
En los primeros años de curro no tuve que hacer uso de mi coche, sino en contadas ocasiones. Como trabajaba de puertas para adentro, no salía demasiado a clientes en la calle. Solamente cuando a final de la jornada, había que llevar algún equipo nuevo o dejar algún ordenador en una empresa, el jefe me decía que terminara antes y que lo llevara, con la falsa apariencia de que iba a ser mejor para mí. Se suponía que iba con tiempo y que como acabaría antes, llegaría más temprano a mi casa. Prefiero no hacer comentarios al respecto en este momento, otro día me desquitaré con ganas ;-)
La empresa era dueña de un vehículo nuevo, que adquirió a los pocos meses de empezar a trabajar yo. El problema principal era el siguiente: había más técnicos de campo que vehículos, por lo tanto la mayor parte de las veces el empleado tenía que utilizar su automóvil para poder atender a los clientes. Usar los transportes públicos no era una solución óptima. Se supone, que por esta prestación, la empresa ofrecía un pago, por llamarlo de alguna forma. Esta remuneración consistía en unas 2.000 pesetas al mes, 20 euros después. Claro, tampoco te podías pasar usando el coche, porque no te compensaba, y el exigir más dietas no era bien visto por la empresa. Para evitar altercados y roces, así como venganzas, como que te aguantabas un poco. Cuando volví a pasar al turno de mañana sobre el año 2001/2002 el uso de mi vehículo era diario y constante. La retribución la misma. Esto significa que tu coche está siempre lleno de cables, de basura, de papeles, de cajas, destornilladores, plásticos, etc... que lo tienes que limpiar tú en tu casa, no en la empresa, porque te podían echar una bronca.

1 comentario:
Tu jefe era un "fuerte hijo de puta".
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