¡Qué gran leyenda! Sin duda alguna, la más épica de todas nuestras aventuras en aquellas tierras donde nunca salía el sol, excepto para unos pocos. Creo que fue uno de los ejemplos más espectaculares del grado de desarrollo de la fantasía de mi jefe. Yo nunca le vi mucho sentido, al menos económico. La historia en cualquier caso es digna de contarse.
¿Qué es un caballero blanco? Según mi jefe, es un tipo acaudalado, que tiene mucho dinero y que desea invertir en una empresa tipo ACME S.A, es decir, una empresa de grandes "ideas" que se va a la ruina. ¿Por qué? No lo sé, pero se me ocurren muchas ideas y ninguna de ellas es altruista. El gerente, cuya imaginación no decaía a pesar de la contundencia de la realidad, nos decía que esta persona era muy rica. Se le caían las babas cuando nombraba a gente de este tipo. "¡Tú no te imaginas la cantidad de millones que tiene!", aseveraba siempre en estos casos, con chispas en los ojos. "Él conoce la situación de la empresa, porque yo se la he dicho, pero como es una persona que sabe de negocios ve que es una buena idea poner capital y sacar adelante la empresa. Como tiene tanto dinero, no sabe donde meterlo y tiene siempre que estar moviéndolo de un lado para otro, por lo cual no le importa apostar por nuestra empresa". Bueno, vale, intentaremos hacer caso a las afirmaciones de mi jefe.
Yo conocía a esa persona y dentro del ámbito en el que operaba sé que se gana mucho. Siempre tuve buena relación profesional con él y me parecía una persona con la cabeza bien amueblada. Además era una persona educada y afable. Así que me parecía algo extraño que alguien que sabe de negocios y tiene las ideas claras se metiera en un barrizal, como era nuestra empresa. Algo no cuadraba o alguien tenía falta de información. El caso es que el gerente juraba y perjuraba que este directivo iba a inyectar una cantidad de dinero importante en la empresa. En base a ello ya había tenido contactos con algún compañero para ofrecerles ciertos sueldos y ventajas si se quedaba, tema del cual no hablaba con otros, como yo. Para congraciarse con el caballero blanco la empresa tenía que superar un par de pruebas que justificaran que trabajaba bien y que se podía confiar en ella. Una era un plan de marketing que estaba haciendo mi jefe y la otra un trabajo para resolver un problema informático en otra organización, bastante conocida en mi provincia, y de la cual era accionista el capitalista (futuro socio nuestro).
Mi jefe presumía constantemente de su "Máster" (del universo) en marketing. Que él era demasiado bueno en eso (un portento de la naturaleza). Durante semanas trabajó duro en el proyecto y por fin se lo presentó al caballero blanco. Al día siguiente nos comentó que había ocurrido en la reunión. Todavía sus palabras resuenan en mis oídos y me echo las manos a la cabeza. "Le mostré el plan de marketing, lo hojeó y me dijo que era "de libro", vamos absolutamente perfecto, para enseñarlo en clase en la universidad", nos dijo el gerente. "Pero claro, resulta que me olvidé de poner una cosa que era importante, y la verdad es que no comprendo como se me olvidó". Aquello pintaba mal, el supuesto magnate se estaba echando atrás. A ver que más nos decía nuestro jefe... "Se me olvidó explicar como se iba a ganar dinero con el plan de marketing". Yo no me lo podía creer. ¿Estaba despierto? ¿Esto era un chiste? Todo ese trabajo y no sabes poner lo más importante, ¡Qué va a ganar y cómo, el que va a invertir! "Esto lo arreglo yo, me pondré en el asunto y terminaré ese punto que me faltaba". Me imagino la poca confianza que le daría al inversor, a pesar de que se conocían desde hacía años y mi jefe aseguraba que era un "gran amigo suyo".
