31 enero 2007

El oportunista de mi jefe

Nuevamente estamos aquí para contar nuevas aventuras y sucesos trascendentales ocurridos en aquella empresa. Bueno, me he pasado, el post de hoy no va a ser tan excitante, pero no deje de leer, estimado visitante. Esto seguro que les ha ocurrido a todos ustedes, ya fueran empleados o empresarios. Nadie escapa, y lo peor de todo es que no tienes coartada. Me refiero al oportunismo, es decir, la capacidad que tiene alguien para estar en el lugar adecuado en el momento oportuno. Vaya, pero yo estoy del lado de los empleados, así que vamos a reformular la oración. Es la capacidad que tiene tu jefe para aparecer en el momento menos propicio. Mi jefe era de estos. Siempre llegaba cuando no tenía que llegar y veía un momento de toda la secuencia que era precisamente el que menos definía a la película. Entiendo en parte que tuviera sus mosqueos y sus más y sus menos con nosotros. A todas luces es muy injusto, porque no trataba de saber que pasaba de verdad. Muchas veces, teníamos que trabajar en exceso por sus inexplicables artimañas. Cuando trabajas mucho, habitualmente te cansas (según mi jefe, NO, o más bien, no tenías derecho a quejarte). Si estas cansado te paras un momento para relajarte. En ese preciso momento aparecía siempre el gerente. Y claro, te veía sentado. ¿Qué iba a pensar? Te entraba una rabia tremenda, porque a lo mejor llevabas 5 horas sin parar y en todo ese tiempo no había venido, y justo cuando te sientas, vuelve. En otra ocasión estas hablando (mientras trabajas) y justo en el momento que dices algo inapropiado, está justamente ahí para escucharte. A un compañero le pasaba siempre. Además era al que tenían más puteado, incluso más que a mí. Decía (después de estar 7 horas trabado con algo debido a la mala calidad de los materiales y a punto de explotar):"Estas placas son una mierda". ¿Quién estaba detrás escuchando? Adivinen ;) Esto le sucedió un montón de veces. Ya les digo, es más fácil sacarse la lotería. Otras veces estábamos varios trabajando y uno se encuentra con un problema, pide una opinión, y van todos los compañeros a echar un vistazo. Justo en ese momento que todos habían abandonado su puesto, aparece el jefe. ¿Qué va a pensar? Pues que estamos de cháchara. En ciertas ocasiones, ese compañero puteado y yo, estuvimos haciendo trabajos que no se parecían en nada a lo que se supone que eran nuestras obligaciones. Algunos de estos "trabajos" eran: desmontar muebles, limpiar el garaje, pintar la empresa y un sinfín de despropósitos y malas prácticas por parte del gerente, pero de lo que ya hablaré amplia y seriamente dentro de algunas semanas (creo que será muy interesante para cualquier trabajador, empresario, sindicatos, jueces, departamentos de R.R. H.H...). Bien, en un momento determinado estábamos montando estanterías metálicas. Llevábamos horas sin descansar, sin tomar agua, llenos de polvo y de mugre. Agotados y hartos, decidimos parar un momento. Justo dejando las herramientas... ¿quién aparecía por la puerta...? Veías al tío todo enfadado pensando que éramos unos vagos. Pero... "¿por qué c### estábamos haciendo esas tareas?" Ahora no me importa mucho lo que el gerente pensara en ese tiempo o lo que piense ahora, pero en ese instante dos sentimientos me embargaron: uno, la ira por estar realizando esos quehaceres que eran impuestos vilmente y con ánimo de fastidiar, y otro, la rabia por el oportunismo de mi jefe cuando habíamos trabajado tanto y no había aparecido. Otros ejemplos de este habilidad (que se va adquiriendo a medida que subes en la cadena de mando), era el ir a tomar agua. Todo el día fuera, trabajando como un descosido, corriendo con la furgoneta bajo el sol... llego a la empresa más seco un esparto y cuando me acerco a la máquina del agua..."Erkemao está haciendo argollas, que todo el rato está bebiendo agua"... Espero que algunos de mis excompañeros puedan comentarnos algún oportunismo sufrido en esos años. En fin, seguro que a todos ustedes que me leen, les ha ocurrido infinidad de veces ;)
¡Animo!

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