Como escribir este post sin echarse unas risas. Digamos que los certificados están para colgarlos en la pared. Lo que me recuerda tener a mi jefe pegado a mi nuca mientras yo tenía que taladrar unos agujeros para poner los cuadros que contenían los "sublimes" certificados de calidad y medioambiente. Luego tuve que dejarlos perfectos. A nivel, o si no... la que se iba a armar. Dichoso verano de 2004, el de los trabajos forzados. Pero no nos vayamos por las ramas, sobre todo el que escribe y contemos algo interesante, por ejemplo, ¡qué hacer con el papel para reciclar, o cómo librarse de las pilas botón! Sé que no es un gran ejercicio de ética y moral, pero es más flagrante cuando se presume de ser un "hacha" en el cuidado del medio ambiente y un negocio plenamente consciente de la protección de la naturaleza.
Cuando obtuvimos los certificados que nos convertían en una de las primeras empresas a nivel regional y seguramente a nivel nacional en respetar el medioambiente, aunque sólo fuera poniendo unos contenedores de papel y plástico, todo fueron gozos y alegrías. Pero como en todo jolgorio, hay un final. En mi empresa creo que el final empezó desde el principio, pues tengo la impresión de que los méritos logrados no eran una apuesta sincera, sino un requisito necesario para entrar a ciertos concursos públicos. Con el tiempo, eso de reciclar parece que se convirtió en una molestia para la empresa. Bolsas y más bolsas de papel triturado se acumulaban en la entrada del sótano, sin tener destino alguno. Espóradicamente, la responsable, nos comunicaba el deber de llevar esas bolsas a contenedores adecuados, pero como nadie iba (puesto que para eso ya había una persona responsable) el papel se iba encaramando por las escaleras para arriba. Solución: el contenedor de basura más próximo. Todo un ejemplo de urbanidad, pero para nada de política activa a favor del medioambiente, curiosamente, la política de la cual presumía la empresa. Así pasaba lo mismo con el plástico, con los tóner y cartuchos vacíos, etc... Unos años antes ya habíamos puesto en práctica este ejercicio, deshaciéndonos del contenedor para pilas botón frecuentemente utilizadas en informática, puesto que las placas base de los ordenadores las llevan. Razón: lo ignoro, pero sospecho que tener que pagar para que se llevaran las pilas no le sentaba demasiado bien a mi jefe. Respeto a la naturaleza sí, pero gratis; si no, pues al contenedor con el resto de la basura. En mis años como técnico de campo, es decir, en la época pringosa de pringadillo no fue infrecuente ir dejando monitores y material viejo por los contenedores de toda la ciudad. Cuando obtuvimos los certificados todo cambió, pero como he narrado, por el tiempo estrictamente necesario para dar la sensación de empresa "ética" y responsable. Después, "si te he visto, no me acuerdo".
Cuando obtuvimos los certificados que nos convertían en una de las primeras empresas a nivel regional y seguramente a nivel nacional en respetar el medioambiente, aunque sólo fuera poniendo unos contenedores de papel y plástico, todo fueron gozos y alegrías. Pero como en todo jolgorio, hay un final. En mi empresa creo que el final empezó desde el principio, pues tengo la impresión de que los méritos logrados no eran una apuesta sincera, sino un requisito necesario para entrar a ciertos concursos públicos. Con el tiempo, eso de reciclar parece que se convirtió en una molestia para la empresa. Bolsas y más bolsas de papel triturado se acumulaban en la entrada del sótano, sin tener destino alguno. Espóradicamente, la responsable, nos comunicaba el deber de llevar esas bolsas a contenedores adecuados, pero como nadie iba (puesto que para eso ya había una persona responsable) el papel se iba encaramando por las escaleras para arriba. Solución: el contenedor de basura más próximo. Todo un ejemplo de urbanidad, pero para nada de política activa a favor del medioambiente, curiosamente, la política de la cual presumía la empresa. Así pasaba lo mismo con el plástico, con los tóner y cartuchos vacíos, etc... Unos años antes ya habíamos puesto en práctica este ejercicio, deshaciéndonos del contenedor para pilas botón frecuentemente utilizadas en informática, puesto que las placas base de los ordenadores las llevan. Razón: lo ignoro, pero sospecho que tener que pagar para que se llevaran las pilas no le sentaba demasiado bien a mi jefe. Respeto a la naturaleza sí, pero gratis; si no, pues al contenedor con el resto de la basura. En mis años como técnico de campo, es decir, en la época pringosa de pringadillo no fue infrecuente ir dejando monitores y material viejo por los contenedores de toda la ciudad. Cuando obtuvimos los certificados todo cambió, pero como he narrado, por el tiempo estrictamente necesario para dar la sensación de empresa "ética" y responsable. Después, "si te he visto, no me acuerdo".
4 comentarios:
Lo malo de aparentar lo que no se es, mientras traiga "beneficios" a la empresa se junta todo certificado luego para que cumplirlos si es como un documento que representa la responsabilidad de la empresa. Pero ¿quién controla que se lleve a cabo las responsabilidades asumidas una vez colgado el certificado?
De hoy en adelante paso a ver cada certificado como un papel que alguna vez represento el cumplimiento de la empresa.
Sos el mejor blogger que visito
Saludos y suerte en todo
Bueno Erke, aquí si que sonmuchas las empresas que se parecen... Eso es lo más común ante tanto certificado, y tal vez aquellas empresas transnacionales de renombres en cualquier momento lo hisieron y por debajo de la mesa lo seguiran haciendo...
Besossssssssssss
Guillo, después de mi experiencia, pienso como tú. Los certificados colgados en las paredes decoran,pero no tienen porqué significar nada. Eso se ve luego y se tiene que demostrar. Se supone que para conseguirlo hay que trabajar mucho, pero pasa como con algunos máster y algunas carreras en algunos sitios, si pones dinero sobre la mesa, el título lo tienes asegurado.
Muchas gracias por tus palabras y por pasarte por aquí. Intentaré pasarme más por el tuyo que lo tengo un poquito abandonado. Saludos.
kt, es como algunas enfermedad llamada "titulitis", acumular certificados de lo que sea, porque cuanto más abulten más importante parecerá quien los tiene.
Besitos, y te digo lo mismo que a guillo, cuando tenga un pokito más de tiempo me paso por tu blog a dejarte preguntitas :P
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