La segunda prueba consistía en arreglar el sistema informático de cierta entidad de la cual el capialista era socio. Además se le diseñaría y pondría en funcionamiento una página web con base de datos, multimedia y otra serie aspectos interesantes. Junto con otra empresa, muy cercana a nosotros y que estaba corriendo la misma suerte, nos pusimos manos a la obra. En apenas una semana y poco más todo el trabajo estaba realizado. Pero vaya, según cuentan los cronistas de mi empresa, el caballero blanco se negaba a pagar lo poco que le exigíamos, aún cuando el trabajo era muchísimo más caro de lo que le íbamos a cobrar. Con excusas de que faltaba esto o faltaba lo otro, todo el asunto se quedó en agua de borrajas y cuando se cobró algo fue tarde y mal. No sé lo que pasaría ni quien sería víctima y quien el verdugo, pero luego llegaron las críticas: que si el supuesto amigo no era tan amigo, que si no se qué y que si no se cuanto... a estas alturas de la historia, la información llegaba muy distorsionada hasta nosotros. El caso es que al final, el gerente ya no nos contaba historias de caballeros blancos, ni hermosos castillos con cámaras llenas de tesoros.
¿Qué es un caballero blanco? Según mi jefe, es un tipo acaudalado, que tiene mucho dinero y que desea invertir en una empresa tipo ACME S.A, es decir, una empresa de grandes "ideas" que se va a la ruina. ¿Por qué? No lo sé, pero se me ocurren muchas ideas y ninguna de ellas es altruista. El gerente, cuya imaginación no decaía a pesar de la contundencia de la realidad, nos decía que esta persona era muy rica. Se le caían las babas cuando nombraba a gente de este tipo. "¡Tú no te imaginas la cantidad de millones que tiene!", aseveraba siempre en estos casos, con chispas en los ojos. "Él conoce la situación de la empresa, porque yo se la he dicho, pero como es una persona que sabe de negocios ve que es una buena idea poner capital y sacar adelante la empresa. Como tiene tanto dinero, no sabe donde meterlo y tiene siempre que estar moviéndolo de un lado para otro, por lo cual no le importa apostar por nuestra empresa". Bueno, vale, intentaremos hacer caso a las afirmaciones de mi jefe.
Yo conocía a esa persona y dentro del ámbito en el que operaba sé que se gana mucho. Siempre tuve buena relación profesional con él y me parecía una persona con la cabeza bien amueblada. Además era una persona educada y afable. Así que me parecía algo extraño que alguien que sabe de negocios y tiene las ideas claras se metiera en un barrizal, como era nuestra empresa. Algo no cuadraba o alguien tenía falta de información. El caso es que el gerente juraba y perjuraba que este directivo iba a inyectar una cantidad de dinero importante en la empresa. En base a ello ya había tenido contactos con algún compañero para ofrecerles ciertos sueldos y ventajas si se quedaba, tema del cual no hablaba con otros, como yo. Para congraciarse con el caballero blanco la empresa tenía que superar un par de pruebas que justificaran que trabajaba bien y que se podía confiar en ella. Una era un plan de marketing que estaba haciendo mi jefe y la otra un trabajo para resolver un problema informático en otra organización, bastante conocida en mi provincia, y de la cual era accionista el capitalista (futuro socio nuestro).
Mi jefe presumía constantemente de su "Máster" (del universo) en marketing. Que él era demasiado bueno en eso (un portento de la naturaleza). Durante semanas trabajó duro en el proyecto y por fin se lo presentó al caballero blanco. Al día siguiente nos comentó que había ocurrido en la reunión. Todavía sus palabras resuenan en mis oídos y me echo las manos a la cabeza. "Le mostré el plan de marketing, lo hojeó y me dijo que era "de libro", vamos absolutamente perfecto, para enseñarlo en clase en la universidad", nos dijo el gerente. "Pero claro, resulta que me olvidé de poner una cosa que era importante, y la verdad es que no comprendo como se me olvidó". Aquello pintaba mal, el supuesto magnate se estaba echando atrás. A ver que más nos decía nuestro jefe... "Se me olvidó explicar como se iba a ganar dinero con el plan de marketing". Yo no me lo podía creer. ¿Estaba despierto? ¿Esto era un chiste? Todo ese trabajo y no sabes poner lo más importante, ¡Qué va a ganar y cómo, el que va a invertir! "Esto lo arreglo yo, me pondré en el asunto y terminaré ese punto que me faltaba". Me imagino la poca confianza que le daría al inversor, a pesar de que se conocían desde hacía años y mi jefe aseguraba que era un "gran amigo suyo".
