Tras una corta pausa, vuelvo a la carga, para contarles nuevas historias de mi vida en aquella empresa. Este post va a ser un poco más informático de lo habitual. Puede que alguno de nuestros lectores haya pasado por alguna de las experiencias que voy a contar. Y seguro que para muchos técnicos será algo familiar. Hablaré un poco de mi jefe ;) (el siempre acaba siendo más protagonista de este blog que el propio Erkemao, aunque hoy no le daré mucha caña), hablaré de clientes y hablaré de nosotros, los técnicos.
Historia número 1: Los discos Fujitsu y las soluciones de mi jefe.
Hace mucho tiempo atrás, en muchas tierras no muy lejanas y bastantes cercanas, hubo una partida de discos duros muy demandada que se puso en gran cantidad de equipos. Cuenta la leyenda que muchos de esos ordenadores acabaron sucumbiendo a un mal desconocido. Muchos datos se perdieron en aquella sombría edad, muchos valientes y rodantes discos duros fenecieron en la lucha y entre las tinieblas surgió un héroe, un adalid de la verdad, el hechicero del "Disco Duro Largo para sistemas NT". Él trajo la verdad a las instalaciones y configuraciones, más el tiempo transcurrió y se descubrió que era un falso líder, que sólo de angustia , desazón y desconcierto llenó los corazones de los intrépidos pringadillos. El mal que aquejaba a los discos duros no se podía remediar, pero el Brujo impuso su sinrazón y tiranía a aquellos que le retaron.
Bueno está muy bonito, pero vamos a los hechos ;) Hace unos años mi empresa, que ensamblaba PC clónicos, montó discos duros de la marca Fujitsu, que al cabo del tiempo se estropeaban. Por lo visto, varias partidas de discos duros de 20 Gigabytes o mayores padecían ese problema. La mayoría petaba entre los 6 meses y el año, con lo cual, muchos clientes perdieron sus datos justo después de acabarse la garantía. No se imaginan la mala imagen que estaba dando la empresa. Por otro lado, los discos duros en garantía, eran muchas veces rechazados por nuestro proveedor, con lo cual teníamos a los clientes esperando mucho tiempo por la sustitución sin darles otra solución. Peor imagen todavía. Hasta un cliente que tenía un Cibercafé, llegó a quedarse apenas sin PCs en servicio. La que se montó... creo que hasta nos pusieron una denuncia. Mi jefe, todo experto en la materia (ironía) empezó a acusarnos a los técnicos del problema. Afirmaba que estábamos haciendo mal las cosas y que era culpa nuestra todo este problema. Decía que cuando él montaba equipos (muchos años atrás), en la BIOS del ordenador había que especificar el disco duro como Largo*. De esta forma nos obligó a seguir un protocolo de instalación, que no sólo nos daba más problemas sino que además no solucionó nada. Él, a pesar de todo, seguía culpándonos de todas las desgracias de la empresa. Tiempo después, el fabricante de dichos discos duros, reconoció que era un problema suyo, y me parece que dejó de fabricar esos componentes. Con eso ya mi jefe dejó de recriminarnos demasiado, pero desde luego que nunca se disculpó por llamarnos estúpidos e ineptos.
Historia número 2: El cliente señalado como manazas.
En cierta ocasión, una bestia rondaba nuestra cueva, sus zarpas grandes y afiladas rasgaban el aire creando terror y confusión... Se cazó al bárbaro, se le cortaron las uñas, se le puso un bozal y se le dejó libre nuevamente, más ¿fueron sus garras las que despedazaron el poblado?. Nunca más volvió a ser vista en aquellas latitudes.
Teníamos un cliente que un día nos trajo un ordenador para reparar. Se le reparó perfectamente, pero volvió con el estropeado. Al parecer el sistema operativo se corrompía. Se le reparó una segunda y una tercera vez. Pero regresó. Mi compañero harto y desconcertado, tenía la impresión de que el cliente cambiaba las configuraciones de la BIOS y provocaba un destrozo. Para asegurarse de que no lo tocaba, le selló el ordenador por todos lados. y puso una clave a la BIOS. Si metía las zarpas, lo sabríamos. El cliente se sintió muy humillado. Creo que no volvió y si lo hizo fue sólo una vez más. La próxima historia puede que nos dé pistas de lo que sucedió.
