En el post anterior había descrito como mi jefe nos lanzaba indirectas sobre que éramos ladrones, aunque el tiempo demostró que buena parte de lo "robado" no había cambiado de propietario. La acusación no era directa, pero al encontrarme dentro del grupo de personas a las cuales había intentado mancillar, no podía por menos que sentirme aludido. Este sentimiento se me quedó muy marcado, porque a parte de ruin y villano, me parecía muy injusto. Si es la primera vez que me lee, seguramente no podrá entenderlo, tendría que echar un vistazo a las otras entradas del blog para comprender lo que quiero exponer.
Pocos meses más tarde de aquella sucesión de indirectas, mi jefe volvió a las andadas, pero estaba vez de una forma totalmente vilipendiosa* y retorcida. Desde mi punto de vista, y después de lo que he contado estos meses, tiene que ser un acto consciente, premeditado y haciendo arrogancia de muy mala fe, el que lleve a tales extremos. Hoy me puede más el corazón que la cabeza. Si no tiene ganas de seguir leyendo, en el último párrafo se encuentra la moraleja, pero... yo leería el resto ;)
Cierto día, una empresa a la que desde hacía relativamente poco tiempo le llevábamos el mantenimiento, iba a inaugurar otro negocio. Era una organización importante y conocida en mi región. Para tal evento, se encargó a mi empresa la creación de una presentación multimedia para ilustrar en una pantalla, que era y como se había construido tal edificio. Yo lo conocía muy bien, porque estaba justo en frente de nuestra empresa, y durante bastante tiempo vi como iba tomando forma, desde que empezaron a excavar hasta que concluyeron los últimos remates. En tal acto iban a concurrir diversas personalidades de la ciudad tanto desde el punto de vista político como económico, por lo tanto estamos hablando de un hecho relevante. Era un viernes si no recuerdo mal. Llegado el momento, mi jefe me pidió que le echara una mano. Él no controlaba el tema técnico. Presto, y como siempre, me puse al servicio de la empresa, porque consideraba que mi aportación era un granito más para el bien del negocio y por ende, para el mío propio... ¡qué equivocado estaba! Quedaba un poco feo que un gerente de una empresa, que ya estaba presumiendo de importante, tuviera que estar enrollando cables e intentando arreglar ordenadores, si estos fallaban. Por estas razones me quedé para supervisarlo todo. Mi jefe me prometió un día libre por ello que por cierto, nunca he visto. Se le veía bastante aliviado de quitarse un muerto de encima.
Antes de que comenzara el acto, estuve colocando el ordenador, el proyector, la pantalla, los cables, etc... Estaba enchufando aparatos y a mi lado se encontraba uno de los dueños de esa empresa y mi jefe. Como había mucho que enchufar y pocas tomas libres, les comenté: "Hace falta una regleta o un ladrón** para poder enchufar lo que resta". Respuesta de mi jefe al propietario de aquel negocio: "Este sí que es un ladrón profesional" (entre risas y refiriéndose a mí). Lo primero que se me pasó por la cabeza fue contestar: "Y tú eres un...", pero haciendo gala cobardía me limité a reír irónicamente el "chiste". Entre falsas risas aquello pasó desapercibido, pero cualquier persona que estuviera allí y lo hubiese oído, lo primero que habría hecho sería llevarse la mano a la cartera. ¡Qué c### le pasaba a ese individuo conmigo! ¿Cómo podía acusarme de ladrón delante de un cliente y de una forma tan canalla? Todo el asunto me olía muy mal. Mi jefe tenía algún problema conmigo. Seguramente pensara o le metieron en la cabeza que yo era un ladrón, pero tampoco me acusaba claramente o tomaba una decisión. Por otro lado, yo también fui estúpido al no intentar averiguar que ocurría. Si yo era un ladrón, ¿porqué se me habían dado las llaves de la empresa durante tantos años?¿por qué hacía las cajas y tenía contacto con el dinero?¿por qué tenía responsabilidades? ¿por qué no estaba despedido? Ni que decir tiene que después de este suceso y cuando volvía al turno de mañana, entregué las llaves de la empresa y sólo delante de testigos y por fuerza mayor, cobraba facturas o tocaba la caja. Me sentía muy afectado. Estaba, como otras muchas veces, un viernes por la noche dedicando mi vida al trabajo, después de currar todo el día, y se me pagaba con insultos y ataques a mi honor y a mi integridad como persona. En las otras ocasiones por lo menos la gente de otras empresas me daba las gracias por supervisarles los actos; mi empresa ni eso... no sólo no me pagaba las horas extra, sino que simplemente me llamaba ... "Ladrón".