La segunda prueba consistía en arreglar el sistema informático de cierta entidad de la cual el capialista era socio. Además se le diseñaría y pondría en funcionamiento una página web con base de datos, multimedia y otra serie aspectos interesantes. Junto con otra empresa, muy cercana a nosotros y que estaba corriendo la misma suerte, nos pusimos manos a la obra. En apenas una semana y poco más todo el trabajo estaba realizado. Pero vaya, según cuentan los cronistas de mi empresa, el caballero blanco se negaba a pagar lo poco que le exigíamos, aún cuando el trabajo era muchísimo más caro de lo que le íbamos a cobrar. Con excusas de que faltaba esto o faltaba lo otro, todo el asunto se quedó en agua de borrajas y cuando se cobró algo fue tarde y mal. No sé lo que pasaría ni quien sería víctima y quien el verdugo, pero luego llegaron las críticas: que si el supuesto amigo no era tan amigo, que si no se qué y que si no se cuanto... a estas alturas de la historia, la información llegaba muy distorsionada hasta nosotros. El caso es que al final, el gerente ya no nos contaba historias de caballeros blancos, ni hermosos castillos con cámaras llenas de tesoros.
6 comentarios:
mejor que se las cuente de dragones, para ke cuando se consigan un caballito gris no se asombren tanto!!...
epa no acostumbro a leer blog tan largos, pero el tuyo me gusto!! bsos!!
Ah que mira a Eugenia por estos lados! ERKE, pregúntate que hacen mis lectores por aqui jajajaja (pasa a recoger las flores que te dejé en mi blog) jeje
Al tema, Mira que BURROOOO es tu jefe! bue, ya en sus estado agonizante dudo que la mente le diera para pensar y algo me dice que debió soltar la lengua en cualquier momento ante "el caballero blanco" y éste último sabiendo que ya estaban en quiebra no le iba a ayudar sino por el contrario aprovecharse... Te digo dos cositas:
** Yo no invirtiera mi dinero en alguien de dudosa procedencia como él.... Tu sabes lo que es tener una trayectoria acumulando herencia para ponerlas en mano de este locoooOOOO...NUUU que va!...
** En el mundo del negocio nadie es amigo de nadie, con dinero no es amigo de nadie!
Besos mi querido Erke...
PD: vas rápidos con los post! ¿Tu como que ya quieres terminar el blog? jeje!
eugenia, buenas. Bienvenida a esta locura de blog.
jajaja, el tiempo de los cuentos se acabó, por lo menos conmigo, y eso lo dejé muy claro :D
gracias por tomarte tiempo para leer este rollo.
Un beso.
hola kt!!! me pasé por tu blog y te dejé un comentario. Gracias por las flores ;)
Mi jefe tenía su don para la alabanza y el peloteo, así nos había tenido tanto tiempo "embaucados". Pensaba que con todo el mundo iba a ser igual, pero al final siempre encuentras a alguien más ****** que tú.
** me extraño que de repente alguien invirtiera tanta cantidad de dinero en una empresa que hacia aguas por todos lados. Entendí que tenía que haber otras razones para ese interés, siempre y cuando la información que el jefe le hubiera dado al capitalista y a nosotros fuera correcta, y no alguna invención. supongo que nunca me enteraré de todo.
** cierto, donde hay dinero no hay amistad.
kt, sí que tengo ganas de terminar ya. Supongo que en muy poquito tiempo finalizará la historia, pero todavía tengo alguna cosilla más que contar.
:)
Sólo quiero decir lo que es un gran blog ha llegado hasta aquí! He estado alrededor durante bastante tiempo, pero finalmente decidió mostrar mi aprecio por vuestro trabajo! Pulgar hacia arriba, y mantenerlo en marcha!
Pensé que iba a comentar y decir que el tema limpio, ¿lo hacen por ti mismo? Es realmente impresionante!
Publicar un comentario