
18 enero 2007
El destornillador perdido

17 enero 2007
La mudanza: ¿qué había detrás?



16 enero 2007
La mudanza


Por esa época, estaba de vacaciones, así que "me perdí" la mudanza. Creo que es de lo poco bueno que me sucedió en esa empresa. Lamentablemente, donde unos disfrutan, otros lo sufren; así que fueron mis compañeros los que tuvieron que hacer el traslado de toda la mercancía, objetos de la oficina y mierda en general. Bueno, no todos. Sólo los pringadillos. Los empleados de rancio abolengo, alcurnia y cierto egocentrismo se salvaron de tales menesteres, como es obvio pensar. Espero que mis compañeros de esa época, me puedan socorrer y decirme como les fue en esas tareas.
Para mí lo más importante, aparte de irme a un sitio "mejor", fue que me perdieron todo el software que había tardado años en recopilar. Me habían extraviado los utensilios y materiales que usaba, las notas, los útiles... todo. Cuando regresé cogí un mosqueo de padre y señor nuestro. Se lo comenté a uno de mis compañeros y me contestó: " el jefe nos dijo que cogiéramos todo y lo reuniéramos y que además de aquí en adelante nos tenemos que encargar de todo el material (software) de modo que si quieres algo, lo tienes que pedir". No me lo podía creer, con lo que me había costado reunir todo aquello, sin que me lo quitaran cada dos por tres... y ahora era como empezar de nuevo, con la salvedad de que tenía que pedir permiso para utilizar el material (drivers, programas...) que necesitaba para hacer el trabajo. Además no podíamos usar Internet, tal y como nos pasaba en el otro local de forma que si quería conseguir algún driver*, también lo tenía que pedir. Era la absurdidad llevada a lo absurdo. En un intento por organizar todo, la empresa estaba haciendo justo lo contrario... poner controles a lo que no se tenía que controlar, porque entorpecía el trabajo. En la empresa nadie se iba a dedicar a navegar por la red todo el día, o a chatear, o a jugar (bueno... alguno). Y bien, si alguien lo hacía un día.. ¡qué más da! Se tiene a los empleados currando más horas de lo estipulado, no se pagan horas extras, no se tiene un sueldo mínimamente apropiado... Demasiadas restricciones favorables para el negocio y pocas para los empleados. Ciertamente, la balanza no estaba compensada. Con tanto control y burocracia luego se podría quejar, el jefe, con razón de que no hacíamos las cosas con rapidez.

* Un driver es un software que sirve para comunicar un dispositivo o periférico con un sistema operativo. Así en plan bueno, bonito y barato. Para el que no esté muy relacionado con la informática, se podría explicar con el siguiente ejemplo: cuando enchufamos una impresora nueva al ordenador, suele salir un aviso de que se ha encontrado un dispositivo y se necesita el controlador (inserte el CD y bla bla bla). Pués en el CD viene el "programita" que sirve para decirle al ordenador: "¡Eh mira! ¡Soy la impresora Acme XYZ y funciono de esta manera!, porque claro, cuando has enchufado el aparato por primera vez, el ordenador se queda mosqueado diciendo..."¿Qué o Quién eres tú?", y se necesita un relaciones públicas que haga las debidas presentaciones. Además tiene que ser un relaciones públicas válido, que conozca a las dos partes. No vale el primero que pase por allí, que seguramente no sepa quien es el ordenador y quien la impresora.
PS: La imagen de las cristaleras está muy chula, pero no se parece en nada a mi empresa :D, sólo pretendía ilustrar la sensación de estar dentro de una cueva a tener luminosidad ;).
15 enero 2007
El contrato fijo


