Otro episodio que recuerdo fue un problema que tuve con una administrativa de una empresa. Este negocio era cliente nuestro y le llevábamos el mantenimiento desde hacía muchos años. La contrariedad desencadenó la ruptura de relaciones entre las dos empresas. Durante mucho tiempo creí ser culpable de lo sucedido. Lo que no sabía, y sí averigüé tiempo después, es que esa fractura llevaba tiempo abierta, y que mi proceder sólo fue la excusa para terminar la relación. Lamento este desenlace, puesto que dediqué mucho esfuerzo y tiempo personal en esa empresa y en muchos de sus directivos y trabajadores, y que la recompensa fuera utilizarme como pretexto para romper las relaciones, porque directamente no se atrevían, me dolió bastante. Esa empresa formaba parte de un grupo de empresas, que poco a poco estaban siendo llevadas informáticamente por un competidor de nuestra rama. Mi jefe, por la razón que sea, no conseguía atajar el proceso. Así fueron cayendo una, dos y tres empresas subsidiarias pero importantes y al final sólo manteníamos el sistema informático de la empresa principal. En esa época yo llevaba la mayoría de los mantenimientos, tal y como he venido contando estos días. Decidía el orden de prioridades y que se debía arreglar primero. Una de las administrativas de esa empresa venía arrastrando un problema con el ventilador del procesador. Hacía mucho ruido. En las ocasiones en que fui a mantenimientos a esa empresa, observé el problema, pero no le di importancia, puesto que el ventilador disipaba el calor adecuadamente y se trataba de una molestia, pero no un problema real. Como lo que tenía que hacer en esa organización era mucho y mucho más importante que esa nimiedad, fui dejando el asunto, hasta tener un poco más de tiempo para resolverlo. Advertí a la administrativa de que no había nada por lo que preocuparse, que su ordenador estaba bien y que esperara un poco. Pues parece que esta era la excusa que estaban buscando para terminar la relación contractual. La administrativa, seguramente presionada por sus superiores empezó a decir que el ordenador se iba a quemar y que no cumplíamos el mantenimiento. Su superior inmediato, aprovechó para incrementar aún más la bola de nieve y conseguir que los directivos principales (que ya habían hablado con nuestro competidor) rompieran los vínculos. Si eres un técnico informático y te ves en esta tesitura, asegúrate de arreglar este tipo de tonterías porque puede que se usen en tu contra. Este asunto me enfurece notablemente, por la falta de vergüenza e intrusión de la empresa en mantenimiento con mi trabajo. Es el equivalente a si voy a una administrativa y digo que todos los asientos contables están mal hechos, sin tener ni idea de contabilidad. Al final, como siempre, un cliente tuvo más poder y más decisión, aún siendo ignorante del tema, que un técnico dedicado a ese trabajo. No recibí ninguna bronca porque evidentemente todo el pescado estaba vendido desde hacía tiempo, pero pienso que mi empresa tenía que haber luchado más y exigir algún tipo de compensación y disculpa por esa forma de proceder. Como siempre, las relaciones de mi jefe eran oscuras y era difícil saber que más asuntos turbios había detrás, que desconocíamos, o que presentes o futuras relaciones intra/extra laborales se manejaban en la intimidad de los despachos.
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