Historia número 3: El joven y la maldición.
Cierto mozuelo iba al herrero a afilar sus herramientas de labranza, pero siempre regresaba con ellas gastadas y melladas. El joven decía que él no las había usado y que así salían de la herrería. A la tercera vez vino el progenitor, amenazó al herrero y ya nunca más se volvieron a gastar y mellar las herramientas.
Teníamos un cliente que nos había traído el ordenador para instalarle un disco duro nuevo. Varias veces volvió porque el software se corrompía. Lo arreglábamos y al día siguiente, entraba de nuevo con el PC averiado. Nosotros le echábamos la culpa a él porque pensábamos que instalaba programas y estropeaba el sistema operativo. La última vez vino su padre. Nos echó una bronca. Se nos ocurrió cambiarle el disco duro, pero sin decirle nada. Mismo modelo y capacidad. Le copiamos todo el sistema de uno a otro... y a ver que pasaba. No hubo más problemas. El primer disco parecía que estaba bien, pero de alguna forma muy sutil estaba estropeado. Eso sucedió mucho tiempo después que la 2ª historia. Puede que aquel cliente que teníamos entre ceja y ceja, no fuera tan culpable como nosotros pensábamos. Puede que un simple y mínimo error de su disco fuera el culpable. Algo similar me ocurrió con la memoria de un cliente cuando empecé a trabajar.
*La BIOS del ordenador sirve para las configuraciones básicas de cualquier equipo: que cosas tiene, donde están, que capacidad tiene cada componente, si está activo o no... Esto es anterior a que veamos las ventanitas de los programas, de hecho la información que nos ofrece la BIOS suele salir en una tabla que pasa muy rápido al encender el ordenador. Para los discos duros hay tres modos que son: CHS, LBA y Large. Lo normal es ponerlo en modo LBA, o automáticamente se reconoce como LBA. Mi jefe atendiendo a su criterio, suponía que poniéndolo en Large se evitaba que se rompieran los HD (Hard Disk, Disco Duro)... En fin...
Historia número 1: Los discos Fujitsu y las soluciones de mi jefe.
Hace mucho tiempo atrás, en muchas tierras no muy lejanas y bastantes cercanas, hubo una partida de discos duros muy demandada que se puso en gran cantidad de equipos. Cuenta la leyenda que muchos de esos ordenadores acabaron sucumbiendo a un mal desconocido. Muchos datos se perdieron en aquella sombría edad, muchos valientes y rodantes discos duros fenecieron en la lucha y entre las tinieblas surgió un héroe, un adalid de la verdad, el hechicero del "Disco Duro Largo para sistemas NT". Él trajo la verdad a las instalaciones y configuraciones, más el tiempo transcurrió y se descubrió que era un falso líder, que sólo de angustia , desazón y desconcierto llenó los corazones de los intrépidos pringadillos. El mal que aquejaba a los discos duros no se podía remediar, pero el Brujo impuso su sinrazón y tiranía a aquellos que le retaron.