14 enero 2007
Los primeros efectos visibles de la pesadilla


Poco antes de irme, ya había decidido con otra amiga irnos a otro macroconcierto, después de terminado el anterior. Eso supondría otra semana fuera, pero yo no lo había comentado con la empresa, porque sabía que me pondrían pegas, y después de todo lo que había hecho aquellos años, me parecía muy injusto. Una vez terminó esa semana, llamé a la empresa y les dije que me retrasaba otros 7 días, al fin y al cabo, estaba a 2000 kilómetros; podían blasfemar lo que quisieran. No fue así y no hubo problemas por ello (al menos en apariencia), pero yo sabía que mi empresa no olvidaba... y tarde o temprano tendría que pagar esa osadía. Bien, para el nuevo concierto, primero tenía que ir a casa de mi amiga, que vivía a cientos de kilómetros y después atravesar media Europa. Otros 2.000 kilómetros, pero en bus. Eso ya no lo pude resistir, desde que subí me quedé dormido y creo que casi no desperté hasta llegar a Alemania. Mi compañera de viaje, que era una chica superactiva, acabó realmente harta y mosqueada conmigo. No podía hablar, no podía hacer nada, simplemente dormir. A partir de eso se distanció mucho de mí , puesto que yo era una compañía aburrida y pésima. Aún a la vuelta y después de tres días absolutamente formidables de conciertos, yo seguía sin apenas poderme mantenerme en pie. Así que fue un retorno en el

