demás... Después de volver a casa, seguía horriblemente cansado, y creo que esa sensación no me ha abandonado hasta el día de hoy. No se trata de un cansancio físico sino psíquico. En esas fechas el trabajo ya me estaba provocando un descalabro personal notable, que resumiré en próximos post, y todavía estaba a mitad de mi periplo en esa empresa... Poco contacto volví a tener con la chica. Sólo un año después, en otro macroconcierto... pero ya la brecha se había abierto para siempre. Si alguna vez lees estas palabras, sólo decirte que te aprecio mucho. Un beso.
Poco antes de irme, ya había decidido con otra amiga irnos a otro macroconcierto, después de terminado el anterior. Eso supondría otra semana fuera, pero yo no lo había comentado con la empresa, porque sabía que me pondrían pegas, y después de todo lo que había hecho aquellos años, me parecía muy injusto. Una vez terminó esa semana, llamé a la empresa y les dije que me retrasaba otros 7 días, al fin y al cabo, estaba a 2000 kilómetros; podían blasfemar lo que quisieran. No fue así y no hubo problemas por ello (al menos en apariencia), pero yo sabía que mi empresa no olvidaba... y tarde o temprano tendría que pagar esa osadía. Bien, para el nuevo concierto, primero tenía que ir a casa de mi amiga, que vivía a cientos de kilómetros y después atravesar media Europa. Otros 2.000 kilómetros, pero en bus. Eso ya no lo pude resistir, desde que subí me quedé dormido y creo que casi no desperté hasta llegar a Alemania. Mi compañera de viaje, que era una chica superactiva, acabó realmente harta y mosqueada conmigo. No podía hablar, no podía hacer nada, simplemente dormir. A partir de eso se distanció mucho de mí , puesto que yo era una compañía aburrida y pésima. Aún a la vuelta y después de tres días absolutamente formidables de conciertos, yo seguía sin apenas poderme mantenerme en pie. Así que fue un retorno en el que estaba durmiendo casi todo el tiempo. Ya desde la ida nos habíamos separado completamente y el concierto, la vuelta y la despedida, fueron muy frías; con un "hasta la vista", o más bien, "mejor si no nos vemos más". Había fallado estrepitosamente con una persona como no había conocido hasta entonces: generosa, amable, divertida, inteligente, atenta, entregada a sus amigos, que anteponía cualquier ayuda a sus colegas antes que así misma, que lo daba todo por los demás... Después de volver a casa, seguía horriblemente cansado, y creo que esa sensación no me ha abandonado hasta el día de hoy. No se trata de un cansancio físico sino psíquico. En esas fechas el trabajo ya me estaba provocando un descalabro personal notable, que resumiré en próximos post, y todavía estaba a mitad de mi periplo en esa empresa... Poco contacto volví a tener con la chica. Sólo un año después, en otro macroconcierto... pero ya la brecha se había abierto para siempre. Si alguna vez lees estas palabras, sólo decirte que te aprecio mucho. Un beso.
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