Años más tarde, en una larga reunión que tuve con este sujeto, le comenté el suceso y que era una falta muy grave de respeto hacia mi persona. Me contestó que sólo era una broma. Nunca en mi vida había escuchado una "broma" de ese tipo. Durante años he preguntado a amigos, a mi familia, a gente conocida... que les parecía esta broma, y todos me dijeron lo mismo: "No hay ningún chiste. Te llamó ladrón". Eso mismo me pareció a mí. ¿Ustedes que opinan?
Con los años he aprendido una lección de este hecho y de algunos más que me ocurrieron en esa empresa. Si tu jefe (si es un jefe poco claro o vengativo) da indicio por sus acciones o por sus palabras de estar molesto contigo por algo, no lo dejes pasar. Puede que se trate de algo que has hecho mal o algo que él piensa que has hecho mal y no te lo dice, o alguien que ha dicho que has hecho algo mal. Trata de enterarte de que es lo que ocurre. Deja pasar unos días. Habla con él, habla con la gente de tu entorno y descubre cual es el problema, porque puede que algo o alguien(v. El "amigo" del jefe) esté envenenado la relación y acabarás siendo culpable de cualquier cosa, aunque estés a miles de kilómetros.
Pocos meses más tarde de aquella sucesión de indirectas, mi jefe volvió a las andadas, pero estaba vez de una forma totalmente vilipendiosa* y retorcida. Desde mi punto de vista, y después de lo que he contado estos meses, tiene que ser un acto consciente, premeditado y haciendo arrogancia de muy mala fe, el que lleve a tales extremos. Hoy me puede más el corazón que la cabeza. Si no tiene ganas de seguir leyendo, en el último párrafo se encuentra la moraleja, pero... yo leería el resto ;)
Cierto día, una empresa a la que desde hacía relativamente poco tiempo le llevábamos el mantenimiento, iba a inaugurar otro negocio. Era una organización importante y conocida en mi región. Para tal evento, se encargó a mi empresa la creación de una presentación multimedia para ilustrar en una pantalla, que era y como se había construido tal edificio. Yo lo conocía muy bien, porque estaba justo en frente de nuestra empresa, y durante bastante tiempo vi como iba tomando forma, desde que empezaron a excavar hasta que concluyeron los últimos remates. En tal acto iban a concurrir diversas personalidades de la ciudad tanto desde el punto de vista político como económico, por lo tanto estamos hablando de un hecho relevante. Era un viernes si no recuerdo mal. Llegado el momento, mi jefe me pidió que le echara una mano. Él no controlaba el tema técnico. Presto, y como siempre, me puse al servicio de la empresa, porque consideraba que mi aportación era un granito más para el bien del negocio y por ende, para el mío propio... ¡qué equivocado estaba! Quedaba un poco feo que un gerente de una empresa, que ya estaba presumiendo de importante, tuviera que estar enrollando cables e intentando arreglar ordenadores, si estos fallaban. Por estas razones me quedé para supervisarlo todo. Mi jefe me prometió un día libre por ello que por cierto, nunca he visto. Se le veía bastante aliviado de quitarse un muerto de encima.