13 enero 2007
Las consecuencias de un año y medio sin dormir


12 enero 2007
El trabajo sucio intangible

Durante la primera parte de mis 8 años en aquella empresa, mis obligaciones consistían en reparar equipos de clientes con los que directamente no trataba, sino que lo hacían otros. Si todo iba bien, las palmaditas y los elogios eran para éstos últimos, que se apropiaban del trabajo. Si las cosas iban mal, te señalaban directamente a ti como culpable, y para satisfacción del cliente debías ser escarmentado como descargo por tu "ineptitud". Más de una vez, y delante de clientes, esos "compañeros" o el propio gerente te llamaban idiota o afirmaban que no sabías hacer las cosas. Aguantabas, mientras los otros reían con los clientes, los chistes estúpidos de tu jefe.
Otra forma de trabajo encubierto era el montaje de equipos en masa. Los ensamblabas hasta altas horas de la mañana por la avaricia de tu jefe (Las incomprensibles palizas de última hora) y era otra tarea importante que desarrollabas en el anonimato, tanto en pedidos grandes como en simples equipos para clientes individuales. Nuevamente trabajo olvidado y desprestigiado.
Otro ejemplo de este trabajo sucio era cuando mi jefe hacía que me disculpara con clientes por errores cometidos por él o la empresa, pero claro, su imagen quedaba muy mal si los reconocía, así que ya que no se podía tapar la mala gestión,
lo adecuado era poner como culpable a otro (el que les escribe). Esa es otra forma de funcionamiento de las empresas, puesto que los clientes están más dispuestos a seguir fieles cuando el error es cometido por un inferior, a cuando reincide un superior. Si usted que lee esto, se ha encontrado en alguna situación similar, piense mal, porque puede que al que le esté echando la bronca, no sea sino un peón que ni siquiera sepa que es lo que ocurre. Al respecto, recuerdo en uno de mis últimos meses como empleado, que la empresa había metido la pata con una cliente, y se me pasó a mí. No tenía ni idea de lo que ocurría, pero se me había dicho que me disculpara y que llegara a un acuerdo con la cliente. Situación embarazosa en la cual la interesada se despachó a gusto conmigo, mientras mi jefe estaba escondido. Evidentemente no volvió a ocurrir, porque desde ese día decidí devolver las llamadas al gerente. No me pagaban por tales labores y después de 8 años aguantando, ningún sueldo compensaba semejantes riesgos. En próximos post les comentaré como cada día de mi trabajo en aquella empresa era un constante sufrir, porque recibía broncas e insultos de clientes a los cuales muchas no conocía ni había hablado con ellos en mi vida, pero que me acusaban directamente de sus problemas a parte de afirmar que yo (mi jefe) les había engañado.
El hacer presupuestos y atender clientes es otra forma de trabajo sucio. No, si éstos son ricos y elegantes, pero sí si se trata de gente de la calle. Si yo me pasaba de tiempo convenciendo a un cliente normal para que comprara un ordenador nuevo y finalmente lo hacía, eso era una pérdida de tiempo. Si por el contrario mi jefe se pegaba toda la tarde de tertulia con un cliente acaudalado, que finalmente lo mandaba a freír espárragos, eso era tiempo invertido.
Lamentablemente la escala de valores de mi gerente era: rico o aparentemente rico == gran persona y gran cliente; gente normal == populacho, me sirven para ganar dinero, pero tratar con ellos, lo justo. La realidad era que muchos de esos interesados de bajo nivel no regateaban precios, pagaban fielmente y daban pocos problemas y aquellos de los que le gustaba rodearse a mi jefe, regateaban hasta la última peseta, haciendo que perdiéramos dinero, pagaban tarde y mal y solían ser muy conflictivos.
El hacer facturas, papeleos y consultas es otra forma de trabajo sucio. No generaba ganancias directamente, pero permitía que no hubiera un descontrol y caos en la empresa y se pudiera seguir el rastro de los trabajos realizados. Cuando tuvimos que dedicar cada vez más tiempo a labores burocráticas, el gerente se sintió muy molesto, a pesar de que las órdenes eran suyas.
Atención telefónica o personal a los clientes. Otro trabajo sucio, que no se cobraba. Era un servicio que la empresa prestaba. Se tenía contentos a los interesados, pero luego, por la espalda, el jefe renegaba de ellos, a parte de soltarnos las típicas indirectas de que perdíamos el tiempo y no producíamos nada. Esta era otra de las contradicciones de mi empresa: si no quieres dar atención a los clientes (demostrado con palabras denostadoras y frases zahirientes), ¿porqué "coño" te quejas luego?.
No recuerdo nada más ahora, aunque sé que mucho más hubo. La conclusión es que al margen de si el trabajo era más o menos justificado o necesario, todo el trabajo sucio que se hacía era parte del funcionamiento de la empresa; y aunque directamente no se percibiera ingresos por él, indirectamente era fundamental para que otras acciones sí generaran beneficios. Como he repetido estos días: no era valorado, era difamado y era humillado, por los mismos que lo imponían, lo exigían y luego lo repudiaban, es decir, el gerente y acólitos.
Otra forma de trabajo encubierto era el montaje de equipos en masa. Los ensamblabas hasta altas horas de la mañana por la avaricia de tu jefe (Las incomprensibles palizas de última hora) y era otra tarea importante que desarrollabas en el anonimato, tanto en pedidos grandes como en simples equipos para clientes individuales. Nuevamente trabajo olvidado y desprestigiado.
Otro ejemplo de este trabajo sucio era cuando mi jefe hacía que me disculpara con clientes por errores cometidos por él o la empresa, pero claro, su imagen quedaba muy mal si los reconocía, así que ya que no se podía tapar la mala gestión,

El hacer presupuestos y atender clientes es otra forma de trabajo sucio. No, si éstos son ricos y elegantes, pero sí si se trata de gente de la calle. Si yo me pasaba de tiempo convenciendo a un cliente normal para que comprara un ordenador nuevo y finalmente lo hacía, eso era una pérdida de tiempo. Si por el contrario mi jefe se pegaba toda la tarde de tertulia con un cliente acaudalado, que finalmente lo mandaba a freír espárragos, eso era tiempo invertido.

El hacer facturas, papeleos y consultas es otra forma de trabajo sucio. No generaba ganancias directamente, pero permitía que no hubiera un descontrol y caos en la empresa y se pudiera seguir el rastro de los trabajos realizados. Cuando tuvimos que dedicar cada vez más tiempo a labores burocráticas, el gerente se sintió muy molesto, a pesar de que las órdenes eran suyas.

