30 junio 2007

Se acabó la negociación

No tuve que pensar demasiado. La relación con esta persona había sido hasta este momento jerárquica: él ordenaba, yo acataba. En la nueva sociedad estaríamos al mismo nivel, con la diferencia de que yo le trataría de igual a igual por mucho título de administrador que tratase de reclamar. No tener control sobre sus actuaciones no me hacía ilusión. Los precedentes eran muy claros. Lo único que podría haber en ese negocio serían roces constantes y perpetuar el malestar que llevaba sufriendo tanto tiempo. Si por ejemplo se iba a una comida de negocios y pedía un vino caro, yo estaría allí para reprochárselo e impedírselo, si trataba de negociar con clientes a mis espaldas, yo estaría allí para intentar enterarme lo que tramaba. Nunca tendría confianza en él. Así nunca se podría trabajar a gusto. Su negativa tajante a tratar de compensar de alguna forma todos mis años de sometimiento, chocaba contra mi idea , acertada o desacertada, de que esta era la última oportunidad para que el gerente realizara un gesto de buena voluntad para cerrar el pasado. Su pensamiento consistía en creer que al morir Acme S.A. se hacía borrón y cuenta nueva, en el sentido de que todas las deudas con los acreedores se extinguían, fuese cual fuese su naturaleza. Yo pensaba de otra manera: con la empresa no moría la deuda, puesto que la deuda había sobrepasado el terreno laboral para destruir el terreno personal. La nueva sociedad que se quería crear, en esencia, era la misma, por lo cual como extensión del pasado en el presente y en el futuro, debía responsabilizarse de lo dejado atrás. No me valía la expresión: "lo pasado, pasado está", porque mientras el gerente evadía las deudas, por otro lado, quería mantener las mismas cuotas de poder y decisión. Mi jefe pensaba que para lo que le interesaba, las cosas seguían igual, pero para lo que no le interesaba, las cosas habían cambiado. Yo, por el contrario, opinaba que este asunto era como una moneda. Si quieres llevarte la cara, te tienes que llevar la cruz. No puedes coger sólo la parte que te interesa y dejar la otra. Si él quería continuar igual, pero librándose de sus responsabilidades, estaba muy equivocado, por lo menos conmigo.

4 comentarios:

Kt. dijo...

Como se dice por aquí tu jefe "se pagaba y daba el vuelto el mismo"...
Es que ni en los momentos más difíciles bajo la guardia y mostró algo de humildad.
En que cabeza cabe que las oportunidades se las tenía que dar él y no ustedes que en todo caso habían sido los agraviados por muchos años.
Pero no hay que quitarle méritos, hace bien su función de gerente cuando de cuidar sus interes se refiere! hasta lo último se defiende como "gata pansa arriba" jajajaja

Besos ERKE; que pases un feliz fin de semana...

Anónimo dijo...

Bueno te comento que hay algo que se llama continuidad de empresa.

No se muy bien como va pero esta para que cuando una empresa quiebre no pueda cambiar el nombre y sacudirse las deudas.

Si os viene Hacienda tendriais que pagar los socios de la nueva empresa.

Erkemao dijo...

buenas kt,
mi jefe nunca cambiaría, y ahora estaba en una situación crítica, con muchos problemas y todas sus esperanzas y falsos ideales de futuro se esfumaban cada día. Por mi parte, ya había dado todas las oportunidades a la empresa y me tocaba mirar por mí, algo que debí hacer desde el principio. Así que si no obtenía lo que quería, tampoco iba a dar nada a cambio.

Buen fin de semana para ti también.
Besos.

Erkemao dijo...

yo mismo, algo de eso me había comentado mi abogado. Estaba claro que lo que quería hacer la empresa era buscar todos los resquicios que dejara la ley para meterse por ellos. "Borrón y cuenta nueva".
Gracias y saludos.