Antes de que comenzara el acto, estuve colocando el ordenador, el proyector, la pantalla, los cables, etc... Estaba enchufando aparatos y a mi lado se encontraba uno de los dueños de esa empresa y mi jefe. Como había mucho que enchufar y pocas tomas libres, les comenté: "Hace falta una regleta o un ladrón** para poder enchufar lo que resta". Respuesta de mi jefe al propietario de aquel negocio: "Este sí que es un ladrón profesional" (entre risas y refiriéndose a mí). Lo primero que se me pasó por la cabeza fue contestar: "Y tú eres un...", pero haciendo gala cobardía me limité a reír irónicamente el "chiste". Entre falsas risas aquello pasó desapercibido, pero cualquier persona que estuviera allí y lo hubiese oído, lo primero que habría hecho sería llevarse la mano a la cartera. ¡Qué c### le pasaba a ese individuo conmigo! ¿Cómo podía acusarme de ladrón delante de un cliente y de una forma tan canalla? Todo el asunto me olía muy mal. Mi jefe tenía algún problema conmigo. Seguramente pensara o le metieron en la cabeza que yo era un ladrón, pero tampoco me acusaba claramente o tomaba una decisión. Por otro lado, yo también fui estúpido al no intentar averiguar que ocurría. Si yo era un ladrón, ¿porqué se me habían dado las llaves de la empresa durante tantos años?¿por qué hacía las cajas y tenía contacto con el dinero?¿por qué tenía responsabilidades? ¿por qué no estaba despedido? Ni que decir tiene que después de este suceso y cuando volvía al turno de mañana, entregué las llaves de la empresa y sólo delante de testigos y por fuerza mayor, cobraba facturas o tocaba la caja. Me sentía muy afectado. Estaba, como otras muchas veces, un viernes por la noche dedicando mi vida al trabajo, después de currar todo el día, y se me pagaba con insultos y ataques a mi honor y a mi integridad como persona. En las otras ocasiones por lo menos la gente de otras empresas me daba las gracias por supervisarles los actos; mi empresa ni eso... no sólo no me pagaba las horas extra, sino que simplemente me llamaba ... "Ladrón".
Años más tarde, en una larga reunión que tuve con este sujeto, le comenté el suceso y que era una falta muy grave de respeto hacia mi persona. Me contestó que sólo era una broma. Nunca en mi vida había escuchado una "broma" de ese tipo. Durante años he preguntado a amigos, a mi familia, a gente conocida... que les parecía esta broma, y todos me dijeron lo mismo: "No hay ningún chiste. Te llamó ladrón". Eso mismo me pareció a mí. ¿Ustedes que opinan?
Con los años he aprendido una lección de este hecho y de algunos más que me ocurrieron en esa empresa. Si tu jefe (si es un jefe poco claro o vengativo) da indicio por sus acciones o por sus palabras de estar molesto contigo por algo, no lo dejes pasar. Puede que se trate de algo que has hecho mal o algo que él piensa que has hecho mal y no te lo dice, o alguien que ha dicho que has hecho algo mal. Trata de enterarte de que es lo que ocurre. Deja pasar unos días. Habla con él, habla con la gente de tu entorno y descubre cual es el problema, porque puede que algo o alguien(v. El "amigo" del jefe) esté envenenado la relación y acabarás siendo culpable de cualquier cosa, aunque estés a miles de kilómetros.
* Según la Real Academia Española
vilipendioso, sa. | ||
1. adj. Que causa vilipendio o lo implica. |
vilipendio. | ||
(De vilipendiar). | ||
1. m. Desprecio, falta de estima, denigración de alguien o algo. |
** Según la Real Academia Española
ladrón, na. | ||
(Del lat. latro, -ōnis, bandido). | ||
1. adj. Que hurta o roba. U. m. c. s. | ||
2. m. Portillo que se hace en un río para sangrarlo, o en las acequias o presas de los molinos o aceñas, para robar el agua por aquel conducto. | ||
3. m. Toma clandestina de electricidad. | ||
4. m. Clavija que tiene salida para varias tomas de la corriente eléctrica. | ||
5. m. coloq. granuja (ǁ pícaro). U. t. c. adj. |