Atención telefónica o personal a los clientes. Otro trabajo sucio, que no se cobraba. Era un servicio que la empresa prestaba. Se tenía contentos a los interesados, pero luego, por la espalda, el jefe renegaba de ellos, a parte de soltarnos las típicas indirectas de que perdíamos el tiempo y no producíamos nada. Esta era otra de las contradicciones de mi empresa: si no quieres dar atención a los clientes (demostrado con palabras denostadoras y frases zahirientes), ¿porqué "coño" te quejas luego?.
No recuerdo nada más ahora, aunque sé que mucho más hubo. La conclusión es que al margen de si el trabajo era más o menos justificado o necesario, todo el trabajo sucio que se hacía era parte del funcionamiento de la empresa; y aunque directamente no se percibiera ingresos por él, indirectamente era fundamental para que otras acciones sí generaran beneficios. Como he repetido estos días: no era valorado, era difamado y era humillado, por los mismos que lo imponían, lo exigían y luego lo repudiaban, es decir, el gerente y acólitos.
11 enero 2007
El trabajo sucio físico

Desde que comencé mis prácticas, ya me dediqué a hacer este tipo de tareas. Primero limpiando la suciedad y la mierda, hablando literalmente. Era un trabajo que no nos correspondía hacer, pero cuan importante era para la empresa ahorrarse a trabajadores en activo haciendo esas tareas (que por otro lado no la hubieran hecho). Cuanto dinero ahorrado.
Otra de las situaciones que se presentaba muy a menudo era tener que limpiar los equipos de los clientes, que suelen estar llenos de mierda e inmundicia (principalmente empresas), y a veces de fauna. En ciertas empresas llegabamos a quitar kilos de polvo de dentro de los PCs. No consigo recordar la cantidad de veces que estuve limpiando equipos a fondo, para que quedaran impecables por dentro y por fuera. Era una tarea que se cobraba raramente y les aseguro que se acababa completamente pringado, con las uñas totalmente negras después de varios lavados y apestando. Trabajo sucio como su nombre indica. Si el cliente era observador y sensible felicitaba a mi jefe, porque los pringadillos siempre están en el anonimato. Era un quehacer que no se veía pero que era importante, como limpiar los ventiladores de los equipos para que no se atoraran. Es un ejemplo similar a lo que les pasa a los mecánicos en los talleres y a otras muchas y variadas profesiones. El cliente no es consciente de que el profesional que

Muchas veces tenía que llevar equipos a empresas o clientes, y arrastrarme bajo mesas llenas de tierra, llena de arañas y más cosas innombrables, o tirar cableado arrastrándome por el polvo y la suciedad. No en pocas ocasiones se nos hacía limpiar los almacenes, ordenar todas las cosas, cambiarlas de sitio, etc... Digo se nos hacía, porque no era una petición, era una orden. ¡Sólo apto para currantes de bajo nivel! Los demás decían: "me duele la espalda" , "estoy malo", "no puedo cargar"... Todo un ejemplo de solidaridad. Una de las últimas veces que me tocó hacer esto estuve tosiendo una semana. Como puede comprobar, ni las más mínimas normas de seguridad e higiene eran tenidas en cuenta por la empresa. Eso sí, después cuando por fin acabó con mi departamento, empezaron a tenerse en cuenta todas las normas habidas y por haber. Un claro ejemplo de que las cosas no se hacen porque no se pueda sino porque no se quiere.
Otro caso es el tener que llevar o traer cosas de la casa del jefe, tal y como nos ha comentado en alguna ocasión uno de los lectores. Tampoco me libre de eso, pero él te decía: "¿me puedes hacer un favor?", que se puede traducir por "que lo hagas". Al final como siempre, se quejaba de que no producíamos. Claro, si estoy atendiendo tus asuntos personales, no puedo generar ingresos para la empresa... ¿qué contar que muchos de ustedes no sepan o hayan vivido ;) ?
De momento eso es todo. Mañana hablaré del otro trabajo sucio, el que haces en el anonimato, sirve para que la empresa avance, pero que no tiene valoración o la que tiene es negativa por parte de tus superiores.
10 enero 2007
El trabajo sucio (el acercamiento)