Bueno está muy bonito, pero vamos a los hechos ;) Hace unos años mi empresa, que ensamblaba PC clónicos, montó discos duros de la marca Fujitsu, que al cabo del tiempo se estropeaban. Por lo visto, varias partidas de discos duros de 20 Gigabytes o mayores padecían ese problema. La mayoría petaba entre los 6 meses y el año, con lo cual, muchos clientes perdieron sus datos justo después de acabarse la garantía. No se imaginan la mala imagen que estaba dando la empresa. Por otro lado, los discos duros en garantía, eran muchas veces rechazados por nuestro proveedor, con lo cual teníamos a los clientes esperando mucho tiempo por la sustitución sin darles otra solución. Peor imagen todavía. Hasta un cliente que tenía un Cibercafé, llegó a quedarse apenas sin PCs en servicio. La que se montó... creo que hasta nos pusieron una denuncia. Mi jefe, todo experto en la materia (ironía) empezó a acusarnos a los técnicos del problema. Afirmaba que estábamos haciendo mal las cosas y que era culpa nuestra todo este problema. Decía que cuando él montaba equipos (muchos años atrás), en la BIOS del ordenador había que especificar el disco duro como Largo*. De esta forma nos obligó a seguir un protocolo de instalación, que no sólo nos daba más problemas sino que además no solucionó nada. Él, a pesar de todo, seguía culpándonos de todas las desgracias de la empresa. Tiempo después, el fabricante de dichos discos duros, reconoció que era un problema suyo, y me parece que dejó de fabricar esos componentes. Con eso ya mi jefe dejó de recriminarnos demasiado, pero desde luego que nunca se disculpó por llamarnos estúpidos e ineptos.
Historia número 2: El cliente señalado como manazas.
En cierta ocasión, una bestia rondaba nuestra cueva, sus zarpas grandes y afiladas rasgaban el aire creando terror y confusión... Se cazó al bárbaro, se le cortaron las uñas, se le puso un bozal y se le dejó libre nuevamente, más ¿fueron sus garras las que despedazaron el poblado?. Nunca más volvió a ser vista en aquellas latitudes.
Teníamos un cliente que un día nos trajo un ordenador para reparar. Se le reparó perfectamente, pero volvió con el estropeado. Al parecer el sistema operativo se corrompía. Se le reparó una segunda y una tercera vez. Pero regresó. Mi compañero harto y desconcertado, tenía la impresión de que el cliente cambiaba las configuraciones de la BIOS y provocaba un destrozo. Para asegurarse de que no lo tocaba, le selló el ordenador por todos lados. y puso una clave a la BIOS. Si metía las zarpas, lo sabríamos. El cliente se sintió muy humillado. Creo que no volvió y si lo hizo fue sólo una vez más. La próxima historia puede que nos dé pistas de lo que sucedió.
Historia número 3: El joven y la maldición.
Cierto mozuelo iba al herrero a afilar sus herramientas de labranza, pero siempre regresaba con ellas gastadas y melladas. El joven decía que él no las había usado y que así salían de la herrería. A la tercera vez vino el progenitor, amenazó al herrero y ya nunca más se volvieron a gastar y mellar las herramientas.
Teníamos un cliente que nos había traído el ordenador para instalarle un disco duro nuevo. Varias veces volvió porque el software se corrompía. Lo arreglábamos y al día siguiente, entraba de nuevo con el PC averiado. Nosotros le echábamos la culpa a él porque pensábamos que instalaba programas y estropeaba el sistema operativo. La última vez vino su padre. Nos echó una bronca. Se nos ocurrió cambiarle el disco duro, pero sin decirle nada. Mismo modelo y capacidad. Le copiamos todo el sistema de uno a otro... y a ver que pasaba. No hubo más problemas. El primer disco parecía que estaba bien, pero de alguna forma muy sutil estaba estropeado. Eso sucedió mucho tiempo después que la 2ª historia. Puede que aquel cliente que teníamos entre ceja y ceja, no fuera tan culpable como nosotros pensábamos. Puede que un simple y mínimo error de su disco fuera el culpable. Algo similar me ocurrió con la memoria de un cliente cuando empecé a trabajar.
*La BIOS del ordenador sirve para las configuraciones básicas de cualquier equipo: que cosas tiene, donde están, que capacidad tiene cada componente, si está activo o no... Esto es anterior a que veamos las ventanitas de los programas, de hecho la información que nos ofrece la BIOS suele salir en una tabla que pasa muy rápido al encender el ordenador. Para los discos duros hay tres modos que son: CHS, LBA y Large. Lo normal es ponerlo en modo LBA, o automáticamente se reconoce como LBA. Mi jefe atendiendo a su criterio, suponía que poniéndolo en Large se evitaba que se rompieran los HD (Hard Disk, Disco Duro)... En fin...