No voy a hablar de ninguno de estos estamentos, sino lo voy a enfocar desde el punto de vista de los que hemos estado abajo (el mío en este caso). El tema en cuestión es: el trabajo sucio.
¿Qué es el trabajo sucio? Para mí, son una serie de tareas y responsabilidades desarrolladas y ejecutadas fielmente, con actitud y aptitud, que son fundamentales para el funcionamiento de una empresa, pero que son ignoradas, vejadas y humilladas por parte de las categorías dirigentes, aún sabiendo lo valiosas que son. Aún sabiendo que el reemplazo de las personas de confianza que las realizan, es extremadamente difícil, pero manteniendo a toda costa el yo estoy arriba y tú estás abajo y te jodo lo que quiero y cuando quiero, porque sé que vas a seguir ahí aguantando y sacándome las castañas del fuego.
Unos años antes de trabajar en esa empresa de informática cuyo nombre me irrita pronunciar, estuve trabajando (mientras estudiaba) un año y medio en el pub de moda de la capital de mi provincia. Por aquel entonces iba lo más pijo y lo más "cool" de toda la ciudad, provincia, región, estado y más lejos. Tenía mucho renombre, aunque la calidad del servicio, no era proporcional a sus precios y a su supuesta categoría. No porque los empleados no lo quisiéramos, sino porque los dueños iban a sacar la máxima tajada, antes de fundir el negocio. Yo trabajaba como "office" es decir, el pringadillo que recogía y lavaba los vasos, ponía hielo, llenaba las neveras de refrescos, reponía botellas, etc... Eramos dos y muchas veces sólo yo, para cubrir hasta tres barras. Nuestro trabajo era fundamental para que todo funcionara. Si hubiesemos fallado, todo el sistema se hubiera ido abajo. Podía subsistir, aunque a las camareras no les gustaba ensuciarse las manos y el servicio estaría seriamente mermado. Empezábamos a trabajar antes que nadie y terminábamos mucho despues que los demás. Me di cuenta de que si tienes unas buenas tetas, el trabajo es menos sufrido. Lamentablemente yo era tío y de apariencia corriente X-D. Recuerdo pasarme 10 horas seguidas literalemente corriendo, corriendo y corriendo, para atender a todo, y cuando tenía un momento libre , me tenía que poner a servir copas, o atender pedidos e incluso llegúe a ser encargado un par de veces. Pero por mi condición de ser pringadillo y "estar plano" ;-) mis jefes no consideraban mi trabajo igual al de las camareras, aún cuando hacíamos el doble que ellas y su propio trabajo cuando no tenían ganas de trabajar, es decir, cuando decían que les había dado una lipotimia. Cobrábamos mucho menos y nos trataban mucho peor, a pesar de ser las personas de confianza: las únicas a las que nos daban las llaves de todo y nos permitían el control del almacén, las cajas registradoras, etc...
Es así. La versión es que las camareras atraen a los clientes... pero eso no quita que nosotros desempeñáramos nuestro trabajo de una forma más profesional, abnegada y diligente. Aún conscientes de eso, nuestros jefes nos pisaban. En una borrachera de uno de ellos (cuando todo hombre dice la verdad), el tipo nos comentó: "al único que yo contrataría de todos, para cualquier trabajo, es a Erkemao". Y yo: "¡Qué bien!" y pensaba: "¡Pero págame más y jódeme menos!"
La conclusión de todo esto, es que tus jefes saben la valía del trabajo sucio y de quienes tienen que realizarlo, pero a pesar de ello, remunerarán más a otros, que saben que son unos pelotas. Paradójicamente, lo que no se atreven a decirles a ellos, lo pagan contigo.
Para no aburrirles demasiado, les explicaré en el próximo post, como era el trabajo sucio en la empresa de informática, y realmente veremos, que da igual la rama laboral en la que te muevas. Ocurre lo mismo en todos lados. Muchos jefes son unos cobardes que tratan de olvidar tu valía mediante indirectas, broncas y cualquier cosa que les pueda apagar por un momento el remordimiento de sus acciones y sus complejos de inferioridad ante otros trabajadores, a los que en secreto admiran o desean, aunque estos últimos no hagan nada o su labor pueda ser "cuestionada" (por los demás empleados, no por los jefes).
¿Qué es el trabajo sucio? Para mí, son una serie de tareas y responsabilidades desarrolladas y ejecutadas fielmente, con actitud y aptitud, que son fundamentales para el funcionamiento de una empresa, pero que son ignoradas, vejadas y humilladas por parte de las categorías dirigentes, aún sabiendo lo valiosas que son. Aún sabiendo que el reemplazo de las personas de confianza que las realizan, es extremadamente difícil, pero manteniendo a toda costa el yo estoy arriba y tú estás abajo y te jodo lo que quiero y cuando quiero, porque sé que vas a seguir ahí aguantando y sacándome las castañas del fuego.

Unos años antes de trabajar en esa empresa de informática cuyo nombre me irrita pronunciar, estuve trabajando (mientras estudiaba) un año y medio en el pub de moda de la capital de mi provincia. Por aquel entonces iba lo más pijo y lo más "cool" de toda la ciudad, provincia, región, estado y más lejos. Tenía mucho renombre, aunque la calidad del servicio, no era proporcional a sus precios y a su supuesta categoría. No porque los empleados no lo quisiéramos, sino porque los dueños iban a sacar la máxima tajada, antes de fundir el negocio. Yo trabajaba como "office" es decir, el pringadillo que recogía y lavaba los vasos, ponía hielo, llenaba las neveras de refrescos, reponía botellas, etc... Eramos dos y muchas veces sólo yo, para cubrir hasta tres barras. Nuestro trabajo era fundamental para que todo funcionara. Si hubiesemos fallado, todo el sistema se hubiera ido abajo. Podía subsistir, aunque a las camareras no les gustaba ensuciarse las manos y el servicio estaría seriamente mermado. Empezábamos a trabajar antes que nadie y terminábamos mucho despues que los demás. Me di cuenta de que si tienes unas buenas tetas, el trabajo es menos sufrido. Lamentablemente yo era tío y de apariencia corriente X-D. Recuerdo pasarme 10 horas seguidas literalemente corriendo, corriendo y corriendo, para atender a todo, y cuando tenía un momento libre , me tenía que poner a servir copas, o atender pedidos e incluso llegúe a ser encargado un par de veces. Pero por mi condición de ser pringadillo y "estar plano" ;-) mis jefes no consideraban mi trabajo igual al de las camareras, aún cuando hacíamos el doble que ellas y su propio trabajo cuando no tenían ganas de trabajar, es decir, cuando decían que les había dado una lipotimia. Cobrábamos mucho menos y nos trataban mucho peor, a pesar de ser las personas de confianza: las únicas a las que nos daban las llaves de todo y nos permitían el control del almacén, las cajas registradoras, etc...

La conclusión de todo esto, es que tus jefes saben la valía del trabajo sucio y de quienes tienen que realizarlo, pero a pesar de ello, remunerarán más a otros, que saben que son unos pelotas. Paradójicamente, lo que no se atreven a decirles a ellos, lo pagan contigo.
Para no aburrirles demasiado, les explicaré en el próximo post, como era el trabajo sucio en la empresa de informática, y realmente veremos, que da igual la rama laboral en la que te muevas. Ocurre lo mismo en todos lados. Muchos jefes son unos cobardes que tratan de olvidar tu valía mediante indirectas, broncas y cualquier cosa que les pueda apagar por un momento el remordimiento de sus acciones y sus complejos de inferioridad ante otros trabajadores, a los que en secreto admiran o desean, aunque estos últimos no hagan nada o su labor pueda ser "cuestionada" (por los demás empleados, no por los jefes).
09 enero 2007
Los clientes chantajistas

Teníamos cierto cliente (empresa) a la que le llevábamos el tema informático, tanto servicios como material. Había sido cliente nuestro por bastante tiempo, pero tampoco era uno demasiado antiguo.
Empecemos por el principio de esta historia. Yo, en mi condición de técnico de campo, tenía que visitar muchas empresas y clientes particulares para resolver problemas puntuales o hacer visitas para presupuestar redes, etc... Al cliente en cuestión me desplacé un día para sustituirle la fuente de alimentación de uno de los ordenadores de la oficina, que se había estropeado. El arreglo fue rápido y perfecto, pero nuestras fuentes de alimentación eran de mejor calidad y costaban su buen dinero. Poco tiempo después fui de nuevo para solucionar otro asunto, creo que era algo de configurar una red o una conexión a Internet. Esto no tenía nada que ver con lo anterior. El trabajo que realicé en primer lugar, todavía no se había satisfecho.



08 enero 2007
Algunas meteduras de pata IV



07 enero 2007
Algunas meteduras de pata III

Evidentemente, nunca más volví a recoger un cartucho de tinta abierto :)
06 enero 2007
Algunas meteduras de pata II

Como siempre, se me dijo que tenía que hacer una copia de seguridad de unos datos de una cliente y formatear e instalar un sistema nuevo en su disco duro. Después de un par de malos sucesos como el mencionado ayer, me dediqué a hacer 2 copias de seguridad de los discos duros íntegros, antes de borrar nada. Gracias a que mi empresa era más bien tacaña y agarrada en medios, ese día no disponía ni de ordenadores ni de discos para poder hacer la copia. Sólo un disco duro de baja capacidad y un ordenador de algún cliente, como máquina para copias, si no recuerdo mal.
Mi rabia desde siempre fue provocada por no entender ciertas posturas de la empresa. Ofertaba a los clientes salvar sus datos, sin coste alguno, asumiendo la responsabilidad de las pérdidas de datos en muchas ocasiones; pero de cara a los trabajadores, decía que eso no era problema nuestro. Esto se traducía en que cuando había fallos, el jefe no ponía la cara y dejaba la tuya para los golpes. Si no disponíamos de los medios para garantizar esas copias, ¿por qué se ofertaban a los clientes? ¿por qué cada dos por tres, y cuando conseguíamos con piezas de segunda mano montar un ordenador para realizar copias de seguridad, se nos "insultaba" y se nos quitaba ese equipo para venderlo por poco dinero? ¿por qué no se respetaba nuestro trabajo y se nos ponía en situaciones comprometidas? Estas son muchas de las cuestiones que hacen que arda

Como iba diciendo, realicé la copia de datos (o al menos eso es lo que creo). Procedí al formateo e instalación de un nuevo sistema. Cuando fui a restaurar los datos otra vez, estos no estaban. Nueva sensación de ahogo. No podía ser. Yo los había guardado en un disco duro a parte, ¿o tal vez no?. Sea lo que sea que sucedió, los datos no estaban. Lo achaqué a una corrupción de ese disco, que había perdido la información. Si como yo quería, se hubiera hecho una segunda copia de seguridad, esto no habría sucedido, pero NO, mi empresa daba servicios a los clientes, pero no medios a los técnicos, y luego...¡ A joderse!
Tuve que ser yo el que le dijo a la cliente que había perdido la información y que esta no era recuperable. Era un tesis doctoral. Más de dos años de trabajo, perdidos. Pocas veces me sentí tan mal como en aquel momento. La cliente estaba totalmente destrozada, lloraba como si le fuera la vida en ello. Un espectáculo dantesco. Horrible.

El gerente era totalmente voluble en sus acciones y posturas. Un día te decía que los datos eran de los clientes y ellos eran sus custodios y otros te decía que había que salvar toda la información, pero sólo no te proporcionaba los medios, sino que además te los quitaba si los tenías. Lo lógico para mí sería: o rehusar a arreglar el ordenador en caso de pérdida de datos una vez advertido el cliente, o cobrar por rescatar esos datos, pero dando plenas garantías. El caso es que yo fui quien tuvo que pasar el mal trago, independientemente de mi responsabilidad. La empresa, como siempre, no estuvo allí para defenderme.
05 enero 2007
Algunas meteduras de pata I

El primer gran error que tuve, afortunadamente sin consecuencias, fue la pérdida de todos los datos de una empresa. Algo parecido a lo que me ocurrió una vez cuando empecé a trabajar (y que narré en uno de los primeros post del blog) pero de una forma más imprevista. Un viernes un compañero que llevaba mantenimientos me entregó un disco duro para que salvara toda la información y para que formateara e instalara un sistema operativo con todos los programas básicos. De esta forma, él se encargaría de terminar el trabajo en la empresa cliente el lunes siguiente. Ese viernes no pude hacerlo, así que dejé el trabajo para el sábado que seguía. Realicé una copia de todo el disco duro a otro disco duro. Para ello, en un ordenador con un sistema Windows 95, coloqué los otros discos, para efectuar la copia. Una vez realizada, y como en aquel tiempo los formateos desde disquete llevaban demasiado tiempo, decidí ir más rápido formateando directamente el disco original, pero desde el propio sistema que tenía corriendo.

04 enero 2007
De recibir "prácticas" a dar "prácticas"

En esta ocasión les hablaré de como pasé de ser aprendiz a "profesor". Sí, la palabra está entrecomillada. Tengo cierta facilidad para enseñar a la gente. La suficiente paciencia, la suficiente constancia, la búsqueda de ejemplos equivalentes en la vida cotidiana que permitan entender más fácilmente la abstracción que puede suponer la informática y transmito la suficiente tranquilidad y seguridad como para estimular a los clientes que son reacios a aprender. Pero este no es el caso. Vale, dejo de tirarme flores y vamos al asunto en cuestión. Cuando volví al turno de mañana, mis responsabilidades se multiplicaron y muchos trabajos y clientes dependían directamente de mí, lo cual, como ya comenté, supusieron mi esclavitud en el trabajo, para poder llevar a cabo todo lo que había que hacer... (con el beneplácito de mi jefe, que en ningún momento se quejó de que estuviese trabajando al 200% todo el día). En abril de ese año, 2002 si la memoria no me falla, volvieron a traer alumnos a pesar de que mi jefe años atrás había decidido no dar más prácticas. Pero bueno, el local estaba hecho una pena, y se necesitaba a mano de obra gratis que lo limpiara. La mejor forma de conseguirla era dar unas "prácticas". Tal y como nos había sucedido a otras promociones, los nuevos miembros temporales de la empresa tuvieron que luchar contra la basura, el polvo y la

Recuerdo con cierto remordimiento las veces que volvíamos a las 5 ó las 6 de la tarde, porque las cosas se habían complicado en algún cliente. Creo que al final, el alumno acabo bastante defraudado con tan tremendo trajín y con el "profesor" que le había tocado, al cual superaba en conocimientos en algunos temas. Pero, ¿qué podía hacer yo? Nada, seguir tragando los desaciertos, malas prácticas y desatinos de mi jefe y esperar a que todo mejorara algún día. ¡Qué